Después del sismo de 1985 se expidieron nuevas leyes para que las edificaciones cumplieran con los requisitos mínimos para que no se repitiera la misma devastación.
Lamentablemente muchas personas recurren a la corrupción para ahorrarse trámites burocráticos.
Con el movimiento telúrico del pasado 19 de septiembre en la Ciudad de México, 47 edificios tuvieron serios daños.
De estos 47 edificios, 14 se ubican en la céntrica delegación Benito Juárez y 13 en la delegación Cuauhtémoc. Al sur, seis cayeron en Tlalpan, cinco en Xochimilco y tres en Coyoacán, de acuerdo con el registro de Google Maps.
Sorprendentemente, edificios menores a 30 años se desplomaron en el sismo del pasado 19 de septiembre. Cabe mencionar que en 1986 se implementaron nuevas leyes y protocolos para que las nuevas edificaciones cumplieran con los mínimos requisitos para que la devastación causada por el terremoto del 19 de septiembre de 1985 no se repitiera.
Apesar de esto, uno de los edificios más afectados ha sido el del Colegio Enrique Rébsamen, ubicado al sur de la Ciudad de México, donde se registraron hasta el momento a 26 personas: 19 niños y 7 adultos, quienes quedaron sepultados bajo los escombros.
Una de las vecinas de la escuela, el edificio viejo “estaba bien construido porque tenía unos castillotes enormes”. La estructura que sobrevivió al terremoto “tiene 40 años de haber sido construida”.
En cambio, la nueva construcción “tendrá como tres años a lo mucho”, dijo don Armando, quien vela por el edificio donde vive Mariana, ubicado en el número 22 de la calle Rancho Tamboreo, un edificio naranja que encara al colegio devastado.
“No estaba bien construido”, añadió el vecino de Tlalpan.
“La directora vivía hasta arriba». Entonces empezó a hacerse su casa arriba de la nueva estructura”, esa que se cayó y que cobró la vida de 21 niños y cuatro adultos, comentó la vecina.
Edificios que se derrumbaron en CDMX a causa del sismo
Corrupción en las obras
Aunque después del terremoto que también se registró el 19 de septiembre pero de 1985, hace 32 años, se modificaron las leyes de construcción y se dieron diferentes permisos para construir, la corrupción sigue de pie.
La calidad de los materiales seleccionados para ahorrarse costos o los daños no resueltos en sismos previos pudieron haber sido algunas de las causas de los desplomes registrados y que provocaron la muerte de decenas de ciudadanos.
“Los motivos pueden ser muchísimos y cada caso tendrá sus circunstancias especiales. Las fallas pueden venir por ejemplo de errores de cálculo desde el proyecto, materiales de baja calidad, ejecución de obra deficiente, sobrecarga de equipos, mobiliario o de población, que el inmueble se hubiera utilizado con un fin diferente (por ejemplo, un edificio calculado para habitación no debería ser calculado como de oficinas), y afectaciones posteriores y no resueltas en terremotos previos”, aseguró el arquitecto Axel Miramontes.
“Un inmueble requiere de mucho personal y varios especialistas a cargo. La responsabilidad recae en quien diseña, quien calcula, de quién aprueba los permisos de construcción. También es de quien ejecuta la obra, de quien le da seguimiento en desastres, y de quien le da mantenimiento.
En la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal y el Reglamento de Construcción, así como las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismos se exponen los requisitos que los propietarios deben cumplir ante sus delegaciones respectivas para levantar una obra y “obtener una seguridad adecuada tal que, bajo el sismo máximo probable, no habrá fallas estructurales mayores ni pérdidas de vidas”.
La obtención de esta licencia de construcción es lenta, así que varias personas incurren a la corrupción como una forma de atajo y así se ahorran el proceso del papeleo.
De acuerdo con la consultora Deloitte, los requisitos variados como trabas legales, problemas para obtener permisos, cumplimiento de reglamentos, hacen de la industria de la construcción la más propensa a caer en un acto de corrupción.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos advirtió que “en la construcción el tiempo es dinero y resulta más conveniente realizar actos de corrupción para agilizar trámites burocráticos. Aunque muchas veces lo que sucede es mayores precios de venta, incertidumbre en la calidad de materiales y no hay certeza de que el inmueble cumpla con las reglas existentes”.
De acuerdo con información de Sin Embargo, el arquitecto Claudio Sarmiento coincidió en que en el sector de la construcción “la corrupción que puede haber se da en la velocidad del trámite de permisos y en los acabados”. Aunque destacó que la calidad de la construcción influyó en los derrumbes, la cual depende de los materiales utilizados y la supervisión de obra.
Edificaciones en CDMX
La clasificación de las edificaciones en CDMX se hace de acuerdo a su uso y destino en tipo A (no más de una vivienda unifamiliar de hasta 200 metros cuadrados, dos niveles, altura máxima de 5.5 metros); tipo B (usos no habitacionales o mixtos de 5 mil metros cuadrados y hasta 10 mil metro cuadrados con uso habitacional), y tipo C (requieren de dictamen de impacto urbano o impacto urbano-ambiental).
El Reglamento de Construcción determina que la Delegación otorgará la autorización de uso y ocupación cuando la construcción se haya apegado a lo manifestado o autorizado.
Después de entregada la autorización, el propietario se vuelve en el responsable de la operación y mantenimiento de la construcción, a fin de satisfacer las condiciones de seguridad e higiene.
Ante la presencia de corrupción en la construcción de obras, que afecta a la ciudadanía, el Colegio de Arquitectos propone transparencia y actualización en los planes de desarrollo urbano, las licencias de construcción, así como simplificación en los reglamentos.