Si bien existen líderes con habilidades de gestión y comunicación de un nivel tan alto que se convierten en fuente de inspiración para más de uno de los grandes empresarios del mundo, a lo largo de nuestra carrera profesional también nos encontraremos con muchos que, muy lejos de motivar a sus colaboradores y ayudarlos a alcanzar su máximo potencial, llevan a sus equipos de trabajo a toda velocidad en la dirección equivocada, afectando su nivel de productividad y dañando su satisfacción laboral.
A través de un artículo publicado recientemente por el portal Fast Company, Jason Criss Howk, un antiguo paracaidista del ejército norteamericano, compartió algunos de los peores errores de liderazgo que identificó durante su carrera y la forma en que estos puedes destruir la moral de un colaborador, asegurando que el campo militar realmente no es tan distinto que el resto del mundo. ¿Tu jefe dice alguna de estas 17 frases?
Integrarte a dirigir un equipo de trabajo no es una tarea sencilla, para lograrlo necesitas conocer las políticas y procedimientos de la organización, adaptarte a la dinámica ya existente entre los integrantes e identificar las áreas de oportunidad en las que podrán trabajar para alcanzar los objetivos la empresa.
Durante este proceso, muchas personas recurren a culpar a su predecesor por los errores de sus colaboradores; critican los procesos y hablan mal sobre sus habilidades de gestión. Sin embargo, un líder responsable sabe que hacerlo es una pérdida de tiempo, por lo que evita los comentarios negativos sobre la administración anterior y no los utiliza para distraer a sus colaboradores sobre su propia incapacidad para resolver problemas.
Encontrarse con el jefe que cree ser dueño de la verdad no es raro en el mundo corporativo; estos profesionales están seguros de que nadie más tiene nada que enseñarles y difícilmente escuchan las opiniones de sus colaboradores, por lo que no están al tanto de sus necesidades e inquietudes y caen en la trampa de actuar de forma irresponsable y hacer todo ellos mismos.
Un líder responsable evita comparar sus propias habilidades con las de cada miembro de su equipo alardeando sobre sus éxitos del pasado y permite que sus acciones hablen por él día con día.
Además, se esfuerza por reconocer el trabajo de cada uno de sus colaboradores y brindarles retroalimentación oportuna, con el fin de ayudarles a desarrollar nuevas habilidades sin cuestionar su capacidad para realizar determinadas tareas.
Un verdadero líder conoce la importancia de escuchar a sus colaboradores y permitirles ofrecer un punto de vista distinto que pueda ayudarlo a tomar mejores decisiones, por lo que no toma sus comentarios de forma personal y crea un ambiente de confianza que facilite la comunicación y retroalimentación entre él y su equipo de trabajo.
Una forma sencilla de identificar a un mal jefe es ver si para él toda tarea es realmente urgente, las prioridades cambian todo el tiempo y nada tiene un orden concreto. Esto genera mucha confusión dentro de un equipo de trabajo y sus colaboradores cuestionan constantemente su capacidad de pensar estratégicamente.
¿Qué jefe no ha caído en la trampa de pensar que la mejor forma de hacer algo es exactamente a su manera? Los mejores líderes saben que ofrecer a sus colaboradores una imagen clara del resultado deseado y permitir que encuentren la mejor solución ellos mismos no sólo ayudará a crear un ambiente mucho más relajado, sino también permitirá que los trabajadores se sientan mucho más motivados y desarrollen sus actividades de manera más eficiente.
Esta frase no sólo habla de un jefe con poca o nula confianza en sus colaboradores, sino también de uno que no está dispuesto a trabajar con ellos para alcanzar el objetivo deseado. Se trata de alguien que no está preocupado por guiar el proyecto paso a paso, aunque seguramente al día siguiente se esforzará por encontrar fallas con el fin de sentir que realiza una gestión adecuada.
Una vez que el objetivo se ha alcanzado y es momento de marcar una nueva meta, el líder necesita reconocer la labor de su equipo y evitar centrarse en los errores cometidos; después de todo cada imperfección ha podido ser corregida y lo que sus colaboradores necesitan es motivación para asumir un nuevo reto. Ni hablar de aquellas ocasiones en las que un jefe decide tomar todo el crédito.
Una de las razones por las que los trabajadores se sienten incómodos al hablar con su jefe es que se trata de una actividad casi siempre asociada con malas experiencias, por lo que es importante que los líderes se mantengan abiertos a escuchar a sus colaboradores atentamente. Desde luego esto no quiere decir que cualquier cosa que un miembro de tu equipo tenga que decir tendrá prioridad sobre todo lo demás, pero una excelente alternativa sería programar un momento del día para atender sus inquietudes sin que esto interfiera con asuntos de mayor relevancia.
No todo puede ser siempre perfecto dentro de un equipo de trabajo, en algunas ocasiones te encontrarás de frente con las debilidades de tus colaboradores y esto puede llegar a ser complicado. Sin embargo, un excelente líder sabe que la solución no es despedir a todo un grupo de personas para contratar nuevos talentos, sino identificar las fortalezas de cada uno de ellos y aprovecharlas al tiempo que impulsamos el desarrollo de nuevas habilidades.
Entre las largas filas de jefes en el mundo corporativo siempre se encuentra aquel que se considera a sí mismo un excelente líder saboteado por sus colaboradores; no hay nada más erróneo que esta percepción.
Un excelente líder tiene la habilidad de ganar la confianza de su equipo de trabajo, comunicarse con ellos adecuadamente y motivarlos a alcanzar las metas que él mismo ha definido.
De acuerdo, no se trata de una frase que comúnmente saldría de los labios de cualquier jefe, sin embargo sí es una actitud que con frecuencia genera grandes conflictos dentro de las organizaciones, ya que el talento a veces puede encontrar un dirigente que presume de sus privilegios e incluso puede aprovecharlos para fines personales.
Los malos líderes no reaccionan bien a las preguntas, ya que a menudo las consideran un ataque directo o un cuestionamiento de autoridad. Los verdaderos líderes conocen la importancia de compartir su conocimiento con sus colaboradores a fin de ayudarlos a comprender mejor su visión e impulsarlos a desarrollar nuevas habilidades.
¿Quién dice que criticar a la alta dirección es una forma efectiva de motivar a tus colaboradores? Si acaso, es una técnica para deprimirlos rápidamente e impulsarlos a buscar nuevas oportunidades de empleo.
Los mejores líderes se aseguran siempre de no interrumpir el trabajo de sus colaboradores, por lo que no esperan una fiesta cada vez que llegan a la oficina, en lugar de ello se convierten en observadores silenciosos. Si tu equipo debe desviarse de su importante trabajo y levantarse para saber si deseas algo que en realidad podrías hacer tú mismo, tú eres el problema.
Solicitar a tus colaboradores una tarea y luego olvidar en dónde fue exactamente que pusiste el resultado de ella no es una situación graciosa, transmite una sensación de descontrol y hace que tu equipo se sienta poco valorado. Recuerda que gran parte del trabajo de un líder es asegurarse de que su equipo sea recompensado por su ardua labor.
Un excelente líder sabe aprovechar todos sus recursos, y una fábrica de tiempo no es uno de ellos. Así que, ¿por qué pedir a tus colaboradores que hagan milagros o que se queden más tiempo tras haber perdido horas en una junta interminable?