Por Emilio Guerra Díaz
Obtener financiamiento por parte de una organización de la sociedad civil es la actividad cotidiana por antonomasia. Se piensa que es muy complejo o difícil. Es así si la organización que procura fondos sólo piensa en sí misma, si se piensa “que los fondos están muy competidos” o que sólo las instituciones venturosas son las que tienen suerte. En realidad la búsqueda de financiamiento tiene pilares sólidos cuando la organización conoce la problemática que quiere resolver; ha vislumbrado soluciones innovadoras que agreguen valor, y; tiene además la disciplina y constancia para alcanzar los objetivos. Es un trabajo inspirador porque se toca lo mejor de la humanidad para el bienestar del prójimo. He aquí algunos consejos que le harán la tarea más sencilla y aunque no lo crea, más divertida.
1) Prospecte, investigue, conozca a la fundación
Resulta fundamental conocer a la fundación financiadora. Se tiene que reunir información sobre: Cuál es su misión, sus objetivos, programas, proyectos. También es importante conocer quiénes son miembros del Consejo Directivo o Patronato. Cuáles son sus intereses en la comunidad y si la Fundación está vinculada a una empresa y además de lo anterior, conocer si tiene programa de responsabilidad social empresarial. También hay que poner atención sobre los problemas que tiene la Fundación o la empresa porque en muchas ocasiones una alianza con una organización filantrópica coadyuva a mejorar su imagen y reputación corporativa. Conozca los formatos que pide el financiador para presentar proyectos, investigue también qué proyectos de qué otras organizaciones han recibido ayuda en el pasado. Eso le ayudará a entender las necesidades de su potencial socio.
2) Elabore proyectos con utilidad pública y buenos indicadores
La principal falla para recibir financiamiento resulta ser el ensimismamiento y aferrarse a presentar proyecto estructurados sólo desde la óptica de la OSC. Hoy no son tiempos de que una organización estime lo que la comunidad necesita. Los proyectos con utilidad pública se estructuran hoy con la voz de la comunidad, la de los especialistas, la organización y los financiadores. Los proyectos tienen que incluir desde el principio indicadores que permitirán evaluar los resultados. Ojo, las empresas y los financiadores principalmente ponen interés en los indicadores cuantitativos (“lo que no se mide no se gerencia, no se evalúa o mejora”): A cuántos, con cuántos, con qué, para qué, etc. Sin embargo una gran contribución de las OSC es incluir indicadores cualitativos. Cómo cambiaron, qué beneficios adicionales se generaron a partir del proyecto, cómo ganaron voz los grupos, seguridad, confianza, autoestima, etc.; qué motivaciones hay en la comunidad para resolver otros problemas, etc. No olvide que el proyecto es el mejor instrumento de comunicación entre el financiador y la OSC.
3) Involucre a otros inversionistas
Es importante seguir a la vanguardia. Difícilmente una OSC encontrará hoy a un sólo financiador del proyecto. La tendencia es el co-financiamiento. Nunca olvide que el primer financiador es su organización, porque ella ya dispuso de recursos para elaborar el proyecto. Cuando se busca resolver una problemática la organización invirtió tiempo, recursos materiales, humanos y eso implica también dinero. Después buscará a otros inversionistas. Por ello hable de inversión social, no de un donativo. Cuando uno invierte busca el retorno en un beneficio directo o indirecto. No se trata de regresar dinero al financiador, sino regresarle a cada inversionista que participa aspectos positivos como por ejemplo: Aceptación en la comunidad, presencia de marca, lealtad de colaboradores y clientes, mejor imagen, etc.
4) Incluya presupuestos reales
Un financiador lee superficialmente el proyecto, pero lee con detenimiento, meticulosidad y sentido crítico el presupuesto que acompaña la iniciativa. Por lo anterior, el financiador inmediatamente detecta si el presupuesto está inflado, si las estimaciones de adquisición de materias primas son adecuadas o desorbitadas. Hay que manejar diestramente los rubros que corresponden a gastos de operación y gastos de administración del proyecto. Incurre en un grave error pensar que el financiador debe destinar su inversión a pagar honorarios, sueldos y gastos como renta, teléfono, luz, etc. El financiador quiere ver productividad de su dinero en la última parte de la cadena del proyecto, esto es, en los beneficiarios. El presupuesto bien hecho trasmite honestidad.
