Las consecuencias de prohibir el aborto legal impactan en todos los aspectos de la vida de niñas, adolescentes y mujeres adultas que pasan por un embarazo no deseado. Cada año, alrededor del mundo, ocurren cerca de 121 millones de embarazos no intencionales, es decir, sin la intención de tener [más] hijos o antes del tiempo deseado, o como consecuencia de actos de violencia.
Por ello, muchas mujeres consideran que no es viable seguir con su embarazo, sin embargo, no todas las legislaciones permiten el aborto seguro, lo cual las ha orillado a recurrir a procedimientos peligrosos. Negar un aborto seguro implica riesgos a la salud alarmantes, desde complicaciones médicas hasta daño psicológico y la muerte.
Además, quienes llevan su embarazo a término tienen que enfrentar discriminación, en muchas ocasiones por su condición de madres solteras. Asimismo, encuentran dificultades para continuar con su formación y desarrollo profesional. Por lo tanto, legislar a favor de la legalización del aborto protegería el presente y el futuro de gran porcentaje de la mitad de la población mundial.
¿Qué es el aborto legal?
El aborto legal y seguro es un derecho humano que deben garantizar los gobiernos a través de sus instituciones para proteger la autonomía corporal y reducir la mortalidad y morbilidad maternas. Se trata de una práctica voluntaria que da una alternativa en casos de embarazo no intencional y permite, en algunos casos, el ejercicio de una maternidad libre, informada y responsable. Para realizar este procedimiento se deben cumplir requisitos médicos específicos como:
- Condiciones higiénicas.
- Tecnología y métodos adecuados.
- Personal médico y de enfermería capacitado.
En algunos países como México, hay entidades donde es legal abortar sin necesitar una causal que lo «justifique» hasta los tres meses de gestación. En cambio, en países como Bolivia, Perú y Ecuador, se permite el aborto en situaciones específicas: violación, incesto y riesgo para la vida de la mujer embarazada. Empero, también hay naciones en las que el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia, como Surinam, Nicaragua, República Dominicana y Honduras.
10 consecuencias de prohibir el aborto legal
Recordemos que los embarazos no intencionales, cuando no son resultado de abuso sexual o coacción reproductiva, pueden ocurrir debido a la de tasa de fallo que tienen todos los métodos anticonceptivos o la falta de acceso a ellos. Por lo que es necesario legislar para evitar las consecuencias de prohibir el aborto legal que se enlistan a continuación, y otras más que tienen que ver con la calidad de vida y el desarrollo de niñas y niños no planeados.
1. Muerte materna
Una de las consecuencias de prohibir el aborto legal más grave es la muerte materna. De acuerdo con datos de Médicos sin Fronteras, los abortos no seguros son la causa de defunción de 1 de cada 12 mujeres embarazadas. Y, el 97% de dichas muertes ocurren en países en vías de desarrollo de las regiones de África, América Latina y el suroeste de Asia.
La proporción de fallecimientos, entonces, varía notablemente entre zonas desarrolladas y en vías desarrollo, ya que, según datos de la OMS, de cada 100 mil abortos en países desarrollados solo se producen 30 muertes.
2. Complicaciones médicas
Además de la muerte materna, un aborto en circunstancias no adecuadas puede poner en peligro el bienestar físico de quien se lo practique, ya que pueden ocurrir las siguientes complicaciones:
- Expulsión o retiro incompleto de tejidos embrionarios.
- Hemorragias
- Infecciones.
- Perforación uterina.
- Daños en el aparato genital y en órganos internos.
Estos riesgos son poco frecuentes si se realiza el procedimiento en clínicas certificadas. Sin embargo, son comunes en abortos realizados por médicos poco expertos, en condiciones insalubres, o con métodos y remedios caseros. Y, en el peor de los casos, pueden ocasionar la muerte.
3. Estigmatización social
Quienes deciden abortar tienen que enfrentar la violación de sus derechos humanos, ya que la estigmatización es una de las consecuencias de prohibir el aborto legal. Aunque la Convención de la ONU sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer afirma que penalizar el aborto, en sí mismo, es un acto de discriminación contra las mujeres, los estereotipos de género enraizados en las sociedades no han permitido el avance en la legalización, ya que se considera un acto inmoral.
Pero, las niñas, adolescentes y mujeres que deciden llevar su embarazo a término tienen que enfrentar los estigmas sociales, especialmente si son muy jóvenes o están legalmente solteras. Un ejemplo claro de ello es el término «mamá luchona» que señala a las madres adolescentes y adultas jóvenes debido a su condición socioeconómica, su apariencia y su vida sexual.
4. Educación trunca
Negar el aborto a mujeres que cursan algún nivel educativo, de acuerdo con la OMS, afecta su formación y su participación en el mercado laboral. Esto se debe a que muchas de ellas deciden abandonar sus estudios para trabajar, pero, debido a su poco nivel de estudios y capacitación, les es difícil encontrar un empleo que le brinde los recursos para cubrir sus necesidades y las de sus hijas o hijos.
Por ello, las madres jóvenes suelen depender económicamente de sus parejas o de su familia, o estar en riesgo de vivir en situación de calle. Asimismo, la educación trunca dificulta las condiciones de vida de niñas y niños producto de embarazos no intencionales, ya que, muchas veces, viven en situaciones de precariedad, lo que fomenta un ciclo de pobreza.
