Existen muchas razones para renunciar a un trabajo: no encajar bien en la empresa, no tener un buen equilibrio entre vida y trabajo, conflictos con los compañeros y problemas familiares, entre otras. Pero aquí ofrecemos cuatro situaciones que la empresa puede evitar si quiere conservar a su mejor talento.
1. Un mal sistema de recompensas:
No siempre se trata de un gran salario. Se puede recompensar a un colaborador de muchas maneras, incluyendo reconocimiento interno o externo, más vacaciones pagadas, una oportunidad para liderar un nuevo proyecto, un ascenso, una donación a su nombre a la OSC que ellos elijan, un bono inesperado y un largo etcétera. Lo importante es saber que ninguna de estas recompensas funciona sin un elemento clave: la comunicación. Una cosa que es muy importante para un colaborador puede no serlo para otro. La clave es saber qué quiere la persona a la que planeas recompensar.
2. Mala administración:
Hay una frase que dice «los empleados no dejan a sus empresas, dejan a sus gerentes», y tiene razón. Cuando hay trabajo por hacer, es la labor del gerente implementar y hacer cumplir ciertos procesos, lo mismo que sistemas de recompensas que mantengan a su equipo satisfecho y leal. Sí, el supervisor, jefe directo o líder del equipo también puede hacerlo, pero no reemplaza el reconocimiento que se espera de los puestos más altos.
No todo el mundo tiene las habilidades para manejar procesos o liderar. Solo porque alguien es bueno en lo que hace no significa que será un buen jefe, y eso está bien. Pero cuando las personas que no saben liderar se encuentran en estos puestos se puede crear una mala situación, que a su vez llevará a una mayor rotación de empleados y a una baja en la moral. Por eso es importante que las posiciones de liderazgo sean cubiertas solo por personas que tienen las características necesarias para ejecutar la visión de la empresa.
3. Contrataciones y ascensos:
Cuando los buenos empleados ven que personas que no contribuyen tanto como ellos obtienen posiciones que no se merecen, se sienten ofendidos. Especialmente aquellos que se esfuerzan mucho, no toman vacaciones y exceden las expectativas se sienten mal cuando alguien simplemente llega y obtiene un mejor puesto.
Espera que muchos buenos colaboradores se vayan si decides contratar al primo de tu mejor amigo y de ponerlo en una posición superior a la de personas con más experiencia. Contratar y ascender por favoritismo es una forma segura de perder buen talento.
4. Demasiado trabajo:
En el momento en el que los empleadores ven que algún miembro de su equipo tiene buena ética de trabajo o un gran desempeño, le dan más proyectos y más responsabilidades. Y es cierto que los buenos trabajadores pueden aumentar su carga de trabajo, pero esto se vuelve un problema cuando sienten que no pueden dejar la oficina porque tienen demasiadas tareas. Ser un colaborador excelente puede ser una bendición y una maldición. Es bueno que un jefe reconozca a los buenos elementos, pero la recompensa no debe ser aumentar la cantidad de trabajo. Asegúrate de que tus empleados estrella no se sientan abrumados.
En resumen, es muy simple: si quieres que un empleado se quede, pregúntale que necesita para hacerlo. Si ves que alguien hace un buen trabajo, reconócelo, recompénsalo y averigua qué puedes hacer para animarlo a continuar.
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