5) Distinga la forma de participación del financiador
Existen varias alternativas de trabajar con un financiador, pero el fundamento es que sea su socio. Hay por lo menos estas posibilidades de alianza: Un involucramiento parcial del financiador, involucramiento total y subcontratación. Todas son válidas y cada opción presenta ventajas para las dos partes. En algunas ocasiones la fundación financia al mismo tiempo varios proyectos en los que no puede estar involucrada en todos pero demanda apoyarse en organizaciones proactivas, con sentido de responsabilidad y atención a sus financiadores.
6) Pida consejos
La fundación, la empresa o cualquier financiador tienen vínculos con sus socios a través de los proyectos, pero resulta muy útil que su organización pida consejos. Pida opinión sobre la viabilidad del proyecto, consejos de comercialización, promoción u otorgamiento de servicios. Esta iniciativa acaba involucrando a directivos y ejecutivos en los proyectos, quienes también los hacen suyos y se ganan mayores simpatizantes, mentores y voluntarios. Muchas fundaciones y empresas pueden disponer de recursos adicionales en los que no se había pensado cuando se estructuró el proyecto.
7) Presente a los consejeros de su organización al financiador
Si tiene la oportunidad acerque a los miembros de su Consejo Directivo a las autoridades de la Fundación porque incrementa la confianza pública. Deles un papel de voceros, publirrelacionistas y genere reuniones de enriquecimiento para las partes. Todos aprenden de todos. Pero es importante que todo el ejercicio de prospección realizado como la primera recomendación de estos tips, también sea compartida a sus consejeros. Prepare un discurso que muestre los aciertos y éxitos de la organización. Recuerde que los consejeros son miembros de la comunidad que entran a su organización como “auditores” para dar congruencia entre lo que se dice y lo que se hace. Los consejeros empeñan su honorabilidad para que los acuerdos se cumplan.
8) Cuide el seguimiento y acompañamiento
Una vez recibido el recurso de inversión no olvide involucrar a los inversionistas en la evolución del proyecto. Invítelos a visitar las comunidades donde se está llevando a cabo la actividad financiada, presente a los beneficiarios que ellos hablen al financiador sobre las expectativas finales. Sea proactivo, presuma a su socio en la comunidad. Es muy distinto tener una actitud de supervisor a ser partícipe del proyecto transformador. Levante testimonios por etapas: Antes, durante y después para que tenga por lo menos 3 momentos distintos del proyecto. Es profundamente recomendable involucrar a personas relativamente ajenas de la Fundación o de la empresa para que visiten los proyectos. Ellos se convertirán en voceros de lo que hace la fundación o la empresa en la comunidad.
9) Desarrolle una estrategia de comunicación
En ella se incluye dar los créditos correspondientes tanto por atribución del proyecto como por contribución de los financiadores y los beneficiarios. Comunicar significa mostrar que las alianzas entre fundaciones y OSC son productivas, que dan resultados y que se obtienen a costos relativamente bajos. La estrategia tiene que diferenciar audiencias. No sólo se trata de comunicar al público en general, sino también al interior de la fundación o empresa. Dentro de este terreno también se tienen que rendir cuentas. La organización tiene que ser transparente en el uso de los recursos.
10) Evalúe y renueve la alianza
Evaluar significa mejorar. Si ha observado estos consejos, estará en mejores condiciones de renovar un financiamiento o conseguir fondos adicionales o incluso para una nueva iniciativa. ¿Por qué? Porque sentó las bases para evaluar desde que “vio” los indicadores al principio del proyecto, a su vez los indicadores le ayudan a analizar cómo la OSC hizo el trabajo y qué se puede mejorar. Es más, si el proyecto puede generar un modelo de intervención que sea aplicable a otras comunidades con problemáticas similares o si se puede escalar, es decir, llevarlo a nuevas dimensiones más ambiciosas y con mayor cobertura. Las OSC que practican la evaluación incluyen en esta etapa la construcción del retorno de inversión para los financiadores y descubren el poder de la organización de la comunidad, las múltiples posibilidades que se generan a partir de involucrar a las personas que no habían podido resolver problemáticas concretas.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
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