La sustentabilidad es importante para todas las industrias, especialmente para el cine. Se estima que cada producción (con un presupuesto promedio de $70 millones) tiene una huella de carbono de 3,370 toneladas métricas. Por ello, para que el cine contribuya a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), asumir su Responsabilidad Social Empresarial (RSE) será fundamental.
Por ejemplo, la serie El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder (2022) de Amazon Studios es una muestra del alto impacto ambiental que tiene este sector. Si bien durante el rodaje existieron algunas iniciativas ecológicas —se reciclaron papel y baterías—, los esfuerzos parecen eclipsados por las emisiones y desechos generados en el proceso de producción. Aún así existen algunas películas producidas de manera sostenible que están asumiendo este desafío, según Eco-Business.
La sostenibilidad en el cine
Existen ciertos factores que pueden afectar cuánto una producción emitirá de contaminantes, como la cantidad de cámaras utilizadas para filmar un episodio y tener múltiples lugares de filmación. Estos aspectos a menudo aumentan con un mayor presupuesto, y también la emisión de carbono promedio.
Aunque los grandes estudios de cine tienen un impacto mucho mayor en el medio ambiente, tienen los recursos para ser más sostenibles y sentar un precedente para los más pequeños en el futuro. Y es que los grandes estudios de producción pueden contratar administradores ecológicos o coordinadores de sostenibilidad para ayudar a implementar prácticas sostenibles.
Cada película es capaz de practicar la sostenibilidad con cambios mínimos, y de varias maneras como lo muestran estos tres ejemplos de películas producidas de manera sostenible.
3 películas producidas de manera sostenible
1. El asombroso Hombre Araña 2 (2014)
Los éxitos de taquilla de Hollywood generalmente implican enormes emisiones y huellas de desechos, su gran presupuesto les permite adoptar prácticas de producción más sostenibles, como en el caso de The Amazing Spider-Man 2 de la productora Sony Pictures, protagonizada por Andrew Garfield, Emma Stone y Jamie Foxx.
El equipo tenía un gerente que supervisó, hizo cumplir y documentó prácticas sostenibles en el set, lo que les permitió ahorrar 193 mil botellas de agua de plástico desechables, donar o reutilizar 49.7 toneladas de materiales y desviar más del 52% de sus desechos de los vertederos.
Estos esfuerzos no solo redujeron los costos de producción en USD 400 000, sino que les valieron el premio Green Seal de Environmental Media Association en 2014 —un reconocimiento que honra el progreso en la producción sostenible de películas, programas de televisión—.
2. Bait (2019)
Aclamada por muchos críticos de cine como una obra maestra moderna, Bait explora el declive y la gentrificación de las ciudades costeras británicas a través de las crecientes tensiones entre una comunidad pesquera en apuros y los turistas que amenazan cada vez más el carácter auténtico y las formas de vida tradicionales de la ciudad.
Además de su inusual temática, destacan las cualidades estéticas de la película. Bait se rodó con una cámara de cine mudo de 16 mm en el Cornualles, Inglaterra, ciudad natal del director Mark Jenkins. Luego, Jenkins reveló el material él mismo en casa y grabó el audio más tarde, un proceso que le da a la película su calidad de otro mundo y enfatiza la creciente alienación del personaje principal de su ciudad.
Aunque Bait no ha sido elogiado explícitamente por su producción sostenible, ha seguido algunas prácticas clave que, según los expertos en cine sostenible, reduce en gran medida la huella ambiental, como mantener los rodajes locales, simplificar las configuraciones de filmación y minimizar el tamaño del elenco y el equipo.
Birgit Heidsiek, directora de la plataforma de medios sostenibles con sede en Alemania Green Film Shooting, aseguro que “la película más sostenible es la que no se ha producido. Pero es posible producir películas de una manera más respetuosa con el medio ambiente y, a veces, las producciones de bajo presupuesto lo han hecho sin siquiera saberlo, como filmar en lugares cercanos, hacer que los actores se vistan con su propia ropa o usar la luz disponible [en el día].”
3. Chandigarh Kare Aashiqui o Romance en Chandigarh (2021)
Pero la creación de películas producidas de manera sostenible no es un desarrollo exclusivamente occidental, el cine hindi, conocido popularmente como Bollywood está dando grandes pasos. Dirigida por Abhishek Kapoor y producida por T-Series junto con Guy in the Sky Pictures, Chandigarh Kare Aashiqui sigue a Manu (Ayushmann Khurrana), un fisicoculturista que lucha y finalmente supera sus prejuicios de género para amar a Maanvi (Vaani Kapoor), su pareja transgénero mujer.
El esfuerzo de sustentabilidad de la película fue dirigido por Skrap, una firma India que logró desviar 17 toneladas (o el 95%) del material de desecho de la película de los vertederos proporcionando dispensadores de agua y platos compostables, minimizando el desperdicio de alimentos y donando los restos de comida a las comunidades necesitadas a través de organizaciones como Feeding India y Robinhood Army.
De hecho, alimentar a los actores y al equipo de producción es una de las áreas de mayor producción de desechos en el cine de Bollywood, según Janjri Jasani, subdirector del Centro sin fines de lucro para la Investigación y Educación Ambiental (CERE) con sede en Mumbai. Ante este trabajo, Divya Ravichandran, fundadora de Skrap, destaca que:
“Creo que el catering tiene un gran impacto [en el medio ambiente] porque hay mucha comida empaquetada involucrada y mucho desperdicio. Aparte de los generadores diesel, el transporte y todos los [cambios de vestuario], puede que los servicios de catering sean probablemente donde todavía está el mayor impacto”.
Divya Ravichandran, fundadora de Skrap.
Abordar el daño que la industria cinematográfica causa al medio ambiente es un paso importante para cambiar las normas y producir películas y programas de televisión más conscientes del medio ambiente. La industria cinematográfica está avanzando a pasos agigantados hacia producciones más ecológicas, pero aún quedan mucho campo por resolver.