El capitalismo es el sistema económico y social que rige a una gran parte de países. El modelo capitalista ha existido desde hace siglos y, como es natural, ha ido evolucionando y transformando su teoría con el paso de los años hasta llegar a su forma actual.
La ideología capitalista siempre ha tenido partidarios y detractores, pero hoy en día es importante reconocer que este sistema económico está cayendo en un círculo vicioso que pone en riesgo el futuro y el bienestar de las personas, así como la sustentabilidad del planeta y las comunidades.
Guy Standing, un profesor de la Universidad de Londres en el Reino Unido, expone en un artículo publicado por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) habla acerca de la inseguridad económica a la que están expuestos los habitantes del mundo.
¿Quiénes son los precariat?
En sociología y las ciencias económicas, el término precariat o precariado se refiere a la clase social a la que pertenecen los individuos que viven en una situación inestable y de vulnerabilidad.
Standing habla de los precariat como un grupo social que se divide en tres: atavists, nostalgics y progressives.
Los atavists son aquellas personas que “añoran el pasado perdido” y Standing los identifica como aquellos que votaron a favor del Brexit, los que son simpatizantes de Donald Trump y Marine Le Pen.
Los nostalgics son quienes esperan un presente y un hogar adonde pertenecer. Aquí se incluyen los refugiados, los inmigrantes y las minorías.
Los progressives son aquellos que tienen “un futuro perdido”. Los jóvenes en general forman parte de este grupo que, de acuerdo al artículo, van a la universidad solo para “terminar con muchas deudas y poca esperanza de una carrera o desarrollo personal”.
En cuestión de política, los progressives se han destacado por respaldar movimientos izquierdistas o centroizquierdistas.
Para eliminar la desigualdad económica, tenemos que dejar de creer en estas 5 mentiras del capitalismo.
Cada uno de estos grupos está reaccionando al crecimiento de la desigualdad e inseguridad económica que se ha dado durante los últimos 30 años, un problema que comenzó cuando los gobiernos introdujeron reformas a los mercados laborales que permitieron a los financistas tener mayores ingresos mientras que los precariat vieron sus deudas incrementadas.
El argumento inicial de estas reformas fue que impulsarían el crecimiento económico. No obstante, todas las ganancias han ido a parar a los bolsillos de la élite mundial, dejando a los demás en la incertidumbre y el enojo.
Para resolver esto, Standing afirma que debemos terminar con las cinco principales mentiras del capitalismo moderno.
5 mentiras del capitalismo que todos creímos
1. El capitalismo mundial se basa en mercados libres
Los gobiernos han permitido que los intereses privados monopolicen el conocimiento por medio del registro de la propiedad intelectual, haciendo que las personas paguen un elevado precio por acceder a estas ciencias y saberes.
2. Se necesitan fuertes derechos de propiedad intelectual
El público normalmente es quien financia las investigaciones realizadas en beneficio de una empresa u organización. Asimismo, las ideas surgidas de estos estudios son atribuibles a varios grupos de personas que, al final, no se llevan el crédito del trabajo.
3. El fortalecimiento de los derechos de propiedad son buenos para el crecimiento
Al contrario, esta acción solamente lleva a un aumento de la desigualdad y tergiversa los patrones de consumo, haciendo que el crecimiento, si lo hay, sea menos sustentable.
4. Los beneficios crecientes reflejan la eficiencia administrativa y un retorno a asumir riesgos
En realidad, los principales beneficios y ventajas solo han ido a parar a las manos de quienes reciben un ingreso de rentas vinculado con activos financieros.
5. El trabajo es el mejor camino para salir de la pobreza
La distribución de ingresos está en crisis. De acuerdo a Standing, en toda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) los salarios reales se han estancado por 30 años.
Tres relaciones económicas explican mejor lo que está pasando:
- Cuando crecía la productividad, los salarios se incrementaban; ahora los sueldos no cambian.
- Cuando aumentaban las ganancias, los salarios también lo hacían; esto no sucede en la actualidad.
- Cuando el número de empleos se multiplicaba, igualmente lo hacían los salarios promedio; sin embargo, ahora pueden incluso caer ya que los nuevos trabajos pagan menos.
¿Cuál es la solución? “Construir un nuevo sistema de distribución de ingresos apropiado para el siglo XXI”, finaliza Standing.
A la generación milenial y posteriores nos corresponderá tumbar el capitalismo de cemento y gasoil. No queda un troz de hierba donde no haya puesto sus sucias manos el hombre moderno con su hormigonera.