“Cualquier empresa, por pequeña que sea, es susceptible de realizar responsabilidad”, apuntó Isabel López. Cualquier entidad, ya sea pequeña, multinacional u ONG, es el “pez” dentro de una pecera en la que todo el mundo la observa desde fuera.
Responsabilidad y sostenibilidad social son prácticamente el mismo concepto. El concepto de la responsabilidad social se ha ido modificando en los últimos años, no es el mero hecho de dar un dinero a una ONG, tener una fundación… eso realmente no sirve. La filantropía en sí misma no es RSC, si bien es una parte. Lo que sí que hace a la empresa diferenciarse es su buen comportamiento y su compromiso con todos sus públicos, empleados, proveedores, clientes y la sociedad en general alineado con la estrategia empresarial.
Además, según apuntó Isabel López, una vez que la Responsabilidad Social esté implantada hay que tener en cuenta: la transparencia en los resultados, el seguimiento y control de las prácticas sociales y medioambientales por parte de terceros y las políticas formales en los ámbitos sociales, económicos y medioambientales. Adaptándonos a los tiempos actuales, el consumidor y la sociedad en general es cada vez más exigente con las entidades. De hecho, después de la calidad de la oferta comercial, la ética y la responsabilidad corporativa son los aspectos más valorados de acuerdo a los rankings de reputación de todo el mundo.
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