Según Green Biz, con el crecimiento actual de la población, existen mayores desafíos y demandas de recursos que líderes gobernantes, empresas y sociedad deberán abordar. Esta crisis se ve exacerbada por el sometimiento de los sistemas ecológicos globales a las necesidades de casi 8 mil millones de personas que consumen bienes y servicios.
Afortunadamente, son cada vez más los agentes de cambio que se preocupan y están tomando acción para impulsar soluciones que apunten a reducir los desechos y el uso de nuevas materias primas, permitiendo establecer una economía nueva. Aquí te presentamos algunas de las tendencias de circularidad más novedosas que impactarán en los negocios en 2023, de acuerdo con Suz Okie, directora de estrategia de diseño y analista senior en economía circular.
Tendencias de circularidad en 2023
1. Circularidad en la tecnología climática
Con la demanda creciente de vehículos eléctricos, paneles solarares, urbinas eólicas y, por asociación, minerales y metales críticos, comienza a tomar forma una epifanía colectiva: no podemos lograr el cero neto sin circularidad.
Por ello, los materiales críticos deben reciclarse y reutilizarse, si esperamos mitigar las prácticas mineras destructivas, reforzar la resiliencia de la cadena de suministro, evitar dolores de cabeza geopolíticos, la escasez y garantizar el suministro adecuado de materiales. Afortunadamente, esta conversación esencial ganó la atención colectiva en 2022.
Puesto que, en lo que respecta al reciclaje de baterías de iones de litio, las cosas mejoraron cuando el gobierno federal en EE.UU. —bajo la administración del actual presidente, Joe Biden— invocó la Ley de Producción de Defensa. Esto para impulsar el suministro doméstico de materiales críticos para vehículos eléctricos, a través de esfuerzos de reciclaje, y el Departamento de Energía anunció planes para liberar más de $3 mil millones para apoyar y expandir la producción y el reciclaje de baterías domésticas.
Para sumarse a estos esfuerzos del sector público, una ráfaga de inversiones privadas cerró el 2021 y se extendió hasta el 2022, con el reciclaje de baterías pronosticado como el «próximo favorito» potencial de la comunidad de inversionistas.
Todo este movimiento condujo a algunas predicciones notables: se proyecta que la industria de reciclaje de baterías de iones de litio alcanzaría los 18.7 mil millones para fines de la década y disfrutará de un aumento de capacidad diez veces mayor para 2025.
De hecho, mientras el mundo espera que la primera ola de baterías de autos eléctricos (VE) llegue al final de su vida útil, algunos pronostican que la capacidad de reciclaje superará el suministro de chatarra antes de que finalice 2022.
Pero el entusiasmo y la acción no se limita a un solo sector de tecnología climática. Muestra de ello es el maremoto de desechos de paneles fotovoltaicos que generó muchas preocupaciones, sin embargo, con mejoras realizadas se logró expandir su vida útil y cambiaron la ecuación para el momento de su reemplazo.
2. Compromisos de reciclaje bajo escrutinio
Titulares abismales durante todo el año repartieron calificaciones reprobatorias para una variedad de compromisos de empaque y esquemas de reciclaje, arrojando pesimismo sobre los intentos voluntarios de la industria para resolver la crisis de los desechos plásticos.
No obstante, una de las tendencias de circularidad para 2023 es el compromiso de empaque para 2025 de ser 100% reutilizable, reciclable o compostable. De hecho, una quinta parte de todos los empaques de plástico producidos a nivel mundial provienen de empresas con tales compromisos. Es un tema que ha atraído al mayor escrutinio, a medida que se acerca el año 2025.
En los Estados Unidos, las tasas de reciclaje de plástico PET y HDPE cayendo muy por debajo del umbral del 30% requerido para ser considerado «reciclable», según los estándares de la Fundación Ellen MacArthur (EMF), y las tasas de reciclaje de plástico en todo el país cayeron cerca del 5%.
Lo esencial es comprender que el reciclaje no nos sacará del problema de los desechos, incluso hay quienes mencionan que es un mito más que una solución. Por ello, la tendencia será ver las otras formas en que las corporaciones abordarán el problema, un ejemplo de ello es la iniciativa anunciada por PepsiCo de aumentar el porcentaje de envases reusables para 2030.
3. Segunda oportunidad a las cosas gana terreno
No es ningún secreto que la reventa ha demostrado ser la favorita de la comunidad circular. Pero toda esta atención ha dado lugar a una mayor especulación: ¿puede este nuevo modelo de negocio ofrecer beneficios sostenibles? ¿O simplemente está permitiendo el consumo excesivo y no logra cambiar los modelos comerciales, particularmente cuando se trata de moda rápida?
Teniendo en cuenta todos estos comentarios cuestionadores, existen varios innovadores modelos de negocios que están ganando terreno en esta tendencia de circularidad para 2023. En lo que respecta a la ropa, la reparación, el alquiler y la renovación comenzaron a ganar tracción notable, así lo dejan ver estas marcas.
Pues los servicios de reparación piloto disfrutaron de una demanda abrumadora en la tienda insignia de Uniqlo Co., Ltd.; Timberland por su parte introdujo productos reacondicionados a través de Timberloop; y los grandes almacenes Selfridges del Reino Unido se comprometieron no solo a la reventa, sino también a la reparación, el alquiler y la recarga, lo que llevó a la reparación de más de 28 mil artículos en un año.
En el mundo de la electrónica, los gigantes tecnológicos comenzaron a cambiar su tono en la reparabilidad, mientras que la renovación y el alquiler resultaron más aceptables de lo esperado: Apple y Samsung lanzaron servicios de reparación automática, Microsoft y Vodofone vincularon los ahorros de emisiones con las ofertas de reparación, Walmart Restored comenzó a ofrecer productos electrónicos reacondicionados.
Otro impulso en estas tendencias de circularidad es el Pacto de Plásticos de EE.UU. que lanzó el programa Catalyst para impulsar la reutilización; y surgieron pruebas pilotos de empresas como Starbucks y Walmart, entre otros. Incluso Coca-Cola y PepsiCo se subieron al tren de la reutilización con sus propios compromisos de envases reutilizables.
El modelo de consumo de “tomar-hacer-desechar” —basado en la extracción de recursos, la producción de bienes y servicios y la eliminación de desechos— no solo es malo para el medio ambiente, sino que pone en peligro el suministro de materiales, elevando los precios y aumentando la demanda. Por lo que estas tendencias de circularidad pueden ayudar a las empresas a abordar de manera responsable sus prácticas comerciales.