La resiliencia está teniendo su momento, ya que el mundo se tambalea por el impacto masivo en la salud y en la economía por el coronavirus, el concepto ha pasado repentinamente de una palabra de moda ignorada a un objetivo urgente.
De hecho, la importancia de la resiliencia se entendió incluso antes de esta pandemia. Hablando en Wharton a principios de este año, antes de que el impacto del coronavirus se sintiera ampliamente, Mohammed el-Erian, principal asesor económico de Allianz y ex CEO de PIMCO, dijo:
El mundo en el que vives es fluido, impredecible, menos estable, el cambio dramático es parte de una realidad más grande que habla de una fluidez continua, lo más impensable se vuelve realidad y los desafíos son más difíciles para las tomas de decisiones.
La resilencia es el objetivo que se busca en ese entorno.
A principios de 2018, se escribió que «integrar la sostenibilidad en los negocios» ya no era tan relevante. En cambio, se aconsejó que las estrategias comerciales resilientes, deberían ser el objetivo de cada negocio y que los temas y procesos que tradicionalmente se entendían como parte de la agenda de sostenibilidad, eran una parte central de esa visión.
La era de las estrategias de sostenibilidad independientes, con la posterior integración de la sostenibilidad en la estrategia de la empresa, debe terminar; la creación de estrategias empresariales resilientes que tengan en cuenta la sostenibilidad como base, debe iniciar.
A raíz de la pandemia, estamos haciendo un llamado a los negocios para «enfrentar el momento y construir el futuro«. Al hacerlo, las estrategias empresariales resilientes serán fundamentalmente importantes para el éxito empresarial, así como para la recuperación económica y social.
El camino hacia la resiliencia depende en gran medida de los principios de sostenibilidad, y las decisiones que tomemos al salir de esta crisis tendrán un peso mucho mayor que las que tomamos antes de ella.
Aplica el pensamiento futurista
Es imposible crear un negocio resiliente sin comprender los diferentes escenarios futuros posibles que una empresa podría enfrentar. El contraste en los resultados entre Corea del Sur (que realizó un ejercicio de escenario de pandemia el otoño pasado) y Estados Unidos, ilustra vívidamente cómo actuar de manera rápida y decisiva puede significar la diferencia entre una interrupción manejable y un cataclismo económico y de salud.
BSR creó su Laboratorio de Futuros Sostenibles para fortalecer sus esfuerzos, y ayudar a sus empresas miembros a comprender la intersección de varios futuros posibles y desafíos de sostenibilidad fundamentalmente importantes, desde el clima hasta la economía circular. Las organizaciones que toman en serio y desarrollan planes que anticipan una variedad de escenarios potenciales están mucho mejor preparadas para actuar de manera rápida y decisiva ante los cambios «normales».
Este principio ha sido consagrado en el grupo de trabajo de Divulgaciones Financieras relacionadas con el Clima (TCFD), y su valor se extiende mucho más allá de solo el clima. Comprender y prepararse para una variedad de escenarios tiene valor en múltiples temas y proporciona una «prueba» esencial para la estrategia comercial.
Replantea el valor económico y la optimización
Nuestras medidas de valor económico perjudican tanto a las empresas como a la sociedad. Produciremos empresas y economías más resistentes a través de tres pasos principales:
- Es hora de dejar atrás el concepto de «externalidades» y adoptar la medición de los llamados activos intangibles (capital social, capital natural, capital humano, reputación) de manera más completa.
- Debemos abandonar la optimización como el enfoque predeterminado para la toma de decisiones.
- Hemos eliminado la holgura en todo, desde las cadenas de suministro hasta los sistemas de salud pública y los horarios de las aerolíneas; y ahora estamos viviendo con la dura realidad de por qué eso puede ser contraproducente. La eficiencia estratégica es un valor central de los negocios; la implacable optimización de todo no lo es.
Finalmente, esta crisis debería conducir a cambios en los mercados de capitales creando valor a largo plazo para todos los interesados.
Adopta diversas perspectivas
El pensamiento grupal no es una forma de lograr la resiliencia. Esta comienza en la sala de juntas, y eso sucederá solo si la diversidad, incluida la experiencia y la perspectiva, están presentes para brindar ese pensamiento lateral que fortalece la capacidad de una organización, para identificar y prepararse para los impactos en el negocio. Las consultorias, que a menudo son más libres de pronosticar y considerar lo inesperado, son otra herramienta que puede ayudar a garantizar que las empresas se identifiquen y se preparen para el cambio.
La toma de decisiones también se fortalece al escuchar de manera más sistemática a los socios, los empleados y los clientes, quienes desafiarán las mentalidades inflexibles en beneficio de los tomadores de decisiones.
Redefine el contrato social
Muchos han dicho, correctamente, que las empresas no pueden prosperar en una sociedad que está fallando. Hoy en día, el contrato social ha demostrado ser inadecuado en muchos países, en gran parte porque los servicios públicos no cuentan con los recursos adecuados: los arreglos sociales y laborales presentes cuando se desarrolló nuestro contrato social ya no existen, y nuevos desafíos, como la transición a una economía digital y llegar a cero emisiones netas de carbono son temas que deben abordarse.
La pandemia es una prueba extrema para la red de seguridad social, pero sabemos que hubo un estrés significativo antes de que esta llegara. Ya éramos conscientes de la necesidad de redefinir el futuro del trabajo, abordar las necesidades de los trabajadores eventuales y otros que antes se consideraban «desechables», mejorar el desarrollo de habilidades y abordar las necesidades educativas en un contexto moderno.
Los negocios deben tener activos clave y responsabilidades, así como trabajar en asociación con el gobierno, la sociedad civil y otros.
Sin duda las empresas y otros sectores harán cambios significativos en sus objetivos, procesos, pensamiento y medición de valor a medida que la economía y la salud pública se recuperen. El núcleo de los negocios, incluida la estrategia, la asignación de capital, las políticas públicas, las reglas del mercado y las relaciones con los empleados se modificarán a raíz de la crisis.
Los inversionistas querrán saber si una empresa puede demostrar ser resiliente. Ninguna estrategia empresarial puede tener éxito si no toma en cuenta los impactos de la crisis climática, las cadenas de suministro sujetas a interrupciones rápidas y los entornos políticos que cambian rápidamente.
El año 2020 ha demostrado que la resiliencia será la forma en que se juzgará a cada CEO, junta de consejo y estrategia comercial.
El mundo está aprendiendo una dolorosa lección sobre el daño que puede provenir de la falta de resiliencia. Eventos que marcan la historia como el que estamos viviendo, siempre traen cambios estructurales a su paso. Si priorizamos la resiliencia, no solo podremos enfrentar el momento, sino también construir un futuro mejor.