Un jefe, como escribe Joan Lloyd, es el cordón umbilical que conecta a los colaboradores con una empresa y, si ese cordón se daña, los empleados con el tiempo se irán.
Existen 4 tipos de jefes:
- Tóxico.
- Inútil.
- Bueno.
- Extraordinario.
Los jefes extraordinarios:
- Tienen sentido del humor, humildad y empatía.
- Aprecian el feedback.
- Sacan lo mejor de los colaboradores.
- Saben que no pueden hacer el trabajo solos.
¿Has pensado alguna vez qué pueden dar los jefes extraordinarios a los colaboradores? Si piensas que la respuesta tiene que ver con dinero, aumento de sueldo o algo similar, no puedes estar más equivocado.
Sigue leyendo para averiguar si tu jefe es un líder extraordinario o solo un jefe regular.
Según Inc.com, estas son las 11 cosas que debes dar a los empleados para ser un jefe excepcional:
1. Paciencia
La paciencia es la virtud que un ser humano muestra para soportar contratiempos y dificultades, con el fin de conseguir o realizar algo bien.
Esto es muy importante en el lugar del trabajo.
Un jefe que muestra paciencia con los colaboradores usa el método perfecto de hacerles entender que realmente le importan a la empresa. Tenerles paciencia y confianza es la manera infalible para hacerles saber que realmente crees en ellos.
2. Alabanza
John Ashcroft dijo: «El peor error que un jefe puede cometer es no decir ‘bien hecho'».
La alabanza o elogio es enunciar afirmaciones positivas sobre el buen trabajo que hace una persona.
Todos, incluso los colaboradores novatos, hacen algo bien. Esa es razón suficiente para que reciban elogios y aprecio.
Unas pocas palabras de reconocimiento, especialmente en frente de los otros colaboradores o en público, podría ser ese empujón que inspire a un empleado promedio a hacer un trabajo mejor y convertirse en un gran profesional.
Los jefes extraordinarios intentan ver lo bueno en los colaboradores. La alabanza puede ser esa chispa que les ayude a alcanzar su verdadero potencial y contribuir a mejorar los resultados de la compañía.
3. Olvido
Nadie es perfecto; todos cometemos errores en el trabajo. Cuando un colaborador comete un error, en vez de identificarlo por esa equivocación, lo mejor es olvidar y darle otra oportunidad.
Eso es lo que un gran jefe haría. No se trata solo de perdonar el error, sino olvidarlo por completo y nunca mencionar el incidente. De esa manera, el colaborador sentirá que el jefe no le guarda rencor, y se esforzará más en hacer un buen trabajo y no cometer otra falla similar.
4. Pedir ayuda
Cuando un jefe pide ayuda, especialmente de alguien que trabaja para él o ella, muestra que le tiene respeto a la persona que da el consejo. Esto es muy importante porque muestra que el líder respeta la experiencia, los conocimientos, las habilidades y las opiniones de dicho individuo.
Al pedir ayuda de un colaborador, el jefe muestra la confianza que le tiene.
5. Privacidad
La privacidad es la parte más profunda de la vida de una persona, que comprende sus sentimientos, vida familiar o relaciones.
Vivimos en la era de las redes sociales y la privacidad casi ya no existe.
No es obligatorio que seas amigo de tu jefe en Facebook, pues hay cosas que los jefes no tienen que saber. Eso es algo que los líderes extraordinarios saben y respetan la privacidad de los empleados.
El jefe excepcional no pregunta a los colaboradores cosas demasiado personales. Además, van un paso más allá y ayudan a proteger la privacidad de los colaboradores.
6. Oportunidad
Charles Erwin Wilson dijo: «Un buen jefe hace que sus colaboradores se den cuenta de que tienen más habilidad de lo que creen, para que continuamente hagan un mejor trabajo de lo que pensaban que podían.»
Cada persona tiene el potencial, tanto profesional como personal, para lograr cosas extraordinarias.
Los jefes excepcionales se toman el tiempo de capacitar a los empleados para el trabajo perfecto, incluso si ese empleo significa que la persona cambie de empresa. Los jefes increíbles los apoyan para encontrar y aprovechar las oportunidades, incluso ayudan a los empleados a hacer sus sueños realidad y a abrir puertas que de otro modo podrían haber permanecido cerradas a ellos.
