La competencia entre empresas es buena para la sustentabilidad, porque permite que cada compañía quiera ser mejor que sus competidores, creando así más y mejores estrategias de responsabilidad corporativa. Sin embargo, esto tiene un lado oscuro, porque muchas veces estas estrategias no tienen ideas de fondo, convirtiendo un «concurso de talentos» en un «concurso de belleza», donde la empresa no se compromete a hacer cambios de fondo y se conforma con comunicar una nueva imagen.
Es responsabilidad de todos los grupos de interés asegurarse de etiquetas como «100% natural» o «carbono neutral» tengan detrás un verdadero trabajo de cambio y de inclusión de temas sustentables en todas las áreas de la empresa. Para lograr esto, es necesario crear puntos de referencia que permitan comparaciones justas entre dos productos, que es el nivel en el que las compañías deben competir.
Tres razones para enfocarse en el producto
1. Impacto en el consumidor: El 80% del impacto d eun automóvil, por ejemplo, está en la fase de consumo, tanto en el área de emisiones de carbono como en la de seguridad. En el caso de productos de consumo como los de Unilever, alrededor del 95% del impacto viene más allá de las operaciones de la empresa. Los reportes tradicionales no suelen tener en cuenta el ciclo de vida de sus productos.
2. Diseño de productos:la segunda razón es que la clave para la sustentabilidad está en el diseño de producto: si el impacto está en la materia prima, entonces se deben rediseñar para usar otras alternativas, o si se trata de una máquina que consume energía, entonces se debe rediseñar para que sea más eficiente.
3. La referencia debe ser el producto, no la empresa: la gente no compra empresas, compra productos. Las compañías gastan mucho tiempo y dinero preparando reportes corporativos y otros cuestionarios que tratan de hacer de las empresas un punto de referencia, pero la gente quiere saber el impacto de una televisión o de un tomate, no de la compañía completa.
La completa transparencia en los productos se refiere a un panorama completo del impacto de éste durante toda su vida. El impacto ambiental es más fácil, porque ya se ha estandarizado y se puede medir en equivalencias de moléculas, y con la llegada de los EPDs (Declaraciones Ambientales de Productos) y PCRs (Reglas de Categoría de Productos), la total transparencia ambiental es relativamente fácil de conseguir. Y es también el siguiente paso en sustentabilidad.
Fuente:
CSRWire
Traducción y Redacción:
María José Evia Herrero