La Organización Mundial de la Salud –OMS– ha continuamente reiterado el riesgo que implica la contaminación del aire en la salud, ya que se ha relacionado fuertemente con una alta morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas como el asma. Según sus datos, este tipo de contaminación en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provocó en 2012 3 millones de muertes prematuras.
Y es que más allá de la contaminación generada por los automóviles y medios de transporte, las emisiones domésticas derivadas por el sistema energético con base en carbón y biomasa, así como de las incineración de desechos agrícolas son fenómenos que promueven las emisiones de CO2 y de contaminantes como de carbono negro y metano. De hecho, y de acuerdo con las Directrices de la OMS sobre la calidad del aire publicadas en 2005, existen límites y umbrales para los contaminantes atmosféricos para prevenir riesgos sanitarios. Es decir que para considerar la calidad de aire como buena, se necesita reducir la contaminación con partículas PM10 al menos a 10 microgramos por metro cúbico (μg/m). En especial las partículas –PM–, ozono –O3–, dióxido de nitrógeno –NO2– y dióxido de azufre –SO2–; las cuales tienen un tamaño inferior a 10 micrones de diámetro –≤ PM10– que pueden penetrar, alojarse en el interior de los pulmones y provocar graves problemas de salud a largo plazo.
Frente a esto, la OMS ha publicado los sitios geográficos cuyas concentraciones de partículas permanecen inferiores a 10 µg/m3: Finlandia, Suecia, Islandia, Estonia, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, entre otros; así como los sitios con peor calidad de aire superior a 100 µg/m3: Londres, Riyadh en Arabia Saudita, Delhi, Bamenda en Camerún, Baoding en China y Peshawar en Pakistán.
En el caso específico de Finlandia, 22 de sus ciudades Raahe, Kuopio, Lohja, Jyväskylä, Valkeakoski, Kajaani, Vaasa, Imatra, Pori, Mikkeli, Virolahti, Kouvola, Harjavalta, Turku, Kotka, Oulu, Lahti, Pietarsaari, Hyvinkää, Lappeenranta, Vantaa, Helsinki, Tampere Pallas, Muonio y Virolahti, presentaron una calidad de aire debajo de 4 µg/m3. Este país, en comparación de otros de la misma Unión Europea, ha desarrollado medidas a favor del medio ambiente, y estos son sus consejos sobre el tema:
– Proteger el territorio natural, como parques y reservas naturales. Finlandia protege alrededor de 7.8 por ciento de sus áreas verdes, además que se ha encargado de establecer medidas regulatorias en función de industria de la madera y la deforestación.
– Fomentar el turismo ecosustentable. Por ejemplo, el turismo Laponia está sobrecargando al medio ambiente de la región, por lo que se alienta a la protección de su biodiversidad tanto para los visitantes como los habitantes.
– Contemplar la limpieza de aguas eutrofizadas. Si bien este proceso puede requerir años o décadas, la eutrofización de los recursos hidrológicos es un cambio gradual que mejora la calidad del ambiente en lugares urbanos.
– Desarrollar herramientas regulatorias sobre las emisiones en plantas industriales. Finlandia ha ejercido un control de las emisiones de la agricultura, transporte, centros urbanos e industria. Esto ha ayudado a que las emisiones de anhídrido carbónico y partículas, el ruido de los transportes y las descargas a aguas de poblados se reduzcan considerablemente.
– La promoción de energías renovables. La mayor parte de la energía consumida en Finlandia es renovable, la cual se genera “a partir de la lejía residual y los restos de madera que son subproducto de los procesos de la industria forestal. Casi la mitad de la madera que se consume en Finlandia se quema para producir energía. La mitad de toda la energía que se consume es producto de la combustión de hidrocarburos, gas natural y carbón. La energía nuclear produce un 16% y la turba un 5%. La participación de la energía nuclear se incrementará en los próximos años, cuando se complete la construcción del quinto reactor del país.”
Fuente: Ecoosfera