Por: Emilio Guerra Díaz
Para: Alejandro Martínez Reyes con agradecimiento por tu amistad
Hace dos semanas anunciamos este tema que tiene como propósito mostrar ideas reunidas en estos principios para considerar el trabajo que corresponden a la génesis de una Fundación, en particular, de origen empresarial.
1) Definir para qué se quiere una Fundación. Desde mi punto de vista el primer aspecto importante es que, dado que para la empresa una fundación representa una unidad de negocios con una relevancia trascendente ya que será la instancia encargada de la inversión social y articular gran parte del programa de responsabilidad social, por ejemplo, en el tema de vinculación con la comunidad; es necesario considerar que la fundación y sus programas estén alineados a la lógica y estrategia del negocio.
En esta visión se consideran como parte fundamental las necesidades que tiene la empresa en el mercado, en la comunidad, con sus grupos de interés y sobre todo en los inversionistas que tendrán en ella un pilar para edificar una trascendencia de la empresa en la comunidad.
Al preparar esta colaboración un amigo, Alejandro, cuestionaba con toda razón qué era más deseable, gestionar la RSC desde el Programa o desde una institución, para lo cual reflexionamos que ambos recursos son válidos pero quizá una fundación convenga a una empresa de grandes dimensiones y de larga presencia en el mercado, aunque no es una regla, pues en muchas ocasiones el liderazgo empresarial lleva a constituir paralelamente a la empresa una fundación (no empresarial) a la cual le va a destinar recursos.
La gran diferencia estriba entonces en este primer punto, subrayar para qué va a ser útil para el negocio la nueva fundación.
Considere el lector que la fundación empresarial vive en las entrañas de la propia empresa, mientras que otras iniciativas filantrópicas pueden trabajar en forma paralela con su propia lógica e intereses distintos.
2) Ordenamiento y Gobernabilidad. Como una Fundación empresarial forma parte de la corporación se establece que la máxima autoridad para fijar el rumbo consiste en facultar a un consejo directivo de estas responsabilidades. A menudo directivos y miembros del consejo de administración forman parte del órgano de gobierno. En algunos casos se constituyen comités de apoyo, como por ejemplo, un consejo consultivo, de personas expertas en los temas que habrán de ser objeto de trabajo de la institución. Son miembros honorarios, es decir, no reciben emulación económica alguna.
3) Definir el Rol y posición de la fundación dentro de la estructura de la empresa. Me ha tocado presenciar que algunas empresas constituyeron su fundación, por distintas y válidas motivaciones; una de ellas: “porque era lo razonable y paso consecuente por obtener el Distintivo ESR”.
El nacimiento de algunas fundaciones de esa visión inmediata, alejada de la idea de sustentabilidad, son vistas en la empresa como “un área que se encarga de un trabajo muy bonito” pero del cual no se percibe siquiera el potencial para construir un programa de inversión social que mida el impacto de las acciones. De tal suerte que estas fundaciones caminan al lado de la empresa y no por y para la empresa.
A menudo los programas a financiar responden a causas sociales elegidas por otras motivaciones distantes al negocio, que desde luego tienen validez y trascendencia social, pero que acrecientan un distanciamiento entre las instancias responsables del programa de la RSC. De esta manera no crean puentes o vínculos dentro de la estructura empresarial. De un lado está el trabajo del área de responsabilidad social que en conjunto con mercadotecnia o recursos humanos por ejemplo, se ocupan de importantes actividades para los estándares de la gestión socialmente responsable hacia el interior de la empresa; de otro lado se encuentra la fundación haciendo inversiones sociales cuyos logros se miden en el número de notas periodísticas en las que se logra aparecer, por el número de beneficiarios o por las asociaciones filantrópicas apoyadas. El resultado es que hay caminos que se bifurcan y a menudo ronda la idea que el presupuesto de la fundación es un gasto.
