En algún momento de nuestra historia laboral todos hemos encontrado un jefe que lejos de ejercer un liderazgo positivo e inspirador se convierte en uno de los principales obstáculos para el desempeño de su equipo de trabajo. Estar a su cargo puede ser una verdadera pesadilla, rara vez saluda con amabilidad y no es raro escuchar reclamos de su parte; la comunicación que mantiene con sus colaboradores suele ser cortante e incluso hostil, por lo que la tranquilidad de las personas dentro del espacio de trabajo parece esfumarse rápidamente apenas ingresa a las instalaciones o suena su voz en el teléfono.
Los jefes tóxicos pueden ser tan perjudiciales para las oficinas que llegan a afectar incluso la retención de talento. De acuerdo con un estudio realizado por Gallup en 2015, 50% de los profesionistas están convencidos de tener que renunciar a su puesto en algún momento sólo para alejarse de su jefe.
En artículo recientemente publicado por Entrepreneur, Heather R. Huhman se cuestionó si realmente los malos jefes no son capaces de notar aquello que están haciendo mal al momento de ejercer su liderazgo, y por qué es tan sencillo identificar esas mismas conductas en otras personas, por lo que decidió ayudar identificando cuatro comportamientos en los que, quienes se encuentran al frente de un equipo deben centrar su atención. Y tú, ¿te consideras un jefe tóxico?
1. ¿Estás realmente escuchando a tus colaboradores?
Imagina que uno de tus colaboradores, quien ha estado ideando formas de incrementar el tráfico en la página web de la compañía, entra a tu oficina y busca compartir sus ideas. ¿Cómo respondes?
Si eres un jefe realmente tóxico es probable que no hayas puesto atención en esta conversación del todo, por lo que prometerás pensar en ello y el tema jamás volverá a discutirse. Esta situación no es poco frecuente.
De acuerdo con un estudio realizado en 2015 por la Society for Human Resource Management (SHRM) sólo el 27% de los trabajadores se encuentran muy satisfechos con la comunicación que mantienen con la alta dirección.
Los colaboradores de una organización necesitan sentir que sus ideas son escuchadas aún cuando no siempre sean implementadas en el lugar de trabajo. Todos tienen derecho a expresar sus propuestas y discutir sugerencias sobre aquello que puede hacer un bien a la compañía, así que ¿qué estás esperando para escuchar?
2. ¿Evades responsabilidades?
De acuerdo con una encuesta realizada por BambooHR a más de 1,000 empleados estadounidenses, uno de cada cinco trabajadores considera que su jefe evade la responsabilidad cuando las cosas no salen según lo planeado y consideró esto como una razón viable para abandonar su puesto.
El papel de un buen líder ante los desaciertos no es encontrar un culpable y hacerlo pagar lo más pronto posible, sino intensificar esfuerzos por reforzar los puntos débiles en el proceso y encontrar una forma de mejorar la situación.
Además, los jefes que tienen una tendencia a evadir responsabilidades y culpar a otros, también son los más rápidos para tomar el crédito de aquello que no les corresponde y buscan elogios inmerecidos.
3. ¿Confías en tu equipo?
Un líder fuerte necesita confiar en sus colaboradores y ofrecerles independencia para hacer el trabajo para el que fueron contratados, pero existe una diferencia entre confiar en ellos y dejarlos avanzar a ciegas, por lo que el papel del jefe es ayudarles a definir metas claras.
4. ¿En qué centras tu atención?
Cuando proporcionas retroalimentación a tu equipo de trabajo puedes incurrir en el error de creer que es más importante centrarte en aquello que tus colaboradores deben mejorar, en lugar de reconocer lo que está haciendo bien; sin embargo esta negatividad puede conducir a una reducción importante de la participación de tus colaboradores y afectar su desempeño.