Por: Antonio Tamayo Neyra
La empresa: como ente integrador del trabajo y del capital, se ha convertido en uno de los principales mecanismos para resolver la crisis financiera; sin embargo.
Los muy recientes cambios a la legislación laboral en España, así como los realizados en el mismo tema en otros países europeos durante el pasado 2011, han sido y son causa del malestar de diversas organizaciones sindicales y de la sociedad en general, lo cual se ha visto a través de diversas manifestaciones muchas de ellas violentas, que no están de acuerdo en las modificaciones realizadas.
Todos estos cambios se justifican como los mecanismos necesarios para reducir el desempleo, y al mismo tiempo para también ayudar a paliar en alguna forma la enorme crisis financiera que se está viviendo en la actualidad.
Estas modificaciones en las legislaciones laborales tienen como centro a la empresa, convirtiéndola de nuevo en la arena de la otrora llamada lucha de los factores de la producción: “tierra, trabajo y capital”. Lucha que comenzara en el siglo XIX, que pusiera como centro de atención Carlos Marx con su filosofía.
Así, es lamentable que a más de ciento cincuenta años de aquellas grandes manifestaciones de obreros y del pueblo en general en diversas ciudades europeas, estemos viendo hoy en pleno siglo XXI que la gente sale a las calles a protestar y reclamar los mismos problemas de aquel entonces.
Si dice con o sin razón, que los gobernantes están a merced de los grandes grupos que conforman lo que podría denominarse una plutocracia; los integrantes del movimiento “Ocupa Wall Street”, señalan que la mayor parte de la riqueza generada en el país se la lleva el uno por ciento, esos grandes señores de la riqueza.
Las mismas frases y expresiones que se encuentran en los libros de historia que hablan de lo convulsionado que fue ese decimonónico siglo y que se mantienen todavía vigentes.
Y si bien hasta cierto punto es comprensible lo sucedido en aquel entonces puesto que se presentaba por primera vez en la historia este ente llamado empresa, y que por lo tanto no se sabía qué hacer y cómo actuar puesto que no había antecedentes ni precedentes; en la actualidad, con todo el conocimiento y experiencia adquirida se quieren seguir resolviendo los problemas con las mismas fórmulas de antaño.
De nada sirven los grandes avances tecnológicos como el internet el Ipad y demás, si se siguen teniendo los mismos problemas y se continúan tratando de resolver como se hicieron hace más de un siglo.
La búsqueda de una riqueza sin restricciones y sin valores, que dejó a la ética y la responsabilidad social en manos del mercado, es seguramente una de las causas principales del gran problema económico-financiero actual, y que una de las formas de resolverse busca hacerlo por medio de someter y sacrificar a uno de los llamados factores de producción; el trabajo, sin alterar al capital.
Hoy más que nunca, aunque no se diga de forma evidente y clara, es necesaria en su máxima expresión la responsabilidad social de los gobernantes, que actúen como verdaderos políticos que buscan el bien común de la sociedad, y no solamente el beneficio de una parte de dicha sociedad.
Es necesario a veces decir lo obvio, y en este caso es considerar que este grave problema financiero consiste en una falta de generación de riqueza, y esta falta será resuelta única y exclusivamente por ese ente llamado empresa, puesto que es la única entidad capaz de generarla.
Y en esa empresa confluyen tanto los factores de la producción como el gobierno, y los gobernantes como los dueños de los grandes capitales saben (aunque sea obvio de nuevo), que esa riqueza será generada por el factor trabajo; por lo tanto, no se trata nada más de quitar y restringir; se trata de crear un modelo socio-económico donde los sacrificios, si son necesarios, sean compartidos en la misma proporción.
Es evidente que la solución no es fácil pero tampoco es imposible, los problemas en Europa y en la llamada “Primavera Arabe”, no pueden ser resueltos de manera drástica y definitiva siguiendo los modelos de hace dos siglos.
Y en este nuevo modelo, la Etica y la Responsabilidad Social, así con mayúsculas, tienen que ser los factores básicos, ya que, aunque resulte de nuevo obvio, estamos hablando finalmente de seres humanos.
Seguiremos platicando…
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.