No es un secreto: la llegada de las redes sociales y los medios de comunicación en línea ha puesto una cantidad infinita de información al alcance de la población y eso ha contribuido enormemente a promover decisiones de compra más informadas y responsables. A medida que este fenómeno crece, los consumidores exigen una mayor transparencia a las marcas, por lo que se incrementa a su vez la importancia de que éstas garanticen procesos éticos de fabricación que minimicen el impacto ambiental y social de cada uno de sus productos.
Es por ello que antes de transparentar la cadena de suministro de una compañía será necesario asegurarse de que ésta se encuentre prácticamente libre de culpas y encontrarse realmente comprometido con eliminar las posibles prácticas negativas dentro de ella.
El primer paso es conocer a profundidad a tus proveedores y sus políticas laborales, ambientales y sociales; identifica previamente aquellos elementos que consideres de alto riesgo para tu reputación para que puedas poner especial atención en ello. Por ejemplo, si tu empresa utiliza aceite de palma o minerales en sus procesos, es posible que necesites revisar las prácticas de estos eslabones con cuidado.
Recuerda que desconocer las prácticas irresponsables de tus proveedores no blinda tu reputación corporativa de los daños potenciales y puede tener consecuencias realmente desastrosas, por lo que es mejor que pongas manos a la obra y te deshagas de ellas.
1. Haz un mapa
Aunque puede parecer un hecho que todas las empresas deben conocer su cadena de suministro al derecho y al revés, esto no siempre es así. El ciclo de producción de una sola compañía con frecuencia se vuelve tan complejo es es difícil estar seguro del origen de cada uno de los materiales y el manejo de éstos para llegar a nuestras manos.
De ahí la importancia de generar un mapa del camino que cada material ha recorrido hasta llegar a nuestro producto. Los sistemas de trazabilidad sin duda son una excelente herramienta para conseguirlo.
2. Asume la responsabilidad
Existe una enorme polémica sobre cuánta responsabilidad tiene una compañía sobre las buenas o malas prácticas de sus proveedores, la respuesta es: mucha, y necesitan aceptarlo lo más pronto posible.
Y es que sin importar cuán libres se encuentren tus procesos de altos niveles de contaminación, explotación infantil o discriminación, lo cierto es que el ciclo de vida de tus productos comienza mucho antes de llegar a la fábrica, y en consecuencia, su huella ambiental y social puede incrementarse o disminuir a partir de tu cadena de valor.
Una vez que asumas eso tendrás el poder de influir en la transformación de las prácticas de tus proveedores o generar estrategias para limpiar tus eslabones de las malas prácticas.
3. Comunícate con tus stakeholders
¿Quién conoce mejor el ciclo de vida de un producto que aquellas personas que participan activamente durante éste? Comunicarte con ellos es sin duda una de las claves para identificar las áreas de oportunidad en los procesos de producción, consumo e incluso desecho; así que qué estas esperando para abrir los canales más pertinentes y escuchar lo mucho que ellos tienen por decir.
4. Las nuevas tecnologías
El fundador de Volans John Elkington, identifico tres tecnologias que pueden utilizarse para monitorear y eliminar las malas practicas a lo largo de la cadena de valor: las aplicaciones de cara al consumidor, las plataformas internas de control y comunicación y las controladas por externos para involucrar a organizaciones con objetivos similares.
En entrevista con GreenBiz, aseguró que avances como los Google Glass, podrían permitir en un futuro que los consumidores conozcan la cadena de valor de un producto con sólo mirarlo en el supermercado. ¿Suena a ciencia ficción no?
5. No olvides el aspecto económico
Las estrategias para disminuir el impacto social o ambiental de los procesos de producción generalmente deben presentarse de la mano de argumentos financieros para la estabilidad y reducción de costos a largo plazo, así que no olvides medir constantemente tu avance y observar sus efectos económicos.
