Hace unas semanas, Dinamarca decretó que los productores lecheros deben pagar un impuesto sobre el ganado. Según una nota de CNN, el gobierno del país determinó que va a introducir el primer impuesto a las emisiones de carbono en la agricultura, lo que involucrará un aumento para el ganado a partir de 2030.
Esta norma, llamada “acuerdo verde”, tiene como principal objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de vacas, ovejas y cerdos. Se prevé que la disminución llegue a un 70%, logrando que el país sea neutro para 2045. El impuesto sobre el ganado ha estado en negociaciones durante tres meses, involucrando a la administración de Dinamarca, organizaciones ambientalistas y asociaciones de ganaderos.
La industria de la agricultura y la ganadería son las mayores emisoras de gases contaminantes en Dinamarca, que es el mayor exportador de productos lácteos y carne de cerdo. Se contempla que el impuesto sobre el ganado sea de 100 dólares por vaca (1,800 MXN). Sin embargo, si los productores aplican ciertas medidas para mitigar las emisiones, habría una reducción del 60% del impuesto.
¿Qué es el acuerdo verde?
El principal propósito del acuerdo verde es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, restaurar la naturaleza y disminuir la contaminación en el medio marino y los bosques. Con esta planificación de acción climática, Dinamarca busca ser el primer país del mundo en ayudar a mantener el calentamiento global en niveles seguros.
Asimismo, el acuerdo verde estipula convertir hectáreas agrícolas en bosques, lo que representa un porcentaje de tierras destinadas a la industria agraria. Esta norma ya se considera para entrar en vigor en los próximos años, y varios países de Europa la ven como una acción viable para favorecer el medio ambiente, aunque con desafíos para la manufactura ganadera y agrícola.
Los daneses se han pronunciado ante el gobierno, ya que algunos creen que el impacto económico será desfavorable, especialmente por el aumento de impuestos para el sector ganadero. Aunque el impuesto sobre el ganado está planificado para favorecer la biodiversidad e iniciar iniciativas que se puedan transmitir a otras partes del mundo, muchos se preocupan por el impacto socioeconómico.
¿Alivio o preocupación para la industria ganadera?
El tema del impuesto sobre el ganado ha generado debate, ya que los ganaderos se sienten preocupados por las normativas que el gobierno de Dinamarca impondrá a partir de 2030. Las emisiones del ganado son de las más fuertes contribuyentes al calentamiento global. Según el Centro de Estudio Ecológico de Dinamarca, las vacas lecheras emiten 5.6 toneladas de CO2 al año.
Los productores agrícolas ya se han manifestado en contra de la norma. Un lechero irlandés comentó: “Un gobierno minoritario danés de socialdemócratas apoyado por un partido verde; empujando al granjero a la quiebra. Tomen nota, esta tontería también nos llegará a nosotros”. El malestar entre los ganaderos es evidente, ya que la subida de precios y la pérdida de empleos podría resultar en el cierre de granjas.
Sin embargo, otros productores están conformes con el “acuerdo verde”. Uno de ellos comentó: “No ha sido una resolución tan mala, el impuesto está acordado para que podamos continuar con nuestra producción, así que, como punto de partida, soy positivo con el acuerdo”. Otros confían en los avances tecnológicos que permitirán reducir aún más las emisiones de metano, demostrando que las opiniones están divididas.
Se prevé que el impuesto sobre el ganado pueda tener consecuencias como el desempleo. El Ministerio de Economía de Dinamarca aceptó que habrá una pérdida de 1,550 puestos de trabajo, pero espera que para 2035 se incrementen a 2,100 empleos, generando más oportunidades laborales.
Con la normativa del impuesto sobre el ganado próxima a aplicarse, Dinamarca espera que esta iniciativa llegue a más partes del mundo, contribuyendo positivamente frente a la crisis climática global.
Cabe mencionar que Dinamarca es uno de los principales productores ganaderos, lo que resulta en altos índices de emisiones de gases. En 2022, las actividades de agricultura y pesca representaron el 1.47% del PIB y la mano de obra ocupada en esta actividad ascendió al 1.39% del total de la fuerza laboral del país, haciendo de Dinamarca un país potencial en producción agropecuaria.