En un mundo donde impera la desigualdad, la beneficencia constituye un vínculo que contribuye a la creación de una sociedad más inclusiva y resistente a las crisis humanitarias, promoviendo los derechos de los menos favorecidos y ayudando a cubrir sus necesidades básicas.
Uno de los grandes íconos de la ayuda humanitaria a nivel global es sin duda la Madre teresa de Calcuta, quien nació en Agnes Gonxha Bojaxhiu en 1910 y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1979 gracias a sus acciones constantes en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Tras 45 años de labor humanitaria que se extendió en diversos países y ganó el reconocimiento del mundo entero, la Madre Teresa murió el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años de edad. Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció esta fecha como el Día Internacional de la Beneficencia.