7. Sinceridad
Sinceridad es la virtud de expresarse sin mentiras.
Los jefes extraordinarios están dispuestos a mostrar emoción sincera cuando las cosas van bien. Están dispuestos a demostrar su aprecio por el trabajo duro y el esfuerzo extra.
Los jefes extraordinarios otorgan un reconocimiento sincero.
8. Libertad
Para los colaboradores, es muy importante tener la responsabilidad y la autoridad no solo para hacer lo que el jefe les dice, sino para hacer lo correcto.
Los jefes extraordinarios crean normas y directrices, pero luego dan a los empleados la autonomía y la independencia para trabajar de la manera en que se desempeñen mejor dentro de esas reglas. Les permiten convertir el «tengo que» en «quiero», porque eso transforma el trabajo en algo mucho más significativo: una expresión externa de las habilidades únicas de cada persona, talentos y experiencias.
9. Amor duro
Nadie es perfecto. Todos queremos ser mejores de lo que somos en el momento. Sin embargo, todos caemos en los hábitos, por lo que necesitamos retroalimentación constructiva. Necesitamos asesoramiento, orientación y amor duro.
A veces lo mejor que un jefe puede hacer es decir a los colaboradores lo que menos quieren oír, pero que necesitan escuchar.
Suzanne Bates, CEO de Bates Communications y autora de All the Leader You Can Be, comentó en una nota en Business Insider que puede ser difícil de averiguar si le caes bien a tu jefe o no:
«Un jefe que te vea como prometedor puede darte un montón de comentarios, no todos positivos, algo que podría considerarse ‘amor duro’ porque él o ella te ve como alguien que lo puede manejar y está listo para más responsabilidad».
10. Respeto
Algunos empleados no son tan inteligentes o tal vez no trabajan tan duro, quizá cometen errores mayores. La verdad es que algunos colaboradores hasta merecen ser despedidos.
Sin embargo, independientemente de su nivel de rendimiento, cada empleado merece ser tratado con respeto. Hay que tener cuidado con el sarcasmo, poner los ojos en blanco y los comentarios tajantes.
Un regalo increíblemente poderoso es permitir que otros mantengan un sentido de dignidad en las peores circunstancias.
Hasta los jefes extraordinarios puede que tengan que despedir a un empleado, pero nunca deben degradarlo o humillarlo.
Recuerda que no es tan importante si le caes bien o no a tu jefe, lo que importa es si te respeta o no.
11. Significado
Los líderes increíbles dan a los empleados un sentido de propósito. Los ayudan a preocuparse dándoles a entender por qué deben hacerlo. Al animar a los colaboradores a encontrar ese significado, ellos se van a casa todos los días sintiendo un mayor sentido de plenitud.
Ese es uno de los mejores regalos que cualquier líder puede dar.
¿Qué más hacen los jefes excepcionales? Ellos desafían a los colaboradores, les asignan tareas importantes y buscan maneras para retenerlos en la empresa.
¿Has tenido un jefe extraordinario? ¿Has recibido otros regalos aparte de los mencionados? ¡Te leemos en los comentarios!
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Hola Danny, gracias por esta muy buena compilación del «perfil ideal de un buen (extraordinario) jefe», el cual, desgraciadamente -en promedio- brilla por su ausencia. «El que manda, manda;aunque mande mal» es el habitual resignado mandamiento central en las empresas. Soportar estoicamente condiciones degradantes, inhumanas, es la pesadilla del día a día. «Hay mucha gente allá afuera, esperando una oportunidad», responden los sátrapas de cuello blanco, mostrando los colmillos y las garras.
La calidad de la empresa es función directa de la calidad humana de los dueños, y por ende, de sus delegados administradores. En ausencia de este requisito, la farsa «directiva» continúa, y la tragedia laboral se perpetúa.
Cómo incidir en la inaplazable transformación cultural?, pistas para la misión… bienvenidas. Humanicemos los espacios laborales, «poco a poco se llega lejos» decían nuestros predecesores caminantes. Pero ahora que vamos en autos, avanzamos rápido hacia… el desencuentro.