5. Carga económica
Como se mencionó anteriormente, no todos los países ni todas las entidades permiten la interrupción del embarazo. De acuerdo con información de la OMS, otra de las consecuencias de prohibir el aborto legal es la carga económica que implica desplazarse de un lugar a otro para recibir ayuda jurídica, asesoramiento y realizarse el procedimiento. Lo cual imposibilita que las niñas, adolescentes y adultas de escasos recursos puedan acceder al aborto.
Además, las complicaciones que pueden ocurrir derivadas de un aborto peligroso, pueden costar hasta 553 millones de dólares anuales a los sistemas de salud de países desarrollados. De igual manera, la discapacidad a largo plazo que pueden generar estos procedimientos podría ocasionar pérdidas de hasta 922 millones de dólares. Por lo que legalizar el aborto, y ofrecer métodos anticonceptivos y de planificación familiar, implicaría un ahorro monetario importante.
6. Penalización del aborto espontáneo
Sabemos que muchos países permiten realizar un aborto de manera legal bajo condiciones específicas. Sin embargo, hay ocasiones en las que no se busca una interrupción del embarazo, pero ocurre de manera espontánea, lo cual puede tener una sanción legal, ya que no se considera si fue intencional o no.
De acuerdo con el portal de Amnistía Internacional, en países como El Salvador, se puede acusar de homicidio a mujeres que sufren un aborto espontáneo o una emergencia obstétrica que termina con la pérdida del producto.
«Evelyn Hernández, salvadoreña de 21 años, sufrió en casa una emergencia obstétrica que le produjo un aborto.
Fue detenida, juzgada y condenada a 30 años de prisión por homicidio agravado. Un tribunal de segunda instancia anuló la sentencia y ordenó celebrar un nuevo juicio en el que Evelyn fue declarada inocente».
Amnistía Internacional.
7. Falta de autonomía corporal
Otra de las consecuencias de prohibir el aborto legal es que se atenta contra la autonomía corporal y se priva a niñas y mujeres de sus derechos humanos. Aprobar la legalización del aborto es necesario porque se les niega la libertad reproductiva y la posibilidad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Poder acceder al aborto seguro no es solo una práctica, sino que crea condiciones en las que se puede vivir de forma digna y plena.
«Una persona que no tenga el control de su cuerpo no puede ser libre. El debate sobre el aborto debe ir más allá de la cuestión de si la vida de la persona corre peligro a causa del embarazo».
Amnistía Internacional.
8. Falta de acceso a atención médica
Hay personal médico que niega sus servicios y se justifica con las leyes restrictivas. De esta manera, las niñas, adolescentes y adultas no siempre pueden acceder a buenas prácticas médicas basadas en la ética profesional. Esto se puede deber a varios factores:
- Convicciones personales.
- Estigma sobre al aborto.
- Estereotipos negativos sobre las mujeres y las niñas.
- Temor a incurrir en responsabilidad penal.
Esto puede resultar en que mujeres y niñas no soliciten atención médica después de practicarse un aborto peligroso, ya que temen ser juzgadas y que, de cualquier manera, se les niegue la ayuda.
9. Desempleo
Llevar a término un embarazo no planeado, como una de las consecuencias de prohibir el aborto legal, repercute negativamente en la participación de las mujeres en el mercado laboral. De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), solo trabaja el 55% de las mujeres entre 25 y 54 años con pareja y, al menos, un hijo menor de 6 años.
Esto se debe a la distribución desigual del trabajo doméstico y el cuidado de hijas e hijos, imposibilidad de compaginar trabajo y familia, y falta de flexibilidad laboral. Por lo cual, el ingreso de las madres trabajadoras se ve comprometido.
Además, muchas mujeres pueden perder su trabajo debido a su condición de embarazadas, aunque sea un acto ilegal. Los empleadores tienen la obligación de cubrir licencias de maternidad, y tienen prohibido:
- Preguntarle sobre el embarazo o los planes de tener hijos de sus colaboradoras.
- Negar un puesto o promoción, o despedir, a las colaboradoras porque están o pueden quedar embarazadas.
- Tratar distinto que a los otros empleados a las colaboradoras en licencia de maternidad.
- Obligar a las colaboradoras a ausentarse del trabajo porque están embarazadas o cambiarlas de puesto o lugar de trabajo.
10. Secuelas psicológicas
La imposibilidad de abortar puede tener también secuelas psicológicas graves. De acuerdo con varios estudios, el riesgo de sufrir ansiedad y depresión durante un embarazo no intencional, y después del parto, es cinco veces mayor que en un embarazo normal. Por lo que la maternidad no deseada presenta menores índices de felicidad en el nacimiento y la crianza de hijas e hijos.
Además, la continuación de un embarazo no deseado puede ocasionar el desarrollo de conductas de autolesión, e incluso terminar en suicidio, sobre todo si se le niega el aborto a la mujer embarazada o falla en el intento. Y, otras de las consecuencias de prohibir el aborto legal son que las madres pueden tener resentimiento hacia sus hijos e hijas, desarrollar enfermedades mentales y presentar pobre adaptación psicosocial.
Está demostrado que prohibir el aborto no disminuye la incidencia de esta práctica como se suele pensar, sino que trae consecuencias para las niñas, adolescentes y mujeres, porque afecta su salud, mente y bienestar general. Los abortos no se van a detener y, si no se legalizan y regulan, tampoco las muertes de mujeres, especialmente, en situación de pobreza.