Los mitos son relatos basados en antiguas creencias que generalmente presentan explicaciones sobrenaturales. Actualmente, estos se incluyen en diferentes culturas, incluso algunos se han popularizado tanto que se encuentran en distintas formas de entretenimiento, ahora… ¿existen mitos del consumidor sustentable?
Así es, no solo existe el Ragnarök (destino de los dioses), sino también hay mitos sobre el consumo sustentable. A continuación te decimos los detalles.
¿Empresa sustentable o consumidor?
En las últimas décadas la preocupación por el medio ambiente ha sido constante, así como la idea de un desarrollo sostenible. Bajo esa lógica, las empresas han buscado estrategias para la sostenibilidad, de hecho el Pacto Mundial es un claro ejemplo.
Pero… ¿solo las empresas están convocadas a realizar cambios? La realidad es que todos los sectores y sociedad están llamadas a impulsar una transformación, tanto en sus organizaciones como en su modo de vida.
Por ello, la ONU convoca y trabaja en la Agenda 2030 que condensa los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): «plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia».
Si bien los sectores en los que las personas pueden realizar acciones son diversos, es necesario resaltar que todas o la mayoría son consumidores, es decir, son personas u organizaciones que demanda bienes y servicios a través de una transacción comercial.
Por lo que no solo los gobiernos o empresas están encargadas de trabajar por la sustentabilidad, sino también las y los consumidores, en donde existen mitos.
Top 3 de los mitos del consumidor sustentable
De acuerdo con Forbes, los mitos del consumidor sustentable se han incrementado en las últimas décadas, y para terminar con ellos primero es necesario conocerlos.
1. Quiero ser sustentable, pero…
El ODS 12 busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, de hecho el 93% de las 250 empresas más grandes del mundo presentan informes en materia de sostenibilidad. Entonces… ¿qué sucede?
Uno de los principales mitos del consumidor sustentable involucra a dos partes: la empresa y el consumidor, o en otras palabras: una brecha entre el valor y la acción. Frases como «quiero ser sustentable, pero no hay productos» o «las empresas no entienden de sustentabilidad» son parte de este mito.
Es decir, las y los consumidores apelan a la sustentabilidad, pero al mismo tiempo se quejan de que las empresas no llenan sus expectativas. Esto es un mito porque, si bien hay empresas que no son sustentables, existen otras comprometidas con ofrecer productos sustentables y de acuerdo a los valores éticos de sus consumidores.
Basta recordar lo que ha sucedido con la leche vegetal: durante años las y los consumidores apelaban a otro producto similar a leche, pero sin la explotación que implica para las vacas. Sin embargo, cuándo se lanzan esos productos apareció un silencio sepulcral y las ventas no se consolidaron.
¿Qué sucedió? ¿Falta de compromiso? Una posible respuesta es la falta de pericia para ofrecer el producto. Hecho que queda comprobando cuando en 2016 Oatly —empresa productora de leche de avena— salió de Suecia y entró en el escenario mundial. Tan solo en 2020, la compañía vendió más de 400 mil millones de dólares en productos en todo el mundo lo que significó más del 100% de sus ventas respecto al año anterior.
Así que no hay pretexto ni para las y los consumidores ni para las empresas. La solución es ofrecer un producto atractivo, delicioso y emocionante que responda a las necesidades de las y los consumidores.
2. Costoso
Otro de los grandes mitos del consumidor sustentable es en referencia al costo de los productos. Sobre este punto hay que ser claros en que la sostenibilidad supone un costo añadido. Un ejemplo clásico puede ser la industria de la moda, la cual para producir sus productos requiere de insumos como el algodón y de mano de obra.
Para que esos productos sean sustentables necesitan, en el caso del empleo, salarios más dignos y en el caso de los insumos, que su producción sea ecológica, la cual lleva más tiempo y requiere mayor dinero.
Ahora bien, más que costos, es necesario pensar en inversión tanto para la empresa como para el o la consumidora. Siguiendo con el mismo ejemplo, se invierte en salarios dignos que hacen posible que esas personas puedan adquirir los productos que fabrican. A la par que las y los consumidores invierten en el desarrollo social y ambiental.
¡Adiós al mito del consumidor sustentable que cree que todo es costoso. ¡Hola a la inversión en el consumo!
3. ¡Lo logramos!
Por último, un mito central del consumidor sustentable es suponer que ya se hizo lo suficiente. Como ejemplo, muchas empresas se comprometen más en informar sus grandes cambios (los cuáles muchas veces son ciertos) que en continuar innovando.
Ahora, esta falsa idea de que ya se logró todo lo sustentable deja a las empresas con cierta desventaja. En particular, porque se estima que las y los consumidores sustentables son más de lo que normalmente se piensa, tan solo en Estados Unidos 68% de los consumidores dice que para sentirse cómodo comprando de una marca, espera que tenga claros sus valores y tome una posición sobre ellos. Frente a este contexto las empresas y consumidores… ¿cómo pueden ser suficientes?:
- Asegurar que cada acción que realice esté alineada a los valores de sustentabilidad de sus clientes en todo momento y en todo lugar.
- Crear nuevas soluciones que abordan tanto el clima como la justicia.
- Ir más allá y mostrar tanto como contar.
Los elementos anteriores son válidos tanto para empresas como para consumidores, en especial para eliminar los mitos del consumidor responsable y en verdad lograr los cambios que requiere la sociedad y el planeta.
