El pasado Día de San Valentín, los estadounidenses gastaron casi 4 billones de dólares en joyas. Sin embargo, se trata de una industria con muchos problemas de sustentabilidad en la cadena de valor. Materiales como el oro, considerado un mineral en conflicto, y los llamados diamantes de sangre tienen serias implicaciones tanto ambientales como de derechos humanos.
Pero no todo son malas noticias, y algunos líderes están trabajando para hacer más sustentable al mundo de la joyería.
1. Los consumidores quieren regalos responsables:
Una de las claves para que una empresa o industria decida cambiar es la demanda de los consumidores. En el caso de la joyería, los compradores (en especial aquellos más jóvenes) tienen un interés especial en saber de dónde proviene lo que compran.
Un ejemplo de esto es Brilliany Earth, compañía enfocada en la joyería ética que ha crecido constantemente desde su lanzamiento en 2005. En la actualidad es uno de los tres mayores vendedores de joyas en línea.
2. Los joyeros le dicen que no al oro sucio:
A través de su campaña «No Dirty Gold«, la ONG Earthworks ha logrado que más de 100 minoristas de oro se comprometan a respetar derechos humanos, evitar localizar minas en áreas de conflicto o con alto valor ecológico, evitar la contaminación de agua y aire y a reportar sobre sus impactos en la sociedad y el ambiente.
Algunas de las empresas afiliadas son J.C. Penney, Target, Zale Corp., Walmart, Tiffany & Co. y Sears, además de la ya mencionada Brilliant Earth. Esta última tiene una actitud que va más allá, al usar mayormente oro y platino reciclados, con una línea que usa oro de minas justas con estándares de la Alianza por la Minería Responsable. Para la empresa, esta política es mucho más sustentable, además de que no se pierde la calidad al reciclar y volver a refinar los metales.
3. Emergen las perlas responsables:
La Fundación Tiffany & Co. le da fondos al proyecto Sustainable Pearls en Suiza, Estados Unidos y Japón que promueve la producción responsable de perlas. Su objetivo es estudiar prácticas sustentables en la industria de las perlas marinas para después publicar estándares sustentables y explorar las necesidades en cadena de valor.
Por su parte, la empresa familiar Kamoka Pearl en Tahití (proveedora de Brilliant Earth) busca formas poco contaminantes de cosechar perlas, al mismo tiempo que abraza la sustentabilidad en todas sus operaciones, usando energía renovable, cosechando agua de lluvia y asegurando la conservación de los ecosistemas donde se encuentran las ostras.
4. Los diamantes de sangre pierden su lustre:
Gracias a la película del mismo nombre protagonizada por Leonardo DiCaprio, el público conoce la problemática de los diamantes de sangre. En el filme se narra también el comienzo de lo que se conoce como el Kimberley Process, un certificado emitido por los gobiernos que tiene por objetivo evitar que los diamantes de sangre entren a la cadena de valor. El proceso ha sido criticado porque solamente tiene en cuenta a los grupos rebeldes que usan los diamantes contra gobiernos reconocidos. Además, se ha reportado que algunas empresas logran cometer fraude y vender diamantes de dudosa procedencia como certificados. Sin embargo, se trata de un buen primer paso para generar un estándar internacional.
5. Brillan los diamantes artificiales:
Los diamantes creados por el hombre en laboratorios pueden obtenerse en tal solo unos días, a comparación de los millones de años que tardan en generarse naturalmente. Etas piedras son idénticas en todos los sentidos, pero las de laboratorio tienen un impacto ambiental mínimo al compararlas con la minería. Otra ventaja: los diamantes artificiales suelen ser más baratos.
Fuente:
GreenBiz
Traducción y adaptación:
María José Evia Herrero