La responsabilidad social no es estática. Ha evolucionado con el paso de las décadas de ser algo muy parecido a la filantropía a convertirse en una clave del negocio, extendiendo su alcance a la cadena de valor, al impacto social, etc. ¿Qué nos depara el futuro? Aquí la Fundación Silicon Valley Community ofrece sus predicciones para el año que iniciamos.
1. Programas globales pero flexibles:
Antes era común que las empresas desarrollaran un programa estrella en su sede, para después replicarlo en todas sus oficinas. Este tipo de programas era limpio, con características que se alineaban con sus pilares, guías y métricas. Poco a poco se ha ido abandonando este modelo tan rígido, ya que no todos los países tienen las mismas necesidades y el contexto local también es importante para involucrar a los colaboradores. Por ejemplo, si se fija un mínimo de 50 dólares de donación en Estados Unidos, la cantidad puede ser una barrera para quienes quieren participar en otros países.
2. Start-ups que abrazarán la RSE desde sus inicios:
Este año es evidente que los modelos responsables están aumentando su popularidad entre las empresas más jóvenes o start-ups, que tienen un apetito de demostrar su compromiso con temas sociales desde las primeras etapas de su operación. Los fundadores y ejecutivos de estas compañías ven en la RSE y programas de voluntariado una clave para retener talento.
3. Materialidad al frente de los reportes:
Los inversores y empresas B2B consideran los reportes de RSE como un requisito para hacer negocios, y varios países han aprobado leyes que van en esta línea. Estos reportes hacen cada vez más énfasis en la materialidad, definida por GRI como «problemas que reflejan los impactos económicos, ambientales y sociales de la empresa o que tienen influencia substancial en las decisiones de sus grupos de interés.» Esto retará a los profesionales de la RSE a entender cómo sus programas se relacionan con el negocio.
4. Empresas y OSC aprovecharán la big data:
El término «Big data» ha sido popular en Silicon Valley por ya varios años. Ahora, el sector sin fines de lucro y la RSE lo están retomando, usando sus habilidades tecnológicas para amplificar sus programas responsables. Por ejemplo, en 2013 IBM se alió con el Memorial Sloan Kettering Cancer Center para otorgar diagnósticos y tratamientos basados en evidencias. Las OSC han tardado más en adoptar este enfoque, tal vez por carecer de los recursos necesarios, pero ya son varias las organizaciones que quieren acabar con la brecha entre la big data y las OSC.
5. Se borrarán las líneas entre las organizaciones con y sin fines de lucro:
Gracias al surgimiento de la economía del compartir, las empresas B y las empresas sociales, las líneas entre organizaciones con y sin fines de lucro se están borrando. Este año veremos a más emprendedores desarrollando productos y servicios con el único propósito de crear beneficios sociales y a empresas que se aliarán con estos y otros socios no tradicionales, alejándose de la tradición de alianzas solamente con el tercer sector.
Fuente:
CSR Wire
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