Está de moda ser una empresa socialmente responsable. Esta categoría es muy buena para cualquier empresa o intento de emprenduría empresarial que se preocupa de sus clientes, proveedores y empleados.
Sin embargo, hay que analizar qué es lo que está detrás de esta decisión. Podemos ver atrás de muchos intentos por promover marcas mexicanas y algunas empresas mexicanas, que la intención es monopolizar alguna marca o alguna idea, con la cual la mayoría de los mexicanos nos sentimos tranquilos. Ahora hay varias marcar que viven tranquilas con este asunto de ser socialmente responsables. Bien por ellas, pero ¿que significa?
Sabemos de sobra que los empresarios difícilmente sacan de su bolsa cualquier recurso para cubrir faltantes de la nómina o de la empresas. Entonces debemos preguntarnos qué demonios hacemos para ganar premios, ser empresas líderes y estar en la mente de los consumidores.
Ningún empresario va a sacar de su bolsillo presupuetos para solventar las cuestiones relacionadas con la responsabilidad social o con la cuestión de relaciones laborales.
Entonces, la pregunta es de dónde sale la lana. La respuesta inmediata es que si aceptamos que ningún empresario abre su chequera para dar una lana, puede ser que en realidad nos esté pasando a los consumidores de sus productos las cosas que están sucediendo.
Los consumidores mexicanos estamos pagando por las maravillas que hacen la empresas mexicanas. Funcionar bien, ser socialmente responsables y ser el mejor lugar para trabajar resulta ser una carga para los consumidores.
No obstante habrá que seguir para salir adelante. Hay que trabajar más, cuidar mejor y ser más atentos a los problemas de quienes intentan vendernos espejitos con imágenes.
Para poder salir adelante en este México posrevolucionario requerimos pensar más allá de nuestros traumas posrevolucionarios y de las promesas del cambio, que resultaron en nada.
Ahora amenaza el viejo partido con volver. Si es para lo que ya hemos visto a lo largo de varias décadas, la respuesta podría ser no gracias, pero por ahora parece que no tenemos más y mejor opción.
Tanto empresas como ciudadanos debemos preocuparnos por un mejor México, en el que las empresas socialmente responsables no le estén cobrando a los consumidores los beneficios de su labor y realmente cumplan con sus objetivos de colaborar.
Fuente: El Economista, El Foro, p. 54.
Columnista: Mario Rodarte (Atalaya).
Publicada: 22 de marzo de 2011.