4) Definir la orientación de los temas en que la fundación se va a involucrar. Se recomienda elegir causas sociales y población que estén alineadas al negocio. Aquí también podrían despertarse justificadas inquietudes. Algún lector empresarial podría preguntarse “¿Si nuestra empresa va a invertir en crear una fundación y queremos apoyar a la niñez aun cuando nuestra presencia en el mercado no lo justica, entonces estamos maniatados?” La respuesta es no. La empresa puede elegir sus causas y una de las maravillosas enseñanzas del trabajo en este sector es que la experiencia muestra que constituir una fundación es un reto como cuando un sastre hace un traje a la medida. Lo interesante es construir los enlaces que puedan servir en forma sustentable a la empresa.
5) Pensar en sustentabilidad, no en donaciones. Una fundación empresarial debe desarrollar su propio “Business plan”. Debe contar con presupuesto propio. También es conveniente que la empresa evalúe todos los recursos con los que cuenta, bienes y servicios y la posible integración de los clientes para generar los recursos de inversión social de la empresa y estimar su factibilidad.
Como una primera responsabilidad, corresponde a la empresa asumir el compromiso de pagar la nómina y la operación de la institución. Luego, destinar un presupuesto de inversión social. La fundación empresarial coadyuvará a la sustentabilidad de la empresa, su responsabilidad no es hacer donaciones.
La donación es el medio, un vehículo para que la inversión social retribuya a todos los involucrados. Este recurso tiene que producir beneficios tanto tangibles como intangibles. Pensar en sustentabilidad de la empresa desde la operación de la fundación abre grandes horizontes que permiten comprender la trascendencia. Además de ayudar a desarrollar algunos de los indicadores de la vinculación con la comunidad, el trabajo fundacional contribuirá a cambiar vidas, proteger el medio ambiente, pero también impulsará la participación cívica y ciudadana.
6) Definir qué tipo de fundación va a ser. Existen varias alternativas para impulsar el trabajo fundacional, por ejemplo, existen instituciones que desean operar sus propias programas, o las que son promotoras de causas sociales. También las que deciden invertir y fortalecer a las asociaciones civiles con las que se va a asociar. La experiencia recomienda este último modelo.
7) Construcción de una plataforma administrativa, fiscal y legal. La empresa fortalecerá a su propia institución dotándola de los recursos que garanticen el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, legales y administrativas. En el sector filantrópico es básico establecer procedimientos que garanticen la transparencia y rendición de cuentas como una forma de trabajo cotidiano. Pero también es conveniente definir los mecanismos de asignación de recursos a las instituciones. Por ello también es importante que la fundación desarrolle sus políticas. Es conveniente en este punto definir el perfil que desea tener la fundación en la comunidad.
8) Trabajar y medir el impacto social de los proyectos apoyados. Es conveniente aplicar criterios de “rentabilidad social”, es decir, saber qué se espera y que va a producir la inversión que hace la empresa. Pero aquí se hace necesaria una aclaración. Los criterios de medición y evaluación no sólo son numéricos (cuantitativos) sino que también cuentan los parámetros que cambian, por ejemplo, la calidad de vida de las personas beneficiarias y que ellas mismas sean sujetos de cambio.
9) Fortalecer a los actores sociales. Resulta trascendental considerar que el beneficio del trabajo fundacional es más amplio de lo que puede estimarse a simple vista. Existen un sin número de recursos adicionales al dinero que la empresa puede destinar a través de su fundación a favor de la comunidad, como por ejemplo, alentar programas de mentorazgo, voluntariado y fortalecimiento de organizaciones civiles, tan solo por citar algunos ejemplos que se habrán de desarrollar en futuras colaboraciones.
10) Construir un retorno de inversión para la empresa. A menudo el trabajo fundacional “se detiene” por así decirlo, en evaluar el impacto de la inversión y ahí concluye el trabajo en elaborar quizá un reporte o informe anual. Pero para una fundación que desea cerrar el ciclo virtuoso, asume la gran responsabilidad de traducir los logros y éxitos a la visión empresarial y difundirlos en todos sus grupos de interés. También preparará información para el balance social de la empresa.
Quienes estén interesados en recibir orientación puntual, solicitar que su caso se exponga o proponer un tema, podrán escribir a [email protected]
Me parece que hay algún problema para compartir notas desde aqui en twitter pues ya van 2 ocasiones que intento hacerlo y no puedo. Con facebook está funcionando bien. Saludos. Carmela