Hay cinco tipos de malos jefes, que generan un ambiente organizacional negativo y poco productivo.
Llegas puntual a tu oficina, enciendes tu computadora, revisas tus pendientes del día y te dispones a trabajar. Después de un buen rato se oyen los pasos de tu jefe o jefa, pasos rápidos y penetrantes.
Rara vez escuchas un buenos días; al contrario, escuchas algún tipo de reclamo como, ¿por qué no hay nadie en recepción?, ¿por qué hay tanta gente esperando ser atendida?, ¿por qué tal persona no está en su lugar?, que si el ambiente huele mal, si el tráfico…
Tu tranquilidad desaparece. El sólo hecho de escucharlo o escucharla te estresa y altera tus sentidos. Éste es un tipo de jefe que no quieres tener, pero hay otros que también afectan tu desempeño profesional.
De acuerdo con la Sociedad de la Administración de Recursos Humanos (SHRM, por sus siglas en inglés), hay cinco tipos de malos jefes. Si tienes alguno o, peor aún, eres uno de ellos, es hora de tomar acciones al respecto:
Jefe acosador o buleador.
Los jefes de este tipo utilizan la intimidación o humillación pública para dar órdenes a sus empleados. Este tipo de persona abusa de su posición, poder y autoridad para abusar de sus empleados. También suelen usar lenguaje despectivo y gritar a sus empleados en público.
Jefe microdetallista.
No importa qué tan talentoso sea el equipo de trabajo; este tipo de jefe se asegura de que cada detalle del trabajo se haga a su manera, lo que muchas veces demora los tiempos de entrega. Siempre está a tus espaldas y no te permite ser independiente ni creativo.
Jefe adictivo al trabajo.
A este tipo de jefes se les conoce comúnmente como workaholics, y son los que pueden enviar correos a altas horas de la madrugada y, peor aún, esperan recibir respuesta inmediata. Ellos suelen pedir tareas de última hora y exigen que se completen los proyectos aunque sea en horas no laborables.
Jefe todo números.
Este jefe puede permanecer horas encerrado en su oficina haciendo reportes cuantitativos y analíticos, mientras su staff no tiene un rumbo claro para dirigir sus actividades. Aunque trata de ser buen jefe, no tiene las habilidades para motivar y dirigir a un equipo de trabajo.
Jefe con favoritismo.
Este tipo de gerencia toma partido a favor de ciertos empleados sin razón alguna, lo que provoca división entre los equipos de trabajo. Si este tipo de persona fue promovida de entre un grupo de amigos, cuando suba de posición dará preferencia a ellos en lo laboral y en lo personal.
Desgraciadamente, este tipo de liderazgo existe en los ambientes de trabajo, aunque a veces surgen de manera no intencional. De cualquier forma, el tipo de jefes antes mencionados fomentan un ambiente organizacional negativo y poco productivo, por lo que a continuación te damos cinco consejos para resolver el problema:
Haz un análisis de tu situación y checa si te compete sólo a ti o a un grupo de personas. Busca fundamentos sólidos que respalden tu preocupación.
En caso de ser un problema común, habla con las personas afectadas y únanse para tratar el problema.
Acérquense a su jefe para exponer la situación, hablen con toda la claridad y honestidad posible. No olviden presentar ejemplos y fundamentos sólidos.
Propón soluciones y busca un cambio. La charla con tu superior debe dar lugar a cambios positivos y a la implantación de posibles soluciones.
Habla con el encargado del área de recursos humanos si la situación con tu jefe no cambia, con el objetivo de que evalúe el conflicto y establezca ciertas normativas que no afecten el desempeño del personal de la compañía.
Recuerda que pasas la mayor parte de tu vida en el trabajo, por lo que no puedes permitir que malas costumbres o malos tratos afecten tu desempeño profesional ni mucho menos tu salud. Toma acciones; ya que lo que logres, no sólo te beneficiará a ti, sino a tu empresa.
Fuente: Forbes México