Año tras año cientos de científicos han buscado la manera de curar el virus que causa el sida, sin embargo, es bien sabido que las mujeres hemos estado excluidas de algunas investigaciones porque científicamente se dice que nuestro cuerpo es más complejo y presenta variables. Por ello, la efectividad de varios medicamentos en las mujeres se ve comprometida.
+50% de pacientes con VIH son mujeres; no están incluídas en ensayos clínicos
De acuerdo con una publicación del New York Times, la falta de mujeres en los ensayos clínicos sobre posibles tratamientos, curas y vacunas para el VIH es un problema, puesto que ellas representan poco más de los 35 millones de personas que viven con este virus en todo el mundo y éste es el principal causante de la muerte de las mujeres en edad reproductiva.
En África, algunas regiones de Sudamérica e incluso en el sur de Estados Unidos, las nuevas infecciones de mujeres jóvenes contribuyen a mantener la epidemia.
Datos del diario internacional afirman que las mujeres y los hombres responden de diferente manera a la infección del VIH.
En un análisis que la organización benéfica AMFAR realizó en 2016, se dio a conocer que las mujeres representaban una media de 11% en las pruebas que buscan conseguir una cura. En los ensayos fármacos antirretrovirales, 19% de los participantes eran mujeres.
Los estudios de vacunas fueron los más cercanos a la participación equitativa, con 38% de mujeres.
Rowena Johnston, directora de investigación de AMFAR dijo que «si vamos a encontrar una cura es importante que encontremos una cura que realmente funcione para todos».
Por su parte, Mónica Gandhi, profesora de medicina de la Universidad de California, dice que «hay todo tipo de diferencias entre hombres y mujeres, probablemente medidas parcialmente por los efectos hormonales».
El número de hombres, y en particular de hombres homosexuales, en las pruebas del VIH siempre ha superado a la cantidad de mujeres. Desde el principio, la epidemia se concentró principalmente en los hombres homosexuales, quienes se inscribían lo antes posible para tener acceso a nuevos medicamentos.
Jeff Taylor, un activista de los derechos de las personas con VIH en Palm Springs, California, dice que «literalmente los homosexuales se morían por participar en esos experimentos». Cabe resaltar que Taylor, se inscribió en docenas de pruebas clínicas después de ser diagnosticado con el virus en 1982.
Tres décadas después, “es el mismo grupo de personas que entiende el valor de los ensayos clínicos”.
Los hombres homosexuales han creado sólidas redes de apoyo que alertan a los posibles participantes de los ensayos clínicos y, a menudo, viven en las ciudades donde se realizan las investigaciones.
Panorama de las mujeres
Las mujeres con VIH tienden a estar aisladas. Para las mujeres de color, existe un obstáculo adicional: la desconfianza resultante de una larga historia de explotación por parte de los investigadores médicos.
“Todavía hay mucha estigmatización en nuestra comunidad en torno a la investigación”, dijo Ublanca Adams, de 60 años, que tiene la infección del VIH y vive en Concord, California.
Son muy pocas veces en la que los científicos hacen un esfuerzo adicional para inscribir a las mujeres, enfrentan un escrutinio adicional de la Administración de Alimentos y Medicamentos (la agencia tiene reglas estrictas para incluir a las mujeres en edad fértil).
De acuerdo con los datos proporcionados por el NYT, dos pruebas recientes de medicamentos antirretrovirales de acción prolongada, que pueden inyectarse mensualmente en lugar de administrarse por vía oral a diario, lograron atraer a un número significativo de mujeres: 33% de los participantes en un estudio y 23% en el otro.
«Debido a la promesa de un tratamiento menos frecuente, estos ensayos fueron muy populares y fue más fácil reclutar a mujeres que en la mayoría de los casos. Es difícil lograr que los científicos entiendan la necesidad de inscribir a las mujeres en serio», dijo Eileen Scully, profesora asistente de medicina en la Universidad Johns Hopkins.
“Algunos de los científicos duros descartan este tipo de discusión como algo más determinado socialmente, o algún tipo de cosa relacionada con la liberación femenina”.
Scully mientras tanto surigió un ensayo para centrarse únicamente en las mujeres para comprobar si un medicamento que bloquea los estrógenos hace que sea más fácil matar el VIH.