Elegir el emprendimiento como un camino de vida significa estar dispuesto a andar sobre un terreno difícil, pero tomar además el sendero social implica intrínsecamente haber encontrado una forma de mejorar el mundo a través de los negocios y sentir una enorme pasión por generar un impacto positivo en la comunidad donde te desarrollas.
Para ser emprendedor social es necesario tener mucha visión, paciencia y disciplina para alcanzar una meta, conocer a profundidad las necesidades del mercado y sobre todo, tener presente cómo es que el camino que has elegido se diferencia del emprendimiento tradicional.
En muchas formas, los negocios sociales proporcionan de forma tangible la posibilidad de una discusión sobre el valor social y el impacto de muchos sectores en las comunidades en las que operan; este tipo de escala no se ha terminado de definir dentro de las grandes corporaciones, pero ha logrado promover una idea más amplia sobre cómo hacer las cosas de forma diferente en el ámbito internacional, compartiendo qué es lo que hacen en un lugar de simplemente hacer crecer su negocio.
Las empresas sociales existen desde luego para hacer frente a algunos de los problemas que aquejan a las comunidades en las que se desarrollan, por lo que orientarlas a impulsar su propio desarrollo puede ser la clave para generar un verdadero impacto.
Aunque las empresas sociales deben luchar para ser sostenibles, en muchos casos aún se necesitan donantes dispuestos a contribuir para reforzar la capacidad de éstas en el mercado a través de programas de formación, incubación, aceleración y asistencia técnica que permitan a estas compañías atraer inversión privada.
Pero para aprender más sobre los beneficios y características de los negocios sociales, The Guardian publicó una serie de lecciones que seguramente te serán de utilidad, ¿te interesa conocerlas a profundidad?