La pandemia de COVID-19 ha cobrado cientos de miles de vidas en todo el mundo. Familiares, amigos, personal de salud. Cada una de ellas personas con sueños y metas que han quedado pendientes de cumplir. ¿Cómo se traduciría eso en años de vida?
Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, asegura que es posible que haya 20,5 millones de años de vida perdidos por COVID-19. ¿Esperabas una cifra como esta?
Esta sombría conclusión es resultado del trabajo de investigadores de una universidad de Barcelona, citado por Fast Company. Ellos resumieron los años estimados perdidos por más de 1.2 millones de fallecimientos por la enfermedad en 81 países distintos.
Años perdidos por COVID-19
Los años perdidos se calcularon como la diferencia entre la edad de muerte de una víctima y la esperanza de vida promedio dentro de su país.
Al 6 de enero de 2021, ese total era de 20,507,518 años para esos países, dicen los autores del estudio con la salvedad de que las estimaciones pueden ser superiores o inferiores, debido a la dificultad de registrar con precisión las muertes relacionadas con COVID-19. También es solo una instantánea de una pandemia global que ha viajado a los siete continentes.
Dentro del subconjunto del estudio, el COVID-19 en países muy infectados pareció reclamar de dos a nueve veces más años por muerte que la influenza estacional.
Del total de años perdidos del estudio, el 45% correspondió a personas de entre 55 y 75 años; el 30% menores de 55; y el 25% mayores de 75, lo que sugiere que el número de muertos aumenta con la edad.
Los años perdidos también fueron casi 1.5 veces más altos en los hombres que en las mujeres.
Esperanza de vida
El informe viene con noticias más sombrías de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que afirmaron que la esperanza de vida promedio en los Estados Unidos disminuyó en un año en la primera mitad de 2020, la mayor disminución que ha visto el país desde la Segunda Guerra Mundial.
La esperanza de vida al nacer es el número de años promedio que podría vivir una persona desde la fecha en que nace.
Se calcula a partir de una generación real o hipotética, repartiendo el conjunto de años de vida vividos por un cierto colectivo inicial para averiguar el número medio de años que corresponde a cada individuo de dicho colectivo.
Aunque esta medida suele variar entre una nación y otra, debido a factores sociales, médicos y de seguridad, las estimaciones dentro de un mismo país y contexto social suelen ser mínimas. Esto a menos que se presente un acontecimiento que afecte la vida a gran escala, como una pandemia o una guerra.
La caída de un año visualizada dentro de este estudio puede empeorar a medida que se tenga en cuenta el segundo semestre de dicho año, dijeron los funcionarios de salud, ya que según los informes, fue el más mortífero en la historia de EE. UU. con un total de muertes que superó los 3 millones.
Comparaciones con otras causas de mortalidad
Para poner los impactos del COVID-19 en los AVP en perspectiva, se comparó con los impactos en la mortalidad prematura de otras tres causas comunes de muerte a nivel mundial:
- Afecciones cardíacas.
- Accidentes de tráfico.
- “Gripe” estacional o influenza.
Las afecciones cardíacas son una de las principales causas de YLL6, mientras que los accidentes de tráfico son una causa de nivel medio de YLL, lo que proporciona líneas de base de comparación de causa media y alta sensatas.
Un problema observado en la atribución de defunciones por causa de COVID-19 ha sido el subconteo sistemático, ya que los recuentos oficiales de muertes pueden reflejar limitaciones en las pruebas, así como dificultades para contar en contextos extrahospitalarios.
Con el fin de evaluar la importancia de contar menos en los resultados, se calculó el exceso de muertes para 19 países con datos de mortalidad semanales disponibles.
Finalmente, la influenza estacional común se ha comparado con COVID-19, ya que ambas son enfermedades respiratorias infecciosas.