El Distrito Federal tiene dos problemas provocados por la circulación de vehículos: uno de contaminación y otro de tránsito. Respecto al primer problema, los automóviles particulares son responsables de aproximadamente 56% de la contaminación del ambiente. Cuando éstos circulan por calles y avenidas, emiten, entre otros, bióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO) y óxido de nitrógeno o “noxes” (NOx).
En el DF se registran aproximadamente dos mil fallecimientos anuales por enfermedades respiratorias asociadas a la mala calidad del aire, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública. Por este efecto negativo sobre la salud, en muchos países se ha instituido un impuesto ecológico, es decir, una contribución a cargo de quienes poseen un automóvil a fin de desincentivar su uso. En nuestro caso, tal impuesto se podría aplicar de una de dos formas:
1) En función del rendimiento de combustible:
Los automovilistas pagarían una cuota fija anual con base en la cantidad de kilómetros que se pueden recorrer por cada litro de gasolina consumido en ciudad. Esta opción se basa en el hecho de que en la medida que los autos consuman más litros de combustible, están contaminando más. La eficiencia de los autos según el Instituto Nacional de Ecología (INE) es la siguiente:
– Coches híbridos (Smart, Prius, Civic y Fusion): están por arriba de los 20 km. por litro. Éstos podrían exentarse.
– Coches ahorradores (Yaris, Spark, i10, 500, Atos, Swift): entre 15 y 20 km. por litro. Podrían pagar una cuota moderada.
– Coches medianamente ahorradores (Tsuru, Chevy, Ibiza, Jetta, etc.): están entre 10 y 15 km. por litro. Podrían pagar una cuota cara. La mayoría de los vehículos que circulan en el mercado se encuentran dentro de esta clase.
– Coches poco ahorradores (la mayoría son vehículos de ocho cilindros o coches con más de diez años de antigüedad): su rendimiento es menor a 10 km. por litro. Éstos deberían pagar una cuota muy alta.
2) En función de la cantidad de contaminantes que emiten a la atmósfera:
El impuesto ecológico se cobra en función del CO2 y los noxes que emiten. Según el INE los autos podrían clasificarse en las siguientes categorías:
– Coches limpios (todos los híbridos): emiten en promedio alrededor de 120 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido. Éstos podrían exentarse.
– Coches medianamente limpios, que es el caso de la mayoría de los autos: emiten en promedio 200 gramos de CO2 por kilómetro. Podrían pagar una cuota cara.
– Coches sucios (autos de más de cinco años y autos de bajo desarrollo tecnológico): emiten en promedio 500 gramos de CO2 por kilómetro. Podrían pagar una cuota muy cara.
Por dar un ejemplo comparativo: una camioneta Grand Cherokee emite 452 gramos de CO2 por kilómetro contra un Focus sedan que emite 125 gramos.
En ambos casos, la cuota a pagar se incrementaría por cada año de envejecimiento del automóvil.
Considero que la segunda opción es la mejor por dos razones:
– Se podría tener una base comparativa para todos los vehículos, no sólo los que utilicen gasolina (diesel, gas LP y gas natural).
– Se incentivaría a las armadoras a focalizarse en las tecnologías anticontaminantes, más que en las de ahorro de combustible. Ello porque el mecanismo del mercado regula dicho ahorro mediante el precio de éstos (las personas resienten en su bolsillo la ineficiencia cuando van a llenar el tanque y lo que les incentiva a no adquirir este tipo de coches) por lo cual no es necesario reforzar tal mecanismo mediante la política pública.
Fuente: Excelsior.com.mx
Por: Raúl Cervantes
Publicada: 9 de noviembre de 2011.
Y que hay del transporte público que también contamina y en grandes cantidades? estarán tomando en cuenta las autoridades que para moverse de lada a lado de la ciudad de México (como lo hace la mayoría de los trabajadores) es necesario un automóvil, y que el transporte público no cubre por completo esta necesidad y que carece de seguridad? creo que esta medida de nuevo sólo afecta a la clase media trabajadora que siempre paga el precio de malas políticas y que por lo tanto cada vez se reduce más. Por cierto también van a poner impuesto «ecológico» a las empresas e industrias contaminantes en el DF? su huella ecológica es impresionante!!! eso si sería interesante!!!
Me gustaría saber entonces cual es el sentido de la verificación y como se usan los recursos que se pagan para esta revisión.
Igualmente si hablan de un impuesto ecológico, se debe plantear al mismo tiempo la forma en como se invertirá, que tendría necesariamente que ser en acciones que contraresten la generación de contaminantes, el desarrollo de parques para absorción del carbono en los alrededores de la ciudad como un ejemplo de las muchas cosas que se pueden hacer. Con rendición de cuentas estrictas y procesos auditables y certificados por terceros independientes.
De ninguna manera es posible que este eventual impuesto se canalice al financiamiento del gasto público, como puede ser si no exigimos como ciudadanos, debemos iniciar una nueva manera de solucionar la fuerte problemática a la cual nos enfrentamos.