En todo el mundo millones de mujeres utilizan un promedio de entre 9 y 12 productos cosméticos cada día sin preguntarse sobre los ingredientes que contienen y cómo es que éstos pueden afectar su salud y la de quienes las rodean. Labiales, sombras, cremas y jabones desfilan por las habitaciones y pasillos de sus hogares no sólo intoxicando su piel, sino amenazando también el correcto funcionamiento de su organismo.
Más de 1,300 sustancias químicas potencialmente dañinas están prohibidas para la industria cosmética en la Unión Europea por asociarse con trastornos reproductivos, daños congénitos y cáncer, sin embargo en muchos otros países incluyendo Estados Unidos, estos compuestos únicamente son retirados por las compañías una vez que suficientes consumidores han reportado daños en su salud.
El Panel de Revisión de Ingredientes Cosméticos (CIR) financiado por la industria recomienda evitar a menos 11 sustancias potencialmente tóxicas, sin embargo estas recomendaciones con frecuencia son ignoradas por las organizaciones, ya que no existe penalización por incluirlas dentro de las formulas. El argumento más común de defensa es que estos compuestos se emplean en cantidades demasiado pequeñas para resultar preocupantes, sin embargo ¿qué pasaría si sumáramos el contenido de los 12 productos que utilizamos todos los días?
El uso de cosméticos orgánicos constituye una excelente alternativa para proteger nuestra salud de la exposición excesiva a sustancias potencialmente dañinas, sin embargo encontrar esta palabra en la etiqueta no se traduce en una garantía de la ausencia de estos componentes, por lo que es muy importante conocer algunos de ellos y aprender a identificarlos, así como estar pendientes de nuevos descubrimientos y recomendaciones de las autoridades competentes.
1. Formaldeídos
Presentes en casi todos los productos de belleza y tratamientos para el cabello, el formaldeído o metanal es un compuesto químico altamente flamable y clasificado como potencialmente cancerigeno, por lo que Revlon Cosmetics y otras compañías de la industria se han comprometido a eliminarlo de sus fórmulas al igual que el isobutilparabén y el isopropilparabeno.
Aunque se trata de un compuesto presente incluso en el aire que respiramos en cantidades sumamente pequeñas, la exposición excesiva a esta sustancia puede provocar ataques de asma e irritación en ojos, garganta o pulmones, por lo que es recomendable evitarlo en la medida de lo posible.
2. Mercurio
La OMS considera que el mercurio es uno de los 10 productos o grupos de productos químicos con mayores repercusiones en la salud pública. La exposición al mercurio, incluso en cantidades muy pequeñas, puede causar graves problemas de salud, sobre todo en el desarrollo fetal e infantil. El mercurio puede tener efectos tóxicos en los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, los pulmones, los riñones, la piel y los ojos. La principal fuente de exposición humana al metilmercurio, un compuesto orgánico, es el consumo de pescado y marisco contaminado por ese producto. El mercurio presente en el medio ambiente procede sobre todo de la actividad humana, y en particular de las centrales termoeléctricas alimentadas con carbón, los sistemas de calefacción doméstica, los incineradores de desechos y la minería del mercurio, el oro y otros metales.
3. Mica
Aproximadamente 15 mil toneladas de mica salen de las minas cada año para cubrir principalmente la demanda de la industria cosmética. Japón, Reino Unido, China y Estados Unidos son los principales consumidores de este mineral.
El 60% de la producción de mica en el mundo se origina en la India, donde miles de niños son obligados a trabajar en las minas y pierden su infancia a causa de la explotación, una situación que de acuerdo con datos de la organización Made in a Free World, alcanza la alarmante cifra de 20 mil colaboradores infantiles solo en las minas de Jharkhand.
Algunos investigadores también han relacionado la constante inhalación de mica con enfermedades respiratorias, por lo que una excelente alternativa para cuidar tu propia salud y asegurarte de que el brillo en tu cara no provenga de la esclavitud infantil es adquirir productos de origen natural o con ingredientes orgánicos.
4. Plomo
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) no existe un nivel de exposición al plomo que pueda considerarse seguro. Se estima que en los niños la exposición al plomo causa cada año 600 000 nuevos casos de discapacidad intelectual y cobra cada año un total estimado de 143 000 vidas, registrándose las tasas más altas de mortalidad en las regiones en desarrollo.