Nos encontramos en un momento en el que términos como tecnología, digitalización y sostenibilidad están más unidos que nunca. El paso de la pandemia COVID-19 ha demostrado que una correcta estrategia de transformación digital ha sido fundamental para paliar los principales efectos negativos de este momento crítico a nivel sanitario, social y económico. La tecnología ha sido la herramienta para lograr la reinvención de multitud de negocios y se ha convertido en la primera línea de batalla frente a lo desconocido.
Una vez superado este momento crítico, las empresas, y especialmente las tecnológicas, tenemos un nuevo reto que asumir: la sostenibilidad. El mundo camina a pasos agigantados hacia una sostenibilidad real. Las ciudades ya no son ciudades, sino Smartcities, interconectadas y que favorecen la participación del ciudadano, así como la creación de las ya conocidas como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE); el sector de la automoción vira hacia la hibridación de sus vehículos, mientras que los organismos internacionales y las instituciones empiezan a legislar contra los vehículos altamente contaminantes; las empresas de multitud de sectores empiezan a crear estrategias reales y efectivas para reducir la huella de carbono, etc. Sin embargo, ¿en qué punto están las empresas tecnológicas?
Se calcula que el sector TIC consumirá el 8% de la electricidad mundial en el año 2030, frente al 2% de 2020. Asimismo, si habláramos concretamente del almacenamiento de datos, este es responsable del 10-15% del consumo energético de los centros de datos. Como nota positiva, para 2025 el 49% de los datos se almacenarán en entornos de nube pública, como principal solución al despilfarro digital y al consumo energético. Pero, no es suficiente. Las empresas tecnológicas tenemos que hacer más para luchar contra el cambio climático y reducir nuestras emisiones y huella de carbono.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer al respecto? de acuerdo con César Cernuda, presidente mundial de NetApp, hay cinco claves que cualquier empresa, especialmente las tecnológicas, podría asumir para iniciar esta transformación sostenible:
- Estrategia de descarbonización: para empezar y, concretamente en el sector del almacenamiento de los datos, es fundamental ayudar a los clientes a migrar a la nube. El almacenamiento en la nube está diseñado para guardar datos de forma eficiente, consumir menos energía y reducir la huella de carbono. También es muy importante colaborar con los proveedores de nube para reducir aún más la huella de carbono directamente asociada a productos y servicios. Para que esta estrategia de descarbonización sea realmente efectiva, las empresas deben monitorizar su propia huella de carbono y los gases de efecto invernadero que emiten cada año, con el objetivo de ponerse una meta y poder alcanzarla.
- Energía: en el apartado energético, es importante que las instalaciones y oficinas sean eficientes y sostenibles con el medio ambiente, a través del uso de las energías renovables, tecnologías avanzadas de iluminación y la reducción de la huella total de los edificios. Es clave profundizar en el diseño o en la modernización de los edificios, laboratorios, centros de datos, oficinas, etc, para alcanzar los objetivos en materia de eficiencia energética.
- Gestión de residuos: desde el punto de vista de la fabricación, el objetivo principal debe ser minimizar la cantidad de material que enviamos a vertederos y centros de reciclaje, optando por contenedores reutilizables. Un objetivo más a largo plazo debería ser la eliminación del uso de aquellos materiales no reciclables de nuestros envases. También es fundamental tener en cuenta los residuos electrónicos. Las empresas tecnológicas tenemos que adoptar un enfoque proactivo para gestionar este tipo de desechos, tanto para las operaciones in-house como para la de los clientes y los partners.
- Consumo de agua: para reducir el consumo de agua, por ejemplo, en lo relativo a los sistemas de climatización, en lugar de utilizar enfriadores de agua, se pueden instalar unidades de refrigeración en los tejados de los edificios alimentadas por energía eólica.
- Diseño de productos y servicios sostenibles: por último, para culminar con una estrategia de transformación sostenible, es fundamental implantar este aspecto en el propio modelo de negocio de la compañía, mediante la creación de productos y servicios con un alto componente sostenible. En el sector concreto del almacenamiento de datos es muy sencillo. Todo lo que hacemos de forma online emite dióxido de carbono. El 68% de los datos de la mayoría de las compañías nunca se usará, con todo lo que eso supone para la emisión de carbono. En nuestro caso, tenemos que tener la capacidad de decirle a nuestros clientes qué datos deben usar y cuáles desechar, así como dónde almacenarlos: nube pública, privada, híbrida o centro de datos.
Estas son solo algunas de las claves que cualquier empresa tecnológica podría implantar en su propia compañía. Si todos hacemos pequeñas contribuciones, podremos cumplir con la Agenda 2030 y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU. Si no, podemos ser testigos del fracaso de una generación brillante de líderes, emprendedores y profesionales. La solución está bien clara: tecnología y sostenibilidad.