Por: María José Evia H. Google
En menos de un mes, publicamos dos noticias un tanto deprimentes: las empresas no están haciendo lo suficiente para frenar el cambio climático y este fenómeno es consecuencia de la actividad humana. En resumen, podríamos decir que sí, no solamente nosotros lo hicimos sino que no nos importa.
Esta actitud no nos deja muy bien parados como raza humana, y ya nos estamos enfrentando a sus consecuencias: si las empresas no habían actuado antes, ahora tendrán que hacerlo, porque no habrá otra opción. El reporte del IPCC significa malas noticias para todos, pero no es una sentencia de muerte, todavía estamos a tiempo para generar políticas y estrategias para aplazar o detener los efectos del cambio climático.
Pero, específicamente ¿por qué deben preocuparse las empresas? A continuación, tres razones concretas:
1. Las emisiones de carbono: se conoce como «presupuesto de carbono» a la cantidad de emisiones que podemos generar antes de que la temperatura aumente dos grados. En este momento, ya hemos usado una gran parte del presupuesto que la comunidad internacional fijó hace unos años. Por lo tanto, es momento de ser extremadamente ahorradores con esas emisiones. Dado que las empresas son grandes generadores de carbono, serán las primeras en ser sujetas a medidas de emergencia.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya anunció que limitará las emisiones de fábricas nuevas. Por lo tanto, todas las grandes compañías ya deben estar pensando en planes para reducir drásticamente las suyas.
2. La materia prima: la industria depende de materia prima, que en muchos casos es afectada por las variaciones de clima. Las inundaciones, sequías y demás fenómenos naturales exacerbados por el cambio climático tienen un impacto directo en recursos como el algodón y otros cultivos, en el ganado y en muchos otros productos. Esto puede llevar a costos elevados, escasez y pérdida del control de calidad.
Aquellas empresas que comiencen a experimentar con formas más sustentables de obtener materia prima y que hagan esfuerzos reales por evitar contribuir al cambio climático, estarán más seguras para enfrentar esta nueva realidad.
3. El manejo de riesgos: las dos razones anteriores se combinan en esta última. Si la humanidad continúa acabando con el presupuesto de carbono y la explotación de recursos naturales se vuelve una actividad cada vez más incierta, las aseguradoras (y todas las empresas en general) se verán imposibilitadas para planear y manejar riesgos.
Con información de:
GreenBiz