Ya se acerca el Día de la Tierra, una ocasión muy útil para pensar en nuestros hábitos y en cómo podemos hacerlos más responsables. La alimentación, por ejemplo, es un tema que se toca mucho al hablar de salud, pero pocas veces se menciona su relación con la sustentabilidad.
La empresa restaurantera Bon Apétit creó en 2007 un programa de educación al público llamado Low Carbon Diet, que también está ligado a sus compromisos para reducir la huella de carbono corporativa. Aquí los 5 tips que ofrece su sitio web para los consumidores que deseen llevan a una dieta baja en carbono.
Si lo compraste, cómetelo:
En la mayoría de los países se desperdicia un gran porcentaje de comida (en México es del 37 por ciento y en Estados Unidos, el 25%). Este desperdicio se da de diferentes maneras: si no se cosechan los cultivos, si se echa al mar la captura incidental de peces, si se desechan partes de un alimento al procesarlo y también si los consumidores compran comida que luego acaba en la basura.
Esto significa un desperdicio de la energía y el agua necesarias para producir y transportar los productos, además de que los alimentos generan gas metano al descomponerse. El metano es considerado un gas de efecto invernadero, entre 20 y 25 veces más poderoso que el dióxido de carbono.
Para no contribuir a la estadística, asegúrate de planear bien tus compras y consume todos tus alimentos, evitando desperdicios. También puedes buscar formas creativas de usar las frutas y verduras que ya estén maduras, como congelándolas para hacer panes o licuados o comenzar a producir tu propia composta. Al ir a restaurantes, no pidas más de lo que puedas comer y si tienes sobras, pídelas para llevar.
Que tu lema sea «de la región y de la temporada»:
Nos hemos acostumbrado a que los supermercados cuenten con comida de todas partes del mundo todo el año. Esto hace que ignoremos cuáles son los alimentos de temporada de nuestra región, pero el preferirlos significa elegir productos que tuvieron que viajar menos kilómetros hasta nuestra mesa.
Asegúrate de aprender qué se produce en tu región y en qué épocas, y procura visitar los mercados locales para comprar lo que esté disponible (puedes preguntar a los vendedores si no sabes exactamente cómo incorporar estos ingredientes a una receta).
Aléjate del queso y la carne roja:
Todas las clases de ganado tienen una huella de carbono, pero los animales rumiantes (bisontes, reses, ovejas, cabras) generan por mucho la mayor cantidad de emisiones de gases de carbono, ya que su sistema digestivo genera metano. Además, la producción de sembrados para alimentar a los animales usa una gran cantidad de agua y contribuye a la deforestación.
Por eso, procura incluir en tu dieta más proteínas de origen vegetal y considera unirte a movimientos como el Lunes sin carne o Meatless Monday, ya que se calcula que si todos los estadounidenses evitaran consumir carne y queso un día a la semana, el ahorro sería equivalente a retirar 7.6 millones de autos de las calles.
No compres alimentos tranportados por aire:
Como regla general, si un alimento fue transportado por aire, tiene una alta huella de carbono. De hecho, se calcula que un producto que viaja por aire emite 30 veces más gases de efecto invernadero que aquellos que son transportados por agua desde el mismo lugar del mundo.
Si encuentras en tu supermercado frutas que no son de la estación, quesos extranjeros y pescados frescos (si no vives en la costa), lo más probable es que estos hayan viajado por aire. Evítalos y recuerda que algunos pescados son aún mejores si son congelados.
Si fue procesado y empacado, evítalo:
Los alimentos procesados tienen una huella mayor que los crudos o mínimamente procesados. Esto no solo por la energía que se utiliza para cortar, cocinar y empacar el producto, sino porque se utilizan endulzantes y preservativos adicionales.
Es por esto que es importante sustituir las botanas y dulces procesados por comidas como las nueces o frutas, cocinar usando alimentos frescos (por ejemplo, no comprar una salsa sino hacerla desde cero) y siempre que sea posible elegir la alternativa menos procesada.
Información tomada de:
Eat Low Carbon
