Con la probabilidad cada vez mayor de una recesión en 2023, los líderes corporativos tienen la tarea de navegar estos tiempos turbulentos, y la reducción de costos es una estrategia convencional para implementar. Desafortunadamente, la experiencia muestra que las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) suelen ser las primeras en la lista para congelar o subfinanciar durante tiempos de recesión.
No obstante, la prueba de fuego para RSE llega en un momento en que los directores ejecutivos han logrado avances significativos en la vinculación de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) con la rentabilidad. Puesto que el 70% de los directores ejecutivos de EE. UU. reconoce que implementar la RSE a través de ESG mejora el rendimiento financiero, frente al 37% del año pasado, según una encuesta reciente de KPMG. Aun así, el 59% de los directores ejecutivos señalan que planean pausar o reconsiderar sus esfuerzos RSE.
No renunciar a RSE
La RSE ha mostrado tener un impacto social y económico importante para las empresas y las personas en general. Una encuesta de Marktein señala que 70% de los consumidores quiere saber qué están haciendo las marcas que apoyan para abordar los problemas sociales y ambientales, mientras que el 46% presta mucha atención a los esfuerzos de Responsabilidad Social de una marca cuando compra un producto.
Y esta tendencia parece no cambiar. Continuar con la estrategia de RSE no solo mejora la relación con sus partes interesadas, como son clientes, proveedores, inversionistas y sociedad en general, también influye en las finanzas y en el crecimiento empresarial. Pero si aún no estás convencido de por qué no se debe dejar de priorizar los esfuerzos en RSE aquí te compartimos algunas razones de peso.
¿Por qué priorizar la RSE?
1. Las personas quieren trabajar en empresas con una RSE sólida
Reclutar y retener talento sigue siendo un desafío en todos los sectores, a pesar del debilitamiento de la economía. Si bien la seguridad laboral y los salarios justos serán lo más importante durante una recesión económica, la participación de los empleados y el compromiso corporativo con el impacto social, impulsados en gran medida por los equipos de RSE, siguen siendo fundamentales.
El informe especial de Edelman, Confianza en el lugar de trabajo, es un reflejo de lo dicho arriba, ya que encontró que 7 de cada 10 empleados quieren que su trabajo tenga un impacto social, calificándolo como una gran expectativa o factor decisivo. Dicho esto, los empleados se marcharán para encontrar un empleador motivado por un propósito, si tu empresa no lo es.
2. Consumidores toman decisiones con base en los compromisos empresariales
Los consumidores son aún más exigentes durante los tiempos de mayor incertidumbre, lo que hace que la reputación y la transparencia sean claves. Si bien los consumidores están más atentos al aumento de los precios, la prueba de fuego para la RSE será mantener los compromisos con la sociedad en las buenas y en las malas.
De hecho, según el Índice de prima de propósito (PPI) de Porter Novelli de 2021, «73 % de los consumidores dice [que], para ganar su apoyo, las empresas deben mostrar cómo están apoyando a las comunidades y al medio ambiente».
3. Inversionistas toman decisiones con base en el impacto social y ambiental
Una de las estrategias centrales de los inversionistas es abordar los problemas ambientales y sociales que pueden impactar en las finanzas o daños reputacionales. Es por ello que, en tiempos particularmente volátiles en el mercado, los inversionistas necesitan certeza sobre cómo esos riesgos están siendo rastreados y gestionados en los niveles más altos de la empresa.
Según un informe de 2016 de Aflac, los inversores no suelen ver las inversiones en RSE como una pérdida de dinero, sino como un «indicador de una cultura corporativa con menos probabilidades de producir errores costosos como el fraude financiero». El estudio dijo que el 61% de los inversionistas consideran que la RSE es un signo de «comportamiento corporativo ético, que reduce el riesgo de inversión».
4. La reputación está intrínsecamente ligada a la RSE
El barómetro de Edelman muestra que la confianza en las empresas está disminuyendo, ya que todo lo que se necesita es una mala elección para cambiar la percepción de una empresa al desdén. Además, las necesidades de la sociedad solo aumentarán durante las recesiones económicas, incluidas las necesidades básicas como vivienda, alimentación y educación.
Entonces, las acciones de RSE que involucran voluntariado corporativo, inversiones con impacto social, y donación de productos, entre otras, serán fundamentales para consolidar las relaciones con las partes interesadas clave. Por lo que el equipo de RSE es su ofensiva y defensa para garantizar que su reputación se mantenga sólida.
Dicho esto, 2023 será la prueba de fuego para RSE, el año en que se conocerá si los compromisos éticos, económicos, sociales y ambientales, impulsados y anunciados por las empresas, están profundamente arraigados a sus valores o si son solo pasatiempos en buen tiempo económico.
Ante el panorama actual y futuro de la economía, deberían de considerar como una buena práctica dentro de la ESR, el cumplimiento de pagos a proveedores. Hay muchas PYMES que no pueden competir con las Empresas Grandes y sin embargo, éstas se aprovechan en muchas ocasiones para extender sus plazos de pagos hasta los límites y no solamente eso, sino que todavía incumplen en sus pagos.
Esa situación genera un vórtice financiero que muchas PYMES no pueden aguantar y terminan sobreviviendo y no generando.