La crisis climática ha alcanzado un punto crítico en 2024 y estamos a punto de que este año se consolide como el más cálido registrado hasta la fecha. Según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S), la temperatura global promedio supera en 1,5 °C los niveles preindustriales, marcando un récord en la crisis climática. Este hito histórico refleja la aceleración del calentamiento global debido al uso masivo de combustibles fósiles, lo que subraya la urgencia de una acción climática efectiva y coordinada.
Samantha Burgess, subdirectora del C3S, señaló que «2024 será el primer año en superar 1,5 °C en temperatura promedio anual». Este dato no implica que el Acuerdo de París haya fracasado, pero evidencia el creciente desafío de mantener el calentamiento global dentro de límites seguros. A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se intensifican y las emisiones de CO2 siguen aumentando, la comunidad internacional enfrenta una carrera contra el tiempo para cumplir los compromisos climáticos.
Un año de extremos climáticos y desafíos globales
Es casi seguro que 2024 será el año más cálido registrado, además de uno marcado por desastres climáticos de magnitudes sin precedentes. Incendios forestales devastadores, intensas olas de calor, tormentas severas e inundaciones evidencian el impacto tangible del cambio climático. Según Mark Parrington, científico sénior del Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus (CAMS), “la escala de algunos de los incendios en 2024 alcanzó niveles históricos, especialmente en Bolivia, el Pantanal y partes de la Amazonia”.
Estos incendios, impulsados por sequías extremas, no solo arrasaron vastas áreas, sino que también generaron contaminación atmosférica a nivel global. Los efectos económicos de estos eventos son igualmente alarmantes: un informe de Swiss Re estima pérdidas de 320.000 millones de dólares para 2024, un 25 % más que la media de los últimos diez años. Eventos como los huracanes Helene y Milton en Estados Unidos, junto con las inundaciones en Europa y los Emiratos Árabes Unidos, son ejemplos de cómo la crisis climática exacerba fenómenos naturales con costos humanos y económicos incalculables.
Las medidas de adaptación, aunque indispensables, aún son insuficientes. Swiss Re destacó que inversiones en infraestructura, como diques y represas, pueden ser hasta diez veces más rentables que la reconstrucción posterior a un desastre. Sin embargo, estas soluciones no alcanzan a las comunidades más vulnerables, que sufren desproporcionadamente los impactos de la crisis climática y no cuentan con recursos para seguros o mecanismos de protección. Este récord en la crisis climática subraya la urgente necesidad de estrategias inclusivas que protejan a las poblaciones más afectadas.
Compromisos climáticos bajo presión
El Acuerdo de París, firmado por 196 países, busca limitar el calentamiento global a 1,5 °C a largo plazo, pero 2024 pone en jaque esta meta. Aunque superar este límite en un solo año no representa un incumplimiento directo, es un fuerte indicador de que la tendencia es insostenible. Según el C3S, noviembre de 2024 fue el decimosexto mes en 17 meses en que las temperaturas globales superaron este umbral crítico.
Las emisiones de combustibles fósiles deben reducirse en un 45 % para 2030 para evitar un calentamiento global irreversible. Sin embargo, a pesar de las promesas internacionales, las emisiones continúan aumentando, impulsadas por la falta de acuerdos en cumbres como la COP29. Este evento, en lugar de marcar avances, dejó en evidencia la falta de consenso para la eliminación gradual de carbón, petróleo y gas. Las naciones más vulnerables al cambio climático no pueden esperar más; la inacción amenaza con condenarlas a los impactos más severos de esta crisis.
La urgencia de abordar la crisis no es solo ambiental, sino también social. Las comunidades más pobres, que no tienen acceso a seguros ni recursos de adaptación, son las más afectadas por fenómenos meteorológicos extremos. Samantha Burgess afirmó que «es más urgente que nunca adoptar medidas ambiciosas en materia de clima». Este llamado a la acción subraya la necesidad de priorizar soluciones que combinen justicia climática y reducción de emisiones para evitar que el récord en la crisis climática se convierta en una norma.
El desafío de un futuro sostenible
El año 2024 será recordado como un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático, pero solo las acciones que se tomen a partir de aquí definirán el futuro de nuestro Planeta. Los datos alarmantes de temperaturas récord y los costos humanos y económicos de fenómenos extremos evidencian que el tiempo para actuar se está agotando. Los fracasos en alcanzar acuerdos globales, como ha sido el caso de la COP29, agravan un panorama ya sombrío.
La única salida viable radica en la cooperación global y en la implementación urgente de medidas de adaptación y mitigación. Si los compromisos climáticos no se traducen en acciones concretas, los impactos de este récord en la crisis climática serán irreversibles. Este es un llamado a líderes, empresas y ciudadanos para priorizar un futuro sostenible en beneficio de las generaciones presentes y futuras.