Enfrentarse a conflictos sociales y ambientales no está siendo una tarea fácil, esto a pesar de que desde hace años hemos emprendido acciones e iniciativas para mitigar los daños causados en el rubro.
Entre las situaciones más urgentes por enfrentar se encuentran los efectos de cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales y la ampliación de las desigualdades económicas. ¿El motivo? Simple…
Dichas problemáticas están causando y provocarán graves estragos. Según información de la NASA, algunos de los efectos del cambio climático global a largo plazo son:
- Aumento constante de temperaturas.
- La temporada sin heladas.
- Cambios en los patrones de precipitación.
- Más sequías y olas de calor.
- Huracanes más fuertes e intensos.
Y si hablamos del agotamiento de recursos naturales, la humanidad ha demostrado que en tal solo ocho meses puede consumir más recursos naturales de los que el planeta puede producir en un año.
Por otra parte, tanto la globalización, bajos salarios, cambios tecnológicos, corrupción, entre otros; son factores que están alentando una diferencia relacionada con la renta, riqueza y bienestar económico entre los miembros de la sociedad, lo que trae consigo problemas como delincuencia y reducción del crecimiento económico.
Para resolver estos conflictos, todos los sectores deben desempeñar un papel, y la única forma de hacerlo es a través de la colaboración y las alianzas multilaterales. Pero, ¿qué significa esto para las empresas?
El papel de las empresas
Según información de Sustainable Brands, durante gran parte del siglo actual y los últimos, muchas compañías han dejado de lado la importancia que tiene su impacto ambiental y social, sin embargo, gracias a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), esto está comenzando a cambiar.
Actualmente se entiende que tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente no solo es lo correcto, sino un requisito para el éxito de las empresas a largo plazo.
No obstante, la realidad es que esto es más fácil de decir que de hacer. El desarrollo de programas ambientales y sociales globales y escalables requiere enormes recursos, a veces formando equipos completos. Es fácil establecer objetivos, pero es mucho más difícil tomar las decisiones difíciles necesarias para lograrlos.
Para las empresas más grandes del mundo, que responden a los accionistas, la capacidad de priorizar el largo plazo se vuelve aún más desafiante.
La presión sobre los gigantes empresariales
Afortunadamente, hoy en día no solo los activistas climáticos están creando presión; la comunidad de inversores y el sector financiero también están exigiendo a las empresas que alineen mejor sus estrategias comerciales y de sostenibilidad. Recordemos que…
La sostenibilidad es gestionar los recursos para satisfacer las necesidades actuales, sin poner en riesgo las necesidades del futuro. Esto considerando el desarrollo social, económico y el cuidado del medioambiente.
Si bien la pandemia global ha amplificado y acelerado la urgencia de una acción más fuerte, el mensaje a largo plazo es claro:
Si las empresas no toman las medidas necesarias en torno a temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), sentiremos los efectos durante generaciones.
A continuación te presentamos tres razones para alinear la sostenibilidad y las finanzas y por qué es una tendencia que está iniciando.
3 razones para alinear la sostenibilidad y las finanzas
1. Los inversores solicitan cada vez más datos no financieros comparables y fiables
Actualmente, dos verdades son principalmente evidentes por sí mismas:
- La humanidad no puede seguir extrayendo los recursos naturales de nuestro planeta a un ritmo insostenible.
- Las empresas que prestan atención a estos problemas e invierten en consecuencia, superan a las que no lo hacen.
Los inversores institucionales están viendo estas dos realidades y están aumentando sus esfuerzos para evaluar el desempeño de las empresas que utilizan factores ASG (ambientales, sociales, y de gobierno corporativo), según la quinta encuesta de EY de Servicios de Sostenibilidad y Cambio Climático de 298 inversores institucionales a nivel mundial.
The Art of Alignment: Sustainability and Financial Transparency, publicado por SustainAbility en noviembre de 2019, también identificó a los inversores como la audiencia principal que exige una mayor alineación entre la transparencia financiera y la sostenibilidad. Empero, la investigación de EY muestra que los inversores siguen preocupados por la brecha que existe entre el desempeño financiero y no financiero. Además, muestra lagunas en la calidad e integridad de los datos, así como inconsistencias en los informes integrados.
El desempeño financiero es administrado por equipos financieros, mientras que el desempeño ESG a menudo es liderado por equipos de sostenibilidad. Dado que los inversores exigen cada vez más datos ESG precisos y de alta calidad junto con datos financieros, reunir estas dos áreas de informes y experiencia se convierte en un imperativo.
2. La divulgación de informes ESG necesita el rigor de los informes financieros
Los informes de ESG permiten el control y la comunicación de los criterios en temas temas ambientales, sociales y de gobernanza, de acuerdo con uno o más de los marcos globales reconocidos hoy en día.
Empero, según EY, los informes de desempeño de ESG generalmente carecen de los sistemas y controles rigurosos que caracterizan los informes financieros. A diferencia de los informes financieros, los informes ESG no tienen métricas, garantías o formatos de informes consistentes que los inversores y las empresas puedan analizar o comparar.
Los avances en tecnología permiten a las empresas recopilar cantidades cada vez mayores de datos, por ejemplo, sobre la huella ambiental de sus operaciones. Sin embargo, estos datos deben presentarse de manera accesible y verificable.
3. Las OSC deben trabajar mano a mano con el C-suite
El mes pasado, se lanzó el nuevo Grupo S30, un grupo que busca colaborar en iniciativas y acciones para ayudar a proteger e impulsar el valor sostenible de las partes interesadas.
El Grupo S30 se conforma por líderes en sostenibilidad de todo el mundo. Fue lanzado a través de la Iniciativa de Mercados Sostenibles (SMI) y en colaboración con la organización de servicios profesionales EY y la firma de relaciones públicas Freuds. En el lanzamiento, el Príncipe de Gales pidió a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) empoderadas, que trabajen en estrecha colaboración con sus homólogos de alto nivel.
Tengo muchas esperanzas de que las principales empresas de todo el mundo designen OSC debidamente capacitadas para garantizar que la sostenibilidad sea fundamental para la estrategia empresarial, la toma de decisiones, las adquisiciones, las cadenas de suministro y la participación de los clientes.
Los líderes en sostenibilidad deben trabajar de la mano con sus homólogos de C-Suite, llevándolos como parte de la solución; y con los empleados más jóvenes que sé que se preocupan profundamente por la sostenibilidad y quieren ver acciones reales y demostrables.
Príncipe Carlos.
Y cuando los equipos de Sustentabilidad y Finanzas trabajen juntos, inevitablemente aprenderán unos de otros y fortalecerán el negocio.
De acuerdo con Jennifer Motles, experta en sosteniblidad: “Los equipos de sustentabilidad tienen mucho que aprender en términos de pensamiento estratégico financiero; e igualmente, en finanzas, existe la oportunidad de expandir horizontes y pensar más en el futuro a largo plazo. A medida que transformamos nuestro negocio, es importante que fomentemos e invitemos al diálogo abierto, no solo con nuestras partes interesadas, sino también entre los equipos internos».
Cabe destacar que alinear la sostenibilidad y las finanzas no es solo una tendencia actual que va en crecimiento, es una forma de lograr lo que durante años hemos buscado resolver y que hoy en día no podemos dejar de lado.