Recientemente, la comunidad científica se unió para dar un mensaje a la sociedad; más de 100 premios Nobel firmaron y publicaron una carta abierta en contra de cualquier organismo que se oponga a la producción y consumo de alimentos transgénicos, encabezando la lista Greenpeace.
“Instamos a Greenpeace y a sus seguidores a volver a examinar las experiencias con cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología de los agricultores y de los consumidores en todo el mundo.”
La carta, principalmente habla del rechazo al arroz dorado genéticamente modificado, que promete reducir las deficiencias de vitamina A. La Organización Mundial de la Salud estima que 250 millones de personas sufren de enfermedades causadas por la falta de esta vitamina, teniendo este arroz el potencial de eliminar gran parte de las muertes ocasionadas por esta deficiencia, en países subdesarrollados.
Además, los científicos hacen un llamado a los gobiernos del mundo para “acelerar el acceso de los agricultores a todas las herramientas de la biología moderna, especialmente a las semillas mejoradas a través de la biotecnología.”
Desde 1996, Monsanto es una de las empresas que trabaja soluciones biotecnológicas de manera comercial de la mano de los agricultores, con el objetivo de contribuir al importante reto de la seguridad alimentaria, con menor uso de recursos no renovables aportando en el incremento en rendimiento de las cosechas y sus ingresos.
Además, la empresa desarrolla semillas y prácticas que permiten a los agricultores garantizar la calidad de suelo, la protección del medio ambiente y manejar mejor las malezas, plagas y el estrés ambiental, por medio de sistemas de conservación y de gestión inteligente de agua.
En la siguiente infografía encontrarás 10 razones por las que más de 100 integrantes de la comunidad científica buscan que las organizaciones se dejen de oponer a la mejora vegetal y las innovaciones en la agricultura.
Me parece un artículo totalmente lleno de falacias. Específicamente la frase «El impacto ambiental de los cultivos OMG es menos dañino para el ambiental que la agricultura tradicional» es totalmente equivocada en sentido amplio y sentido estricto. No creo que sea un argumento que utilizan científicos acostumbrados a fundamentar sus criterios con bases científicas. Y la difusión de este tipo de falacias engaña y confunde a las personas poco informadas por un lado, y desacredita el resto de los argumentos, algunos válidos. Por otro lado, creo que se debería considerar en artículos responsables que en general las organizaciones serias no se oponen a la mejora vegetal y las innovaciones en la agricultura, sino a la agricultura intensiva que proponen los vendedores de estas semillas, al sistema de patentes con el que buscan monopolizar la venta de semillas, y la pérdida de biodiversidad por los monocultivos que proponen monsanto y demás compañías similares.
Hola Vivian
Respetamos tu punto de vista, pero la carta de los Premios Nobel está allí, y no es solo un puñado, ¡son más de 100! Los datos que se mencionan aquí también puedes corroborarlos. Gracias por comentar.