El albinismo, tanto en seres humanos como en otras especies, consiste en una condición genética, en la cual existe una deficiencia en la producción de melanina, sustancia encargada de brindar la pigmentación en la piel y el cabello. Debido a esto, las personas albinas suelen presentar «un aspecto pálido, la piel blanquecina y el cabello claro en comparación con los integrantes de su familia y la comunidad», según lo señala un informe el Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Dichas características provocan gran discriminación hacia las personas albinas, misma que impacta en diversos aspectos de sus vidas, poniéndolas incluso en riesgo. Dada a la desinformación sobre el albinismo, quienes viven con este son víctimas de violencia, persecución e incluso estigmatización, provocando la creación de estereotipos y prejuicios.
Por ello, para darle visibilización a la problemática, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró, desde 2015, el 13 de junio como el Día Internacional de la Sensibilización sobre el Albinismo, fecha en la que hace un llamado a la atención e incorporación digna de las personas albinas.