En los países con mayor trata de personas ocurre una grave violación de los derechos humanos que afecta a miles de personas en todo el mundo. De acuerdo con el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas de las Naciones Unidas, se define como la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas mediante amenazas, uso de la fuerza, coacción, rapto, fraude, engaño o abuso de poder con el propósito de explotación.
Alrededor de este fenómeno se presentan casos de prostitución, trabajos forzosos, esclavitud, servidumbre e incluso extracción de órganos. Para ello, la vulnerabilidad de las víctimas, especialmente mujeres y niños, es explotada para obtener consentimiento mediante medios inadecuados, lo que invalida cualquier forma de aprobación.
Además, la magnitud de este fenómeno se evidencia en cifras alarmantes proporcionadas por el Counter Trafficking Data Collaborative (CTDC), el primer centro de datos global sobre trata de personas. Este proyecto recopila información de organizaciones de todo el mundo y revela que se han registrado 156,330 casos individuales en 189 países, involucrando a víctimas de 187 nacionalidades.
La explotación diferenciada de hombres y mujeres
Las tendencias regionales revelan patrones preocupantes, especialmente en los países con mayor trata de personas, como veremos en el siguiente apartado. Aproximadamente, una quinta parte de todas las víctimas son niños, siendo las niñas el 56% y los niños el 44%. Mientras que, en un cambio significativo a lo largo del tiempo, se ha identificado un porcentaje más alto de víctimas masculinas de trata.
En África, por ejemplo, las víctimas traficadas se distribuyen casi en igual proporción entre hombres y mujeres, con más de la mitad siendo niños. Europa, por su parte, presenta una mayoría de víctimas adultas, con una proporción ligeramente superior traficada con fines laborales en comparación con la explotación sexual.
Por otro lado, en América, más de dos tercios de las víctimas experimentan explotación sexual, donde más del 80% son mujeres y casi un tercio son menores de edad. En Asia, en cambio, la mayoría de las víctimas explotadas sufren trata con fines de explotación laboral, especialmente en trabajos domésticos. En cuanto a Oceanía, la falta de datos en la actualidad destaca la necesidad de una mayor recopilación de información para comprender y abordar la trata de personas en esta región.
La recopilación y el análisis continuo de datos, como los proporcionados por el Counter Trafficking Data Collaborative, son esenciales para adaptar estrategias y políticas que aborden específicamente los desafíos únicos que enfrenta cada región en la lucha contra esta grave violación de los derechos humanos. Pero ¿cuáles son los países con mayor trata de personas?
Países con mayor trata de personas en el mundo
1. Estados Unidos
Prevalencia global:
- 52.51% del total de víctimas a nivel mundial
- 65,971 personas identificadas como víctimas en EE. UU.
Distribución por género:
- 84% mujeres
- 15% hombres
- 1% transgénero
Modalidades de explotación:
- 26% trabajo forzado
- 74% explotación sexual
Nacionalidad de las víctimas:
- 51% Estados Unidos
- 18% México
- 5% China
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 9-17 años
2. Rusia
Prevalencia global:
- 8.93% del total de víctimas a nivel mundial
- 11,216 personas identificadas como víctimas en Rusia
Distribución por sexo:
- 43% mujeres
- 57% hombres
Modalidades de explotación:
- 80% trabajo forzado
- 12% explotación sexual
- 2% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 63% Ucrania
- 16% Bielorrusia
- 8% Kirguistán
Edad de las Víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años
3. Indonesia
Prevalencia global:
- 2.25% del total de víctimas a nivel mundial
- 2,832 personas identificadas como víctimas en Indonesia
Distribución por sexo:
- 25% mujeres
- 75% hombres
Modalidades de explotación:
- 93% trabajo forzado
- 5% explotación sexual
- 2% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 52% Myanmar
- 27% Indonesia
- 16% Camboya
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años
4. Polonia
Prevalencia global:
- 1.96% del total de víctimas a nivel mundial
- 2,466 personas identificadas como víctimas en Polonia
Distribución por sexo:
- 72% mujeres
- 28% hombres
Modalidades de explotación:
- 68% trabajo forzado
- 30% explotación sexual
- 2% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 86% Ucrania
- 9% Bielorrusia
- 2% Bulgaria
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años
5. Malasia
Prevalencia global:
- 1.81% del total de víctimas a nivel mundial
- 2,269 personas identificadas como víctimas en Malasia
Distribución por sexo:
- 72% mujeres
- 28% hombres
Modalidades de explotación:
- 64% trabajo forzado
- 23% explotación sexual
- 13% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 42% Indonesia
- 27% Camboya
- 9% Filipinas.
