Si la mala noticia es que el actual estado de la industria de la moda es poco ético y sostenible, la buena es que existen varios proyectos independientes que están intentando cambiar la forma en la que compramos las prendas que usamos todos los días. Una de ellas es The 30 Year Sweatshirt o «La sudadera de 30 años», un proyecto que promete vender sudaderas que duren tres décadas.
La idea resultó popular en Kickstarter, donde ya rebasó los 50 mil euros necesarios para echarla a andar, con su promesa de un producto «garantizado por 30 años y creado para durar toda una vida.»
Lo que promete The 30 Year Sweatshirt es una sudadera fabricada por artesanos en Portugal con materiales responsables como algodón orgánico que además son de la más alta calidad y a un precio de mayoreo: entre 55 y 85 euros (como comparación, una sudadera de hombre del mismo estilo cuesta unos 600 pesos en Zara y en definitiva no dura ni siquiera una década). La combinación entre técnica y materia prima da como resultado una prenda muy durable, pero si se necesita cualquier reparación, la marca promete hacerla de inmediato y sin costo.
El proyecto es parte de la marca Tom Cridland, creada por el diseñador británico del mismo nombre hace unos años y que ha sido utilizada por estrellas como Leonardo DiCaprio, Hugh Grant, Robbie Williams y Daniel Craig. Ahora, quiere probar que «la ropa de hombre y de mujer puede y debe durar toda una vida, comenzando ahora con la sudadera de 30 años.»
¿Por qué una sudadera? Porque se trata de un artículo presente en la gran mayoría de los guardarropas y que no pasará de moda en las siguientes décadas, por lo que la idea es que una persona pueda usarla de por vida y después incluso pasarla a otra generación.
Tom Cridland se declara un enemigo de la obsolescencia programada (el hecho de diseñar un producto para el fin de su vida útil, promoviendo así más compras) y por lo tanto de la moda rápida, pero por supuesto su producto es también una alternativa para quienes quieren asegurarse de comprar productos manufacturados de forma ética.
Esta filosofía es similar a la de Patagonia y su programa de reparación (aunque este sí tiene costo) así como a proyectos como la T-shirt más ética. Aunque la moda rápida sea todavía omnipresente, iniciativas como estas demuestran que puede haber un mercado para las prendas más costosas pero más durables y sostenibles.