A medida que crece la conciencia sobre problemas ambientales cruciales, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y en medio del aumento del escrutinio por parte de reguladores, la integración de prácticas sostenibles en las operaciones empresariales se ha vuelto una prioridad fundamental para los negocios.
Sin embargo, surge la pregunta: ¿hasta qué punto es auténtico este compromiso? ¿Cuántas de estas empresas están realmente adoptando prácticas sostenibles y cuántas caen en la trampa del greenwashing? Según una reciente encuesta realizada por Ivalua, el 45% de las organizaciones en Estados Unidos expresan preocupaciones sobre estar inadvertidamente involucradas en estas prácticas engañosas, de acuerdo con Environment Energy Leader.
¿Qué es greenwash?
Antes de profundizar, definamos brevemente el greenwashing. Se trata de una estrategia de marketing que engaña al público al promover soluciones falsas o exageradas sobre las credenciales de sostenibilidad de una empresa. Por ejemplo, una empresa podría afirmar estar en camino de lograr emisiones netas cero cuando no tiene un plan creíble en marcha.
Para abordar esta preocupación, la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) está incorporando divulgaciones de emisiones, incluidas las del Alcance 3, en su esperada Regla de Divulgación Climática final, propuesta por primera vez en marzo de 2022.
Esta regla, que ha sido esperada con interés por la comunidad empresarial y ambiental, busca exigir a las empresas informar de manera más completa y detallada sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo las emisiones del Alcance 3.
No obstante, a pesar de estas regulaciones más estrictas, las organizaciones siguen siendo responsables de gestionar sus propias emisiones. Esto significa que las empresas no solo deben informar de manera más detallada, sino también tomar medidas activas para reducir y gestionar sus impactos ambientales.
Empresas temen greenwashing
En este contexto, el estudio de Ivalua reveló que casi la mitad de las organizaciones en Estados Unidos temen estar practicando greenwashing de manera involuntaria. Un 45% de las empresas encuestadas expresaron su preocupación, mientras que solo un 48% afirmó sentirse «muy seguro» de informar con precisión las emisiones del Alcance 3. Además, un 62% admitió que la presentación de informes sobre estas emisiones se siente más como una estimación a ojo que como una medición precisa.
Este fenómeno de que las empresas temen greenwashing se manifiesta en un momento en el que los requisitos de informes ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) están aumentando, con la Unión Europea estableciendo recientemente sus mandatos para las calificaciones ESG y la Junta Internacional de Normas de Sostenibilidad emitiendo sus primeras normas relacionadas con las divulgaciones de sostenibilidad por parte de las empresas el año pasado.
Sin embargo, a medida que las empresas no están seguras de la solidez de sus propios informes de emisiones, la gran mayoría de los inversores creen que los informes corporativos sobre el desempeño en sostenibilidad contienen al menos algunas afirmaciones no respaldadas, según una encuesta de la consultora global PwC de 2023.
El desafío persistente de la sostenibilidad
A pesar de que la mayoría de las organizaciones encuestadas considera que el costo de no tomar medidas superará ampliamente el costo de implementar iniciativas verdes, no todas tienen planes integrales.
Según el estudio, sorprendentemente, el 88% que cree estar en camino de alcanzar objetivos de emisiones netas cero en realidad carece de planes de implementación clave, como la adopción de energía renovable (78%); la reducción de emisiones de carbono (68%); la adopción de principios de economía circular (72%); la reducción de la contaminación del aire (67%); y la reducción de la contaminación del agua (63%).
Jarrod McAdoo, director de adquisiciones sostenibles en Ivalua, señaló que muchos programas de sostenibilidad están en sus primeras etapas y que las organizaciones necesitan comenzar en algún lugar. «Los datos estimados pueden ayudar a determinar el impacto climático y contribuir a construir planes realistas y accionables de emisiones netas cero», dijo.
«Con el tiempo, las organizaciones deberán avanzar significativamente en la obtención de datos primarios del Alcance 3 y en la implementación de planes, o enfrentarán multas financieras y el riesgo de arruinar su reputación a largo plazo.»
Jarrod McAdoo, director de adquisiciones sostenibles en Ivalua.
Transparencia en los informes de sostenibilidad
Las empresas también destacaron la importancia de trabajar con proveedores para alcanzar objetivos de emisiones netas cero, y un 26% citó el cumplimiento de los proveedores como un desafío clave a superar.
«Casi dos tercios de las organizaciones en EE.UU. están de acuerdo en que la incapacidad para medir con precisión las emisiones de los proveedores dificulta convertir las palabras en acción», dijo McAdoo.
En este contexto, se destaca que existe una clara necesidad de que las organizaciones sean más transparentes en sus prácticas comerciales, incluyendo sus esfuerzos y resultados en términos de sostenibilidad. Esto no solo implica revelar los éxitos, sino también reconocer y abordar los desafíos y áreas de mejora. Solo con esta transparencia, las organizaciones pueden mostrar un progreso significativo en sostenibilidad y evitar acusaciones de greenwashing.