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años.
6. Filipinas
Prevalencia global:
- 1.73% del total de víctimas a nivel mundial.
- 2,174 personas identificadas como víctimas en Filipinas
Distribución por sexo:
- 69% mujeres
- 31% hombres
Modalidades de explotación:
- 40% trabajo forzado
- 9% explotación sexual
- 51% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 100% Filipinas
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 9-17 años.
7. Turquía
Prevalencia global:
- 1.72% del total de víctimas a nivel mundial
- 2,167 personas identificadas como víctimas en Turquía
Distribución por sexo:
- 91% mujeres
- 9% hombres
Modalidades de explotación:
- 24% trabajo forzado
- 74% explotación sexual
- 2% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 27% Ucrania
- 13% Turkmenistán
- 13% Kirguistán
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 20-30 años.
8. Libia
Prevalencia global:
- 1.56% del total de víctimas a nivel mundial.
- 1,957 personas identificadas como víctimas en Libia.
Distribución por sexo:
- 49% mujeres
- 51% hombres
Modalidades de explotación:
- 69% trabajo forzado
- 19% explotación sexual
- 12% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 44% Nigeria
- 37% Camerún
- 4% Sudán
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años de edad.
9. Kazajistán
Prevalencia global:
- 1.5% del total de víctimas a nivel mundial.
- 1,883 personas identificadas como víctimas en Kazajistán.
Distribución por sexo:
- 51% mujeres
- 59% hombres
Modalidades de explotación:
- 76% trabajo forzado
- 23% explotación sexual
- 1% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 33% Uzbekistán
- 30% Kazajistán
- 28% Kirguistán
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 30-38 años.
10. Camboya
Prevalencia global:
- 1.14% del total de víctimas a nivel mundial.
- 1,429 personas identificadas como víctimas en Camboya.
Distribución por sexo:
- 58% mujeres
- 42% hombres
Modalidades de explotación:
- 3% trabajo forzado
- 89% explotación sexual
- 8% categorizado como «otro»
Nacionalidad de las víctimas:
- 91% Camboya
- 8% Vietnam
- 1% Otros países
Edad de las víctimas:
- La mayoría entre 9-17 años.
Un problema global
La lucha contra este problema global requiere un enfoque integral que aborde las raíces del problema y que, de manera crucial, se centre en la demanda que perpetúa esta horrenda práctica, sobre todo en los países con mayor trata de personas. Sin clientes, la trata no prosperaría, por ello es necesario cambiar las actitudes sociales y penalizar de manera efectiva a aquellos que perpetúan este crimen atroz.
Es particularmente alarmante observar cómo los países de Europa del Este, como Ucrania, Moldavia, Rumanía y Bielorrusia, sirven como principales exportadores de personas, mayormente para la explotación sexual. Además, en el ámbito del trabajo forzado, naciones como Filipinas, Indonesia, México y Nigeria son los principales proveedores de víctimas, revelando la extensión global de esta problemática.
Resulta, además, especialmente impactante que incluso en naciones prósperas como Estados Unidos, la trata de personas persiste, afectando a ciudadanos propios. Por ello, es imperativo que la comunidad internacional colabore en la implementación de estrategias que desmantelen las redes de trata, protejan a las víctimas y, al mismo tiempo, enfoquen sus esfuerzos en desalentar la demanda que perpetúa este ciclo de explotación. Solo con un enfoque unificado y acciones decididas podemos aspirar a erradicar este flagelo y salvaguardar la dignidad y los derechos humanos de todas las personas.