Algo muy, pero muy extraño puede suceder con la pantalla de tu computadora si buscas imágenes de madres que trabajan y luego repites la búsqueda con los padres. Resulta que mientras las primeras parecen haber desarrollado tentáculos para hacer magia con el tiempo y cumplir con decenas de actividades al mismo tiempo, ¡los hijos de ellos parecen simplemente haber desaparecido!
Para corroborar este descubrimiento basta revisar los siguientes resultados de la búsqueda en Google, en los que sólo tres de los cinco padres representados en las imágenes tiene un niño cerca, sólo uno de ellos tiene un bebé en brazos y el último incluso aparece con su hija arreglando su corbata. Como contraste, cuatro de las cinco madres en las imágenes aparecen frente a una computadora, haciendo una llamada telefónica o ambas cosas. Todo esto con un niño en brazos.
La empresaria Allyson Downey realizó este mismo ejercicio con los términos «working dad clipart» y «working mom clipart», para después compartir sus hallazgos en un artículo publicado por Fast Company, en el que asegura que después de ver estos resultados no le sorprende que al pensar en una madre trabajadora con niños pequeños, venga a nuestra mente la visión de una empleada agotada.
Downey además admitió que hay algo de verdad en el hecho de que las madres que trabajan a veces se sienten abrumadas, aunque la única diferencia que existe entre hombres y mujeres en este sentido es un sesgo inconsciente, ya que esos dibujos de caricatura son el reflejo de aquello que las personas han interiorizado sobre las madres y padres que trabajan.
No parece muy productivo hacer un análisis sobre qué fue primero, el huevo o la gallina, pero lo que sí es un hecho es que estas imágenes a su vez refuerzan los estereotipos impuestos a hombres y mujeres, contribuyendo a perpetuar algunos de los mitos que giran en torno a las madres que trabajan fuera del hogar.
De acuerdo con Downey, muchos estos sesgos ponen a las madres en una desventaja significativa cuando enfrentan el proceso de postularse a un mejor puesto o un nuevo empleo, por lo que las empresas necesitan romper con urgencia unos cuantos mitos y adoptar políticas de paternidad que promuevan la equidad de género; aunque desde luego también sería de gran ayuda que medios de comunicación y bancos de imágenes transformen su comunicación a favor de la equidad.
Mito 1: Las madres con niños pequeños se distraen
Probablemente no existe una sola persona en el mundo que pueda decir que está más ocupada o tiene más responsabilidades que una madre que trabaja. Es cierto, y eso con frecuencia se traduce en muchas menos oportunidades ir al gimnasio o salir a divertirse, pero no necesariamente significa que se distrae con facilidad o que piensa en cualquier cosa menos en el trabajo que está realizando. ¡Se volvería loca!
Contrario a este prejuicio popular, las madres que trabajan adquieren habilidades que les permiten ser mucho más eficientes, jerarquizando adecuadamente sus prioridades; no pierden ni un segundo de su tiempo porque saben que es un lujo que no pueden darse y recortan de su día aquellas actividades que no son estrictamente necesarias para obtener los mejores resultados.
Mito 2: El trabajo no es prioridad para las mujeres con niños pequeños
De acuerdo con Downey, este mito es posiblemente el origen de la guerra entre amas de casa y madres trabajadoras; sin embargo esta afirmación sólo puede ser cierta en caso de que creas que una persona es incapaz de tener algo más que una única prioridad en su vida en lugar de creer que puede sentir pasión y entregarse a dos cosas distintas.
La experta asegura que para muchas madres el trabajo es lo único que las ata de nuevo a sí mismas, por lo que se vuelven más agradecidas de la satisfacción derivada de sus actividades profesionales.
Mito 3: Las mujeres con niños son menos ambiciosas
Muchas personas creen que las mujeres que ya son madres o que desean serlo son menos ambiciosas que aquellas que permanecen solteras o no buscan tener hijos, por lo que con frecuencia las empresas no consideran que invertir en ellas pueda tener resultados positivos; sin embargo a menudo son ellas quienes tienen más hambre de éxito que una persona promedio. ¿Acaso una persona se sometería a ese ritmo de trabajo y se enfrentaría a un sinnúmero de prejuicios si careciera de ambición?