En 1996, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 16 de noviembre como el Día Internacional para la Tolerancia. Esto después de adoptar la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, donde se afirma que «la tolerancia no es indulgencia o indiferencia, sino que es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos».
Por lo tanto, en el marco de tal día, es imprescindible recordar que la tolerancia no se trata de un deber moral, sino que es una obligación política y legal, cuyo cumplimiento deben asegurar las organizaciones de cualquier tipo y los individuos. Esto también debe ser respetado en las empresas, porque la diversidad cultural, además, aporta nuevos panoramas para mejorar los modelos de negocio.