Negarte a una solicitud de la persona que firma los cheques puede resultar incómodo para más de un trabajador, sin importar cuan abierta sea la empresa en que se desarrolle; muchos piensan en que esto los hace parecer inflexibles, poco comprometidos y hasta pone en tela de juicio su profesionalismo. Sin embargo por paradójico que parezca, saber decir que no de manera estratégica y con respeto puede ser muy benéfico para el desarrollo de cualquier profesionista; la clave está en hacerlo de forma responsable.
Aprender a decir que no en realidad no es tan complejo, lo primero es perder el miedo y aceptar la incomodidad como parte del proceso. A nadie le gusta la tensión inicial tras el rechazo de una solicitud, pero decir que sí por compromiso puede desencadenar problemas más complejos en el futuro.
Algunos expertos recomiendan practicar frente a un espejo imaginando situaciones cotidianas, para asegurarte de que tu lenguaje verbal y no verbal es convincente. No importa qué técnica elijas, lo importante es que tengas presente que tienes derecho a decir no y conozcas las situaciones en las que lo más responsable es negarte a una solicitud de tu superior. ¿Listo?
1. Lo que te pide obstaculiza tu productividad
Aunque algunas personas creen que realizar tareas fuera de su descripción de empleo habla del compromiso de un trabajador con la organización, la verdad es que se trata de un completo engaño. El tiempo y energía invertido en ellas, es tiempo restado a las actividades que la compañía sí le paga por hacer; así que si estas tareas obstaculizan tu capacidad para cumplir con tus objetivos laborales a tiempo o imprimir a tu trabajo la calidad que te gustaría, lo mejor es decir no.
Atención empresas: Toda empresa que se nombre a sí misma responsable debe distribuir las actividades necesarias de forma justa y de acuerdo con las habilidades de cada miembro de su equipo. Recuerda que un colaborador que se compromete al máximo con sus responsabilidades, a veces tendrá que decir no a un par de tareas adicionales. Esto habla del valor de su tiempo y de un firme compromiso con la excelencia.
2. No se alinea con sus prioridades a corto y largo plazo
Cuando tienes un trabajo que demanda la mayor parte de tu tiempo o cuenta con la posibilidad de un horario flexible, lo más importante para no volverte loco es clasificar tus actividades en una lista de prioridades. Es probable que una solicitud no se ajuste a tu descripción de empleo, pero resulte prioritaria para tu departamento, y del mismo modo, es probable que existan labores propias de tu puesto que no son prioritarias en ese momento.
Atención empresas: Es necesario que los líderes de negocio se sensibilicen también sobre la carga de trabajo que ponen sobre los hombros de cada miembro de su equipo. Sus colaboradores no siempre dicen no por rebeldía o flojera; es responsabilidad suya conocer las necesidades de su compañía, sus actividades clave y la forma en que se organizan las prioridades.
3. Hay un desacuerdo
No tienes que estar de acuerdo con cada decisión que se toma en tu empresa o departamento. Esto no quiere decir que debas rehusarte a participar, pero sí que debes sentirte cómodo manifestando tu desaprobación siempre que tengas argumentos sólidos para defender tu postura.
En estos casos, preguntar cuáles son los argumentos para seleccionar una alternativa y no otra, es una buena técnica de comunicación para evitar confrontaciones. Evita comenzar preguntando ¿por qué? ya que este conjunto de palabras a menudo puede percibirse agresivo y es difícil de mesurar si el ánimo no es del todo positivo.
Atención empresas: Un líder responsable sabe que rodearse de personas que siempre están de acuerdo con él es un camino sencillo para la toma de decisiones, pero se encuentra sesgado por una cámara de eco. Contar con puntos de vista distintos y personalidades diversas ayuda a tener un panorama más completo y tomar decisiones más objetivas; así que perdamos el miedo a la diversidad.
4. Ignora los objetivos clave
Recuerda que cuentas con una cantidad limitada de recursos económicos, humanos, de tiempo y de espacio; todos ellos deben ayudarte a cumplir una serie de metas que serán medidas al cabo de un periodo determinado. Cuando recibes una solicitud que consumirá recursos valiosos y no contribuye en absoluto al cumplimiento de dichos objetivos estás poniendo en riesgo el éxito de tu departamento; así que lo mejor es evaluar con cuidado la posibilidad de decir no.
Sé honesto sobre las limitaciones en tu capacidad para tomar determinados proyectos, explica con cortesía cómo es que eso afectaría los intereses de la organización y propón una alternativa que se ajuste mejor a ellos en ese momento.
Atención empresas: Los líderes responsables necesitan aprender a escuchar a sus colaboradores de nivel operativo y evitar perder de vista que son ellos quienes tienen más contacto con las actividades diarias y los posibles obstáculos que se interponen en su realización. Son los encargados directos de aprovechar todos los recursos adecuadamente, por lo que generalmente mantienen una perspectiva más amplia y valiosa para la toma de determinadas decisiones.
5. Entra en conflicto con tus valores
No hay duda, que un jefe haga una solicitud que no se ajusta a tus valores personales, resulta poco ético o tiene el potencial de acarrear problemas legales, es uno de los dilemas más complicados en la vida de cualquier profesional. Lo primero que tienes que entender es que estás en todo tu derecho de decir no.
Considera cuidadosamente tus opciones y evaluarlas con objetividad sin perder nunca de vista tus objetivos personales y profesionales, haz caso a tus instintos, mantente fiel a tu brújula moral, no te dejes intimidar y procede con precaución.
Atención empresas: Los nuevos profesionales buscan colaborar en empresas que compartan sus valores personales y les permitan crear un impacto positivo en su entorno, – o al menos no los involucren en la creación de daños permanentes – Por ello es fundamental comunicar adecuadamente la RSE a todos los grupos de interés, comenzando por el público interno.
Además, no debemos olvidarnos de la creación de mecanismos de denuncia anónima que garanticen al personal la posibilidad de denunciar cualquier abuso o violación de las políticas corporativas y el código de ética sin temor a represalias.