Una ola de calor es un período de clima inusualmente cálido que suele durar dos o más días. Para ser considerada una ola de calor, las temperaturas deben estar fuera de los promedios históricos para un área determinada. Estas pueden durar varios días y tener un impacto significativo en la sociedad, incluido un aumento de las muertes relacionadas con el calor.
De acuerdo con la WHO, las olas de calor se encuentran entre los peligros naturales más peligrosos, pero rara vez reciben la atención adecuada porque su número de muertos y su destrucción no siempre son evidentes de inmediato. Entre 1998 y 2017, más de 166 000 personas murieron a causa de las olas de calor, incluidas más de 70 000 que fallecieron durante la ola de calor de 2003 en Europa.
La exposición de la población al calor está aumentando debido al cambio climático. A nivel mundial, se observa que los eventos de temperatura extrema aumentan en frecuencia, duración y magnitud.
Si bien los efectos del calor pueden exacerbarse en las ciudades, debido al efecto isla de calor urbano (UHI), los medios de subsistencia y el bienestar de las comunidades no urbanas también pueden verse gravemente afectados durante y después de períodos de clima inusualmente cálido.
De hecho, este tipo de olas pueden sobrecargar los servicios de salud y de emergencia y también aumentar la presión sobre el agua, la energía y el transporte, lo que puede provocar cortes de energía o incluso apagones. La seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia también puede verse afectada si las personas pierden sus cultivos o su ganado debido al calor extremo. ¿Ya conocías estos datos?