El empoderamiento económico de las mujeres es una herramienta para frenar la violencia de género, afirmó Angélica Fuentes en la presentación de los resultados del estudio “Integración de la Prevención de la Violencia y Participación Económica de las Mujeres: lecciones desde México”, realizado por el Instituto para las Mujeres, Paz y Seguridad de la Universidad de Georgetown, en conjunto con la Fundación Angélica Fuentes (FAF).
“La equidad de género es fundamental para alcanzar el desarrollo sostenible, por eso es inconcebible que en pleno siglo XXI mujeres y niñas se enfrenten a actos de discriminación”, aseguró la presidenta de la FAF, quien considera que los estereotipos aún son una de las principales barreras culturales que impide que las mujeres y hombres se desarrollen en igualdad de circunstancias.
De acuerdo con el estudio “Vinculación entre la Prevención de la Violencia y Participación Económica de las Mujeres: lecciones desde México”, el empoderamiento económico de las mujeres es un factor que contribuye a la prevención de la violencia de género, por lo que es muy importante que las organizaciones integren estos conceptos para obtener mejores resultados.
En México ha habido avances considerables en la participación laboral de las mujeres en los últimos 20 años. Mientras que de 1970 a 1990 su inclusión solo tuvo un crecimiento de 7%, en las dos décadas posteriores incrementó hasta un 50%. Con esta tendencia también surgieron nuevos retos que deben ser atendidos porque las mujeres aún enfrentan un ‘techo de hierro’ en el ámbito laboral, que dificulta su desarrollo profesional, consideró Fuentes.
Adicionalmente, es importante eliminar las barreras culturales que enfrentan las mujeres, “Yo también me he enfrentado con obstáculos en una cultura latinoamericana que dicta que las mujeres únicamente pueden aspirar a tres cosas en la vida: ser hijas, madres y esposas”, afirmó la también empresaria.
A pesar del escenario poco alentador, cifras del Banco Mundial revelaron que el trabajo de las mujeres ha contribuido a reducir en un 30% la pobreza extrema en América Latina.
Las recomendaciones
Para reducir la violencia hacia las mujeres, el estudio generó recomendaciones para los actores involucrados en atender estos temas:
a. Las organizaciones deben considerar una visión que contemple el vínculo entre la violencia de género y el empoderamiento económico de la mujer para lograr mayores avances;
b. Incrementar recursos disponibles para que las organizaciones crezcan en capacidad para desarrollar colaboraciones estratégicas;
c. Las organizaciones deben incluir la visión de los hombres en la planeación de acciones.
d. Los actores involucrados deben darle prioridad a la atención oportuna de la violencia económica.
Hoy, el Gobierno mexicano, dice el estudio elaborado por la Fundación Angélica Fuentes y la Universidad de Georgetown, tiene una tarea por delante: armonizar las políticas y leyes estatales con las federales y lograr que las medidas de protección hacia las mujeres funcionen de manera uniforme en todo el país.
Numeralia
40 países de la región de América Latina y el Caribe cuentan con algún Instituto o Secretaría encargada de vigilar que se respeten los derechos de las mujeres.
Mejor educación, baja en las tasas de fertilidad y casarse a una mayor edad, son los tres factores que han ayudado a que más mujeres participen más en el mercado laboral.
Entre el 7% y el 69% de las mujeres en América Latina y el Caribe han sido abusadas por sus parejas en algún punto de sus vidas.
Comunicado de Prensa.