Son tantos los problemas ambientales y sociales a los que nos enfrentamos que es imposible creer que cualquier sector pueda resolverlos todos sin ayuda de otros. Es por esto que ha aumentado el número de alianzas intersectoriales en las que empresas y OSC se unen para tener mejores resultados en un proyecto.
Este modelo tiene muchas ventajas y ha demostrado funcionar, pero eso no quiere decir que el camino sea fácil. Aquí 4 claves para alianzas que comparte The Guardian como resultado de un taller que ofreció junto con la OSC Aviva.
1. Ambición y objetivos:
Las organizaciones participantes en una alianza deben tener ambición y fijar metas, aunque estas puedan ser tan lejanas que den un poco de miedo. De nada sirve hacer las cosas a medias.
También es importante conocer las expectativas del aliado, ya que en algunos casos las metas no se fijan de acuerdo con la realidad, las OSC ven a la empresa simplemente como la entidad que da el dinero o las compañías no se comprometen de verdad sino que solo quieren presentar una buena imagen. En una buena alianza, lo que los involucrados ofrecen tiene que ser distinto pero equivalente.
2. Objetivos en común:
Queda claro por qué ciertas OSC quieren formar alianzas: porque necesitan financiamiento sostenible para sus proyectos. Sin embargo, ¿por qué un gran corporativo necesita del tercer sector? Liz Lowe, gerente de RSE y sustentabilidad de Coca-Cola, afirma que su empresa «necesita de la experiencia sobre sustentabilidad y sobre hacer la diferencia en el campo de trabajo. Las relaciones humanas son lo que cuenta y necesitamos entender cuáles son nuestros objetivos en común.» La alianza de Coca-Cola con WWF nace de la necesidad de la compañía de usar la gran experiencia sobre administración hídrica de la OSC.
3. Un buen ajuste:
No todas las empresas son iguales, por lo que los expertos no pueden decir si es mejor que una OSC se acerque al director de RSE o al CEO de la empresa. Al final, se trata de planear junto con la compañía, ser honestos sobre el plan de trabajo y también de involucrar a otros actores, como académicos o el gobierno.
4. Hablar abiertamente:
El diálogo es muy importante desde el inicio del proyecto. De hecho, en estas primeras etapas se debe pensar en el legado que se quiere dejar y cómo se evaluarán los resultados más allá de la duración de la alianza.