Mientras gobiernos, empresas y organizaciones se preocupan por mitigar la crisis social y ambiental que aqueja a nuestro planeta, los individuos no pueden tener los brazos cruzados. Miles de consumidores han adoptado hábitos más responsables y comienzan a exigir mejores prácticas a sus marcas favoritas, pero ¿qué hace cada uno de nosotros en casa?, ¿necesitamos comunicarlo?
A medida que el compromiso social ha adquirido relevancia en el mundo, decenas de actores, deportistas, músicos y otras celebridades han mirado a su alrededor y se han sumado a la lucha por diversas causas sociales; algunos de ellos mantienen en secreto estos esfuerzos, mientras que otros han sido duramente criticados por personas que los acusan de utilizarlos para ganar popularidad.
Luego de recibir el premio People’s Chioce en 2006 por su labor como voluntaria en la reconstrucción de Nueva Orleans tras el paso de Katrina, Sandra Bullock fue entrevistada por Glamour para hablar de su compromiso social. Un tema que la actriz ha tratado con bastante discreción a lo largo de su carrera.
Yo no quiero ser vista como el tipo de persona que hace las cosas y luego espera publicidad a cambio. Lo veo como que tengo los medios, la energía y la pasión para hacer lo que quiero hacer.
La entrevista en cuestión es toda una revelación sobre el momento en que Bullock descubrió su propósito como persona y como profesionista. En ella cuenta cómo fue que, luego del 9/11, en la cumbre de su carrera, hizo una pausa para reflexionar acerca del rumbo que debía llevar y para cuando retomó su camino en Hollywood se había convertido en una actriz distinta.
Eso es de lo que trata la responsabilidad social individual, las marcas personales deben encontrar también la forma de mejorar su impacto. No hablamos de invertir en nuevas instalaciones o enormes donaciones, sino de transformar la forma en la que hacen negocios convirtiendo la responsabilidad social en parte de su vida cotidiana.
¿Comunicar o no comunicar?
¿Comunicar o no comunicar? esa es la cuestión. Empresas y organizaciones han inundado a los consumidores de tantos mensajes confusos y a menudo tediosos, que han dañado su percepción sobre los mensajes responsables. Comunicar los esfuerzos de una compañía a menudo parece una práctica que más que enaltecer su compromiso con el bienestar de su entorno, lo desvirtúa en la mente de los consumidores, convirtiéndolo en una mera estrategia mercadológica que es desechada en su memoria junto con todo aquello que carece de relevancia o de credibilidad.
Ante este fenómeno, parece natural que marcas corporativas y grandes influenciadores se debatan continuamente entre gritar su compromiso a los cuatro vientos o mantenerlo en un bajo perfil y evitar cuestionamientos. La respuesta claro es que cada marca debe encontrar el equilibrio perfecto, aunque en el caso de los influencers, no comunicar su compromiso en absoluto puede ser un terrible error.
La popularidad inherente en la vida de una celebridad puede ser un catalizador importante para impulsar cambios en su entorno. Se trata de modelos a seguir para una gran cantidad de personas y aprovechar esta influencia para prestar su rostro y voz a favor de una causa, es en sí misma una importante contribución social.
Este es el caso de las siguientes celebridades que han aprovechado la fama para convertirse en superhéroes de la responsabilidad social.
Leonardo DiCaprio
La lucha de Leonardo DiCarpio a favor del medio ambiente es probablemente una de las más destacadas entre las apoyadas por las grandes estrellas de Hollywood, por lo que no resultó una sorpresa que el secretario general de ONU, Ban Ki-moon lo invitara a intervenir en la apertura de la Cumbre del Clima en 2014 para difundir el mensaje contra el cambio climático.
Emma Watson
Ese mismo año la joven que se hiciera famosa por su papel como Hermione en la saga Harry Potter, logró en pocos minutos lo que parecía imposible: involucrar a todos los medios en una conversación masiva sobre “lo que no debe ser nombrado” y poner la equidad de género en la mira de mujeres y hombres de todo el mundo.
Angelina Jolie
Angelina Jolie comenzó su colaboración con ACNUR hace más de diez años. La propia actriz ha confesado que su interés por la pobreza mundial surgió a raíz de su visita a Camboya para rodar la primera parte de la película «Tom Raider», cuando se dio cuenta de las grandes penurias que sufría la población. En 2001, la californiana llevó a cabo su primer viaje humanitario a Sierra Leona y Tanzania, destinos a los que siguió un regreso a Camboya y una visita a Pakistán, donde donó más de 740.000 euros para los más desfavorecidos. Precisamente en ese mismo año, ACNUR concedió su primer reconocimiento público a la mujer de Brad Pitt nombrándola Embajadora de Buena Voluntad.
Bono
Qué podemos decir del hombre que además de inspirarnos con su música ha conseguido dar cátedra de marketing, comunicación y responsabilidad social a través de Fundación (RED), que en los últimos diez años ha dedicado todos sus esfuerzos a involucrar a las más grandes compañías en la lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria en todo el mundo apoyando al Fondo Mundial.
Eso claro sin mencionar que apoya más de 30 causas benéficas a través de más de 40 organizaciones sin fines de lucro alrededor del mundo, incluyendo OXFAM, Amnistía Internacional, Chernobyl Children International, Keep A Child Alive, MusiCares, UNICEF y un largo, largo etcétera.
Oprah Winfrey
Es un nombre reconocido mundialmente por su ayuda a los que no tienen nada. Uno de sus proyectos más destacados es la escuela para niñas poco privilegiadas que fundó en Sudáfrica donando 40 millones de dólares. Es una mujer admirada y amada por Estados Unidos y el mundo entero. “Yo sé lo que es ser una niña pobre con el profundo deseo de triunfar en el mundo”, palabras que justifican su gran sentido humanitario.