El concepto «valor compartido» fue acuñado en un texto de Michael Porter y Mark Kramer publicado en el Harvard Business Review en 2011. Este término, que se refiere a que los negocios deben generar valor tanto para la empresa como para la comunidad, ha ayudado a que los temas de responsabilidad tomen más importancia en muchas empresas, pero también tiene algunas limitaciones.
Recientemente, la revista California Management Review publicó un artículo donde se analizan los cuatro principales problemas del concepto:
1. No es original:
Porter y Kramer no admiten que casi nada acerca del concepto es nuevo. Por décadas se ha escrito acerca del tema, y las iniciativas empresariales que se atribuyen valor compartido solamente son intentos de renombrar prácticas que ya existían antes de la publicación del artículo y que antes se llamaban «RSE estratégica», «innovación social» o «manejo de grupos de interés».
2. Ignora la tensión entre metas económicas y sociales:
El concepto compartido es presentado como una alternativa a la disyuntiva ente metas económicas y sociales, pero solamente porque Porter y Kramer dejan de mencionar las decisiones que se tienen que tomar. Claro, hay muchas situaciones en las que el éxito de los negocios se puede alinear al progreso social, pero también muchos problemas sociales, especialmente los causados por empresas, donde los objetivos económicos y sociales entran en conflicto. El valor compartido anima a los ejecutivos a ignorarlos.
3. Confía demasiado en las empresas:
El valor compartido supone que las empresas se apegan a la ley y a estándares éticos, y que se comprometen a mitigar sus impactos negativos: aquí es donde los conflictos mencionados anteriormente pueden surgir. En el artículo de Kramer y Porter solamente hay una oración dedicada a la conformidad con las leyes, daños sociales y normas éticas, lo cual ignora todas las ocasiones en las que las empresas fallan al cumplir con leyes y principios éticos en los lugares donde operan. Si el valor compartido no puede hacer uqe las empresas respeten el espíritu de la ley (pagando impuestos justos y respetando estándares internacionales de trabajo, etc.) entonces no puede pretender ser una forma legitimizar a las empresas.
4. Se basa en un concepto superficial del papel de las empresas en la sociedad
Se supone que el valor compartido se trata de darle «una nueva forma al capitalismo», cuando realmente tiene las peores características de este sistema, al enfocarse demasiado en los intereses individuales de la empresa. Definitivamente, puede ayudar a resolver ciertos problemas sociales, y mejorar la situación de algunas empresas y sus stakeholfers, pero eso no salvará al capitalismo. Lo que se necesita es una perspectiva que acepte la naturaleza sistémica de muchos problemas globales y que las empresas realmente quieran involucrarse en soluciones colaborativas con otros stakeholders.
Fuente:
CSR News