Por ahora nos encontramos en la fase 1 de una pandemia que ha cambiado el ritmo de la vida diaria como ningún otro evento reciente.
A medida que nos tomamos el tiempo para pensar primero en la salud de nuestras familias, amigos y comunidades; ya estamos aprendiendo lecciones que nos ayudarán a navegar las pruebas que enfrentamos hoy, así como los desafío que nos esperan una vez que pase lo peor de la pandemia.
Te compartimos 5 lecciones para guiarnos a través de estos tiempos turbulentos y las incertidumbres que nos esperan.
1. El virus deja más claro que nunca que el contrato social en muchos lugares no es adecuado para su propósito y necesita ser reformado
El contrato social, es decir, los roles; así como responsabilidades del gobierno, las empresas, las necesidades de los ciudadanos y los empleados, se está probando de manera extrema en este momento, sin embargo, ya estaba claro que no era adecuado para el propósito antes de que ocurriera la pandemia.
A raíz de esta problemática, la falta de acceso a la atención médica en los Estados Unidos se ha aliviado aún más, esta vez de una manera potencialmente devastadora. También hemos visto ejemplos de la adaptación del contrato social, como con el movimiento de Dinamarca, a través de la discusión tripartita entre el gobierno, las empresas y los sindicatos, para extender los beneficios con el fin de ayudar a los daneses a superar este momento difícil.
Es interesante ver cómo las diferentes sociedades aceptan el intercambio de datos y la transparencia, que intercambian cierta privacidad por una mayor protección.
Ciertamente, las empresas deberían dar un paso adelante para ayudar a su personal a mantenerse en el contexto de gran parte de la actividad económica que aparentemente se detiene.
Y aunque estamos viendo en tiempo real qué tan bien funciona la red de seguridad social, también hay preguntas a largo plazo que las empresas harían bien en abordar con más fuerza después de que esta crisis haya quedado atrás.
BSR ha lanzado un esfuerzo que exige un contrato social modernizado para el siglo XXI, con más atención a la naturaleza cambiante del trabajo, el acceso a la educación, el desarrollo de habilidades, y la estabilidad financiera de nuestros sistemas de pensiones, entre otros temas.
La pandemia de COVID-19 revela que esto es profundamente relevante para los negocios, además de la sociedad, y puede servir para catalizar más acciones comerciales para garantizar que nuestros contratos sociales sean adecuados para su propósito. Las respuestas empresariales a la crisis en muchos casos han sido excelentes: este liderazgo también se puede aplicar en situaciones que no son de crisis.
2. La resiliencia no es solo un eslogan, es una necesidad y está teniendo su momento
Cada Junta Directiva debe aprender de este desafío global e invertir más tiempo y pensamiento en explorar dónde su negocio enfrenta otros riesgos.
No hay duda, por supuesto, de que el cambio climático podría dar un golpe tan profundo como COVID-19 a muchas empresas, pero con impactos más duraderos. También hemos visto cambios políticos inesperados en los últimos años, y las compañías que han asumido un amplio apoyo para una economía globalizada han visto sus planes derrumbados.
La resiliencia ante las actitudes y acciones que cambian rápidamente por parte de la fuerza laboral de una empresa, también presenta preguntas de importancia fundamental. Y también sabemos que el cambio político puede venir de la noche a la mañana y probar nuestros modelos. En muchos sentidos, el aumento de la inversión en ESG plantea una pregunta simple: ¿su negocio es resistente frente a un cambio masivo? Estamos experimentando en tiempo real lo difícil que puede ser cuando la respuesta es no.
En una era en la que los líderes políticos poderosos exigen muros y barreras y juegan con los públicos que pueden influir en esa dirección, este episodio difícil nos enseña la importancia de las soluciones colaborativas.
3. No debemos darle la espalda a nuestro mundo globalizado interdependiente
Debería ser evidente que todos estamos conectados y somos interdependientes; el virus demuestra cuán cierto es eso.
Se debe dar crédito al presidente francés Emmanuel Macron por convocar una Cumbre virtual del G7 y a los trabajadores incansables de la Organización Mundial de la Salud por proporcionar información válida y valiosa, permitir pruebas al igual que apoyar los sistemas de salud que más lo necesitan. En resumen, nos necesitamos unos a otros, y las crisis a menudo nos recuerdan eso.
Es una locura sufrir las consecuencias negativas de nuestra conexión sin maximizar los beneficios. Las empresas tienen un gran interés en abogar por sociedades abiertas, una gobernanza pública efectiva y el sistema internacional basado en normas que ha sido atacado en los últimos años.
4. El pensamiento futuro puede ser la herramienta más esencial que tenemos; utilicémoslo
Una de las mejores formas de construir una estrategia resiliente es emplear el pensamiento futuro.
BSR lanzó su Laboratorio de Futuros Sostenibles en 2017, y han trabajado con muchas compañías y otros socios para construir escenarios que los ayuden a mapear y comprender posibles vías para crear resultados futuros más deseables.
Este no es un ejercicio académico, como vemos ahora. De hecho, uno de los escenarios climáticos que comenzamos a desarrollar a fines del año pasado comenzó con un virus de origen animal que surgió de China para socavar la salud económica y humana a nivel mundial.
Los pasos solicitados en el Grupo de trabajo para divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD) abarcan los escenarios como un núcleo de las divulgaciones de TCFD. El concepto subyacente al TCFD debe extenderse mucho más allá del clima, para garantizar que las empresas puedan prepararse para la amplia gama de futuros que bien pueden surgir.
5. La acción sobre el clima y los ODS no pueden posponerse
La atención del mundo se centra con razón en la urgente necesidad de salvar vidas y evitar problemas económicos inmediatos. Pero también estamos aquí a largo plazo. Necesitamos ambos para enfrentar este shock en el primer año de la década decisiva y seguir comprometidos al 100% con la construcción del mundo que esperamos para 2030. Incluso cuando todas las empresas, grandes y pequeñas, están comprensiblemente enfocadas en el aquí y ahora.
Este es un momento en el que los líderes empresariales y las empresas deben hablar para reforzar la necesidad de lograr un progreso significativo y tangible hacia los ODS, e incluso si el virus deja una recesión a su paso, es esencial que las empresas permanezcan enfocadas en lograrlos; la necesidad de avanzar en el clima y otros desafíos ambientales no desaparecen durante una recesión.
La necesidad de invertir en comunidades y personas cuyas circunstancias económicas disminuyen solo se vuelve más importante. Y la marcha de la tecnología debe estar alineada con los derechos humanos y la ética, independientemente de la dirección de los mercados bursátiles mundiales.
Hemos hablado sobre el «nuevo clima para los negocios» durante el año pasado cuando entramos en esta «década decisiva». A medida que avanzamos en este difícil comienzo de la nueva década, es esencial que recordemos la importancia central de mantenernos comprometidos con nuestros objetivos a largo plazo, mientras nos adaptamos a una realidad alterada que tiene mucho que enseñarnos cuando inevitablemente salimos de esta crisis.
Excelente articulo lecciones para empresas responsables en relación con la pandemia actual, son tiempos de unidad y de reflexión, así como de reorientar lo que estamos haciendo mal por el bien de nuestra casa el planeta tierra.