El emprendimiento social se asocia con satisfacer una necesidad que favorezca a las comunidades, pero el proyecto siempre debe ser económicamente sustentable y tener impacto social, económico y, en este caso, ambiental.
Para Diego Díaz, director en México, Centroamérica y el Caribe de Ashoka Emprendedores Sociales, el país requiere incrementar la generación de energía limpia porque existe un agotamiento de los combustibles fósiles y por el nivel de contaminantes que producen.
Ashoka es una organización que identifica, apoya e invierte en los emprendedores sociales en 89 países. En México han detectado 50 proyectos que abordan temas ambientales; de esta cifra, 14 están enfocados en el sector energético.
“A medida que entendamos más las necesidades de las comunidades podemos generar modelos de aprovechamiento de energía de acuerdo con lo que la gente quiere”, dice.
Hay fondos públicos y privados que financian estos proyectos. En los últimos años las empresas privadas han tenido un papel muy activo en el financiamiento de estas iniciativas. De acuerdo con responsabilidadsocial.mx, algunas de las aceleradoras y organismos que apoyan el emprendimiento social son 500 Startups, SociaLab, Ballon México, Promotora Social México a través de Compartamos Banco, Endeavor, Inadem y Ashoka, entre otros.
“Un modelo nacional (energético) no necesariamente va a satisfacer y cubrir a todo un pueblo que es distinto. México es muy grande y con gente muy distinta, con modelos muy diversos. Y la idea es que sigan surgiendo esos emprendimientos junto con los gobiernos, las comunidades, las ONG y las universidades”, concluye.
Fuente